Límite

LEON 10

Se me hiela la sangre, me siento como en un limbo. No entiendo qué está sucediendo, y no tener el control de la situación me pone de un humor bastante particular.

Alguien allí afuera se está divirtiendo a lo grande con las desgracias ajenas. Se regocija con nuestra desesperación.

Me prometo que si encuentro a esa persona, la moleré a golpes. No arreglo las cosas con violencia, de hecho, hago todo lo contrario, creo que la mejor arma que uno puede tener es la palabra. Todos los problemas suelen suceder por una falta de comunicación. En algún lado comienza y luego se va reflejando en todas las personas.

Un cosquilleo espeluznante recorre cada parte de mi cuerpo cuando escucho cómo repiten una y otra vez mi nombre. De repente siento que mis hombros se sacuden.

—Leon —me dice Grisel.

—¿Qué? ¿Qué pasa? —atino a decir.

—Alguien se está divirtiendo con nosotros. No estoy segura qué intenciones pueda o puedan tener, pero debemos mantenernos con vida. No pierdo las esperanzas de que vengan a rescatarnos. No quisiera morir quemada también.

Mi cabeza hace un click.

—¿Y si todo esto del fuego es asunto mio?

—¿Por qué sería asunto tuyo? —me mira confundida.

—Verás... "cuando tus miedos puedas superar" —comienzo a explicar —como ya te comenté, mi madre ha muerto quemada en un accidente automovilístico. Desde entonces hay dos cosas que me atemorizan... el fuego y la muerte de algún ser querido.

—Entonces... —comienza escéptica —¿Crees que todo esto es una especie de prueba para ti?

La verdad que dicho de ese modo suena bastante gracioso.

—Suena raro, pero es una opción. Quizás la única que tenemos hasta el momento.

—Es una pésima opción. Y además hay algo que falla en tu teoría.

—¿Qué? —digo impaciente al ver que no prosigue.

—¿Por qué mis miedos no se representan? Y se se trata solo de ti, ¿Por qué demonios estoy yo acá?

—No lo sé...

De repente siento cómo se desmorona lo único que le podría dar sentido a todo lo que estamos viviendo. Necesito pensar con tranquilidad, pero no puedo porque tengo muchas cosas en la mente.

Intento visualizar todos los mensajes que fueron apareciendo. Según mis cálculos, son seis, tres de los cuales estaban escritos en papelitos que se borraron: "El límite encontrarás cuando tus miedos puedas superar", "El tiempo corre" y "Sin límite no hay salida".

Con un poco más de esfuerzo podría sentir todas mis neuronas trabajando al mismo tiempo tratando de sacar algo útil. Además, había dos mensajes en el pasto... "Tic, tac, tic, tac" y "Sin lamentos". Esta última frase llama especialmente mi atención. Y también estaba aquel mensaje en la fotografía...

—¿Qué? —me pregunta Grisel al notar que me quedo mudo.

—Estaba repasando los mensajes cuando de repente —meto la mano en el pantalón para sacar los tres pedazos de la fotografía que había guardado —¡Mierda! ¡Lo sabía!

—¿De repente qué? ¿Qué carajos te pasa Leon?

Le muestro los tres pedazos que habíamos visto con anterioridad. En su lugar ya no se ve fotografía alguna, sino un color blanco que me resulta aterrador. Un blanco como si se hubiese develado automáticamente la foto... ¿Cuál era su mensaje? "Encuentra el límite". ¿Qué mierda es el límite?