Hay una fogata, estamos casi todos alrededor de ella. Todavía me pregunto sobre aquello que dijo Iago, que reconoció nuestras caras. Le pedí explicaciones, pero se rehusó a hablarme. Me enojé con él y le grité una sarta de cosas por lo que ahora ambos no nos queremos ni ver.
Si algún director de cine con un poco de cerebro está mirando la escena podría aprovecharla para una película. En mi mano sostengo algo que me alcanzaron. No le presté la atención suficiente, pero impoluta, me sonríe una manzana roja. Tiene aspecto arenoso pero mi estómago ruge. ¿En dónde la habrán conseguido?
Siento como si estuviese teniendo un ataque de ansiedad que no se termina de desatar en mi interior. Es la única forma en la cual podría explicarlo, aunque sé que no es precisamente eso. Siento miedo, incomodidad, un desencaje total, en cualquier momento podría darme un infarto, ¿cómo están todos tan tranquilos? Únicamente me puedo quedar haciendo lo que mejor se me da: observar.
Ya se hizo de noche. Las horas parecen pasar a un ritmo diferente. La causa por la cual estoy aquí quieta radica en que me quise ir sola. No podía quedarme descansando sin saber qué les ha sucedido a mis amigos, pero Max y su grupo no me dejaron ir pese a mis repetidas insistencias. ¿Desde cuándo una persona no es libre de hacer lo que quiera si no está rompiendo ninguna norma? Aunque... ¿a dónde podría ir sola a estas horas? Ni siquiera sabría enfrentarme contra un gato salvaje. Iago, mi "nuevo compañero de aventura" no se ve muy afectivo, y si le sumamos la pelea de hace un rato, creo que daría como resultado una respuesta al estilo "no te acompañaría ni aunque de esto dependa la supervivencia de la especie humana".
Pego un mordisco a la manzana y efectivamente está arenosa.
—¿De dónde habrán sacado la comida? —pienso sin querer en voz alta.
—Después de un tiempo aquí nos dimos cuenta que no sería fácil salir, entonces decidimos establecernos para subsistir, de hecho, en el último tiempo lo venimos haciendo a duras penas —me responde una chica de aspecto joven y ojos luminosos que se presenta como Lucy mientras se sienta al lado mío —por cierto, bienvenida.
No le pregunté directamente, pero de cierto modo, las palabras que utilizan todos aquí me hacen mucho ruido. La miro con detenimiento para ver si no está bromeando, pero se la ve tranquila. Una fina neblina la rodea.
—¿Cómo que "después de un tiempo" y "subsistir"? Máximo debemos llevar dos días aquí —digo enfatizando algunas partes de la oración —no entiendo por qué hablas de subsistir o de después de un tiem...
—Señoritas.... —me interrumpe Max, quien hace muy alevoso el hecho de que él está al mando —Lucy, ¿podrías acompañarme? —su cara se transforma de inmediato. Clava sus ojos en los míos. Aquellas pupilas marrones antes llenas de luz solo demuestran miedo.
—Sí, claro —responde.
—¿A dónde van? Lucy, quédate conmigo —pregunto mientras me incorporo e intento tomarla del brazo. Max me empuja y caigo al suelo.
—No te metas donde no te incumbe —me dice Max. Me levanto hecha una furia pero la chica se pone adelante.
—No molestes, ya vuelvo —me intenta tranquilizar. Pero lo cierto es que no me tranquilizo nada, su rostro dice totalmente lo opuesto. Su mirada me habla mientras se aleja. Creo haber escuchado un inteligible "lo siento" antes de perderla de vista ¿qué es lo que sentía? ¿nadie podía darme una respuesta concreta y lógica en este estúpido lugar? ¿por qué todos miran la situación y nadie ayuda?
Mesobresalto. Un solo disparo atraviesa el aire. Un sonido ensordecedor aparece.Muchos gritos y agitación. Una tormenta eléctrica. Caigo desmayada.

ESTÁS LEYENDO
Límite
Mystery / ThrillerLuana, Leon y Rachel por fin van a irse de viaje para festejar que terminaron la escuela de una vez por todas. Lo que no saben es que un destino fatal los está esperando. Se encontrarán en un lugar desconocido, espeluznante y muy particular. Encontr...