Un breve recuento mental: estoy en el medio de la nada, nadie parece haberse enterado de nuestra desaparición, no encuentro a mis amigos, han muerto asesinadas dos personas desde que estoy aquí. Tengo enemigos por rebote, y... estoy con un chico llamado Iago, que a grandes rasgos, por ahora es un asesino y algo fantasioso. No sé qué pretende de mí, pero sea lo que sea, no va a obtenerlo. Tengo que buscar a mis amigos, me repito una vez más.
Dentro del bunker en el cual nos encontramos casi no se soporta el olor a encierro. Iago ha sacado todo el contenido que estaba desprolijo y desordenado de adentro de las mochilas y lo ha desparramado sobre el suelo. No quiero sacarle la vista de encima. Mis cálculos mentales están siendo entrenados constantemente acerca de lo que haría en el caso de que él agarre alguna de aquellas armas y decida apuntarme.
En total son tres botellas chicas de agua no muy cristalina y el plástico se ve bastante viejo, hay conservas, comida enlatada, semillas, dos pistolas, dos cuchillos con mango negro, uno de los cuales era el que Iago utilizó para asesinar a aquel tipo llamado Winston, cargadores, cajas con balas, un poco de cuerda y una manta. Todo aquello es de lo que disponemos.
—¿Cuál es el plan? —pregunto después de un silencio incómodo en el que estábamos apreciando las cosas desparramadas por el suelo.
—Tengo un amigo —me responde mirando a la parte oscura del bunker que no alcanza a iluminar aquella vela—. Lo he conocido aquí, pero está escondido en la ciudad. No queda muy lejos.
Lo miro. Trato de concentrarme en lo que está diciendo. No puedo terminar de entender bien.
—Verás... —comienza devuelta mientras resopla—. No tengo otra forma de decírtelo. Pensarás que estoy loco, pero sacando nota de algunas cosas que te dije, llegué a la conclusión de que este lugar no es nada normal. No comprendo muy bien el concepto, pero de cierta forma, si prestas la suficiente atención, este lugar te habla y te comunica cosas —hace una pausa en la que me mira directo a los ojos—. Ya te dije que para buscar a tus amigos necesitamos ayuda. Si todo es como creo... deben estar en peligro.
No estoy muy seguro de si confiar en él o no, pero me pone muy alerta escuchar en la misma oración "peligro" y "tus amigos". Quiero salir del bunker y buscar a mis amigos por mi propia cuenta. Si me encuentran, el campamento de Max me echaría la bronca por el chico que murió, y yo no he tenido nada que ver.
Estoy decida a escapar, pero al mismo tiempo, una vocecita que no estoy segura si es fruto de mi misma, me dice que acompañe a Iago. Es algo inexplicable. Sin motivo alguno comienzo a pensar que la mejor opción es seguirlo, pero, ¿Realmente lo estoy pensando yo? ¿O es eso a lo que se refiere Iago cuando dice "este lugar te habla"?
Tomo un poco de determinación para indagar un poco más sobre dónde encontraríamos aquella ayuda.
—En la ciudad. Ya te lo dije. En realidad no es una ciudad con todas las letras. No al menos como yo recuerdo que eran las ciudades antes de llegar aquí —intenta bromear—. Digamos que allí no habita nadie, por lo que será bastante difícil encontrar a mi amigo.
—¿Cómo se llama y por qué es tan difícil de ubicar?
—No puedo responderte a lo primero, pues si te atrapan podrías cantar todo y eso no pondría muy feliz a mi amigo. Y pensándolo bien, tampoco lo segundo. Lo único que te puedo decir es que él es un genio, de cierta forma tiene acceso a mucha información y codificaciones sobre este lugar.
—¿Y dices que él nos ayudará?
—Podría ser...
No espero más. Me pongo de pie y le hago un además para que Iago haga lo mismo. Enseguida se pone a guardar las cosas en la mochila. La verdad es que un "puede ser" no me convence para nada, pero la voz interior sigue diciéndome que confíe en Iago.
Va hacia unos estantes y cuando vuelve, me da un pantalón nuevo color verde.
—No puedes andar con la rodilla descubierta —me dice mientras asiento en forma de agradecimiento. Con todo lo sucedido, ya me había olvidado de ese pequeño detalle.
Le pido que se de vuelta y se tape los ojos. Así lo hace. Con mucho cuidado, aunque la herida ya no me duele, me voy sacando el pantalón anterior y acto seguido me pongo el nuevo.
—Listo —le aviso.
—Bien, ahora debemos descansar. Partiremos a la noche, no quiero andar de día. Tú puedes recostarte en el catre, yo lo haré en suelo.
Me cuesta más o menos media hora conciliar el sueño. En él estoy tomando una chocolatada con las galletas de mamá. Y luego ya no soy consiente acerca de qué estoy soñando.
Hola! ¿Cómo va esa lectura? ¿Les viene gustando? Hoy quería compartirles el aspecto que en mi mente tienen Luana y Iago. Se los había compartido por mi instagram, pero sé que hay muchas personas que no me siguen por ahí (si me quieren buscar es /matiasgbtwo). ¿Les viene gustando la novela? ¿Se imaginaban así o de forma diferente a los personajes? ¡La próxima semana les comparto el aspecto de Leon y Grisel! :D ¡Gracias por leer y sus comentarios, me dan muchos ánimos a seguir!
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Límite
Misterio / SuspensoLuana, Leon y Rachel por fin van a irse de viaje para festejar que terminaron la escuela de una vez por todas. Lo que no saben es que un destino fatal los está esperando. Se encontrarán en un lugar desconocido, espeluznante y muy particular. Encontr...