Capítulo 05- Traumáticos traumas que te marcan la vida.

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Ya es viernes, habían pasado tres días desde la última vez que jugué Adivina quién con Adley. Hasta el día de hoy seguía dirigiéndome miradas que contenían cantidades industriales de desprecio y todos los sentimientos relacionados con el rencor y la rabia; simplemente caminaba por el pasillo y me pregunto: ¿Cómo le haces saber a una persona que es el ser mas repugnante y desagradable?, a lo que yo le conteste "Diciéndole que es el ser mas repugnante y desagradable" y el me respondió " Eres el ser mas repugnante y desagradable", es decir, comprendo que el chico este enojado y si decido ir a los extremos, enfurecido y colérico, pero no por eso debe dañar los sentimientos de una adolescente. Supongamos que tuviera problemas emocionales y de sensibilidad, necesitaría de ayuda psicológica para lograr superar este tipo de fuertes y traumáticos traumas que te marcan la vida, ¡no es fácil superar que un chico te haya dicho que te odia en tu adolescencia!

En la habitación de chicas hay una pequeña reunión grupal con los indomables y rebeldes chicos malos que faltaron a su clase de robótica con el pretexto de "queremos pasar tiempo de caridad con ustedes", cuando la realidad es otra, como el que les hayan prohibido la entrada al salón por la indebida programación de un robot y el uso incorrecto del material fuera del instructivo e indicaciones.

-¿Así que el robot tenia la capacidad de ser penetrado?- el trío de chicos asintió inmodestos de su trabajo.

-¿Cómo se le dice cuando un robot tiene un orgasmo?- Araida estaba centrada en buscar un termino para referirse a un robot en pleno clímax- robogasmo, mecagasmo,  circuigasmo- nombro cada opción con sus dedos antes de levantarse y entrar en el baño.

-No tiene un determinado termino por dos razones, la primera es que nadie piensa ese tipo de estupideces y la segunda es que un orgasmo es un orgasmo, es decir, cando dos hormigas tienen sexo no se le dice hormigasmo o en el caso de las moscas, moscorgasmo- la lógica de Dione muestra que tan tontas pueden ser las personas a veces, pero el seguir cuestionándose  el porque de las cosas es bueno. 

-¡Meiner!- el grito de Araida no sonaba nada apasionado, mas bien furioso.

-¿Qué sucede?- la tranquilidad en la voz de Meiner mostraba lo constante de la situación.

-¡Mi botella de jabón de manos esta vacía!- entiendo, adoro los jabones de manos con olores deliciosos como los que utiliza Araida, pero dos personas obsesionadas por los gérmenes ya no es la mejor opción.

-Échale agua-  Meiner se mordía su labio inferior tratando de contener la risa. 

Déjá vu.

-¡Regrésamelo maldita cabeza de menstruación!- al inicio todo era risas y juegos hasta que observamos a Araida salir del baño completamente roja, parecía que acababa de salir de pleno labor de parto y al doctor se le hubiera caído su bebe, para ser mas específicos al Dr. Meiner Ringword. Meiner al igual que todos estaba desorientado, en el momento en que vio el rostro de Araida se impulsó con los brazos y quedo de pie en su cama: error.

En el momento exacto en que sus pies hicieron contacto con la gran sabana de borrega se escucho un crujido o pequeña explosión, no era el sonido del rechinar de los resortes del colchón y tampoco la liberación de aire en las articulaciones de su cuerpo, era una pequeña bolsa de salsa verde que hizo explosión y quedo esparcida por toda la cama.  El rostro de Araida era inexplicable, el ejemplo mas similar para describirlo era que acababa de salir de labor de parto después de haber tenido cuatrillizos y el doctor hubiera confundido las incubadoras con la ventana, para ser mas específicos el Dr.Meiner Ringword.

Meiner no se detuvo a observar la reacción de Araida y salió de la habitación a zancadas, Araida no lo dudo ni un nanosegundo y salió detrás de él sin prisa. Unos segundos después se escucho el sonido de un fuerte estruendo, tan fuerte que provoco que las personas que se encontraban en su habitación salieran a ver que era lo que había causado el impacto. Fui la primera en salir al corredor debido a mi cercanía a la puerta y la primera en presenciar la traumática escena  de película de terror psicológico, la pesada y grande maquina expendedora de golosinas estaba tirada en el suelo con un líquido rojo esparcido por todo el suelo con la decoración de la mitad de un zapato de Meiner sobresaliendo de la maquina. Todos mantenían una expresión de confusión, pero estaba claro que Meiner no se encontraba debajo de esa maquina ya que no esta lo suficientemente pesada como para reducir su anchura a un milímetro y el liquido rojo no es muy viscoso a la vista, ni tiene la característica tonalidad carmesí de la sangre.

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