Mᴀʀᴠᴇʟ ONE SHOTS (Pᴇᴅɪᴅᴏs Cᴇʀʀᴀᴅᴏs)

Peter Parker

Estabas en tu habitación apunto de irte a la cama para dormir, tu teléfono celular sonó indicando que te había llegado un mensaje.

Tomaste el móvil y leíste aquel mensaje que provenía de tu mejor amigo, Peter Parker.

"Ven al jardín".

Es lo que es mensaje de Parker decía, Cambiaste tus shorts por un pantalón y la playera que Peter había dejado una vez en tu casa fue remplazada solo por una sudadera de zipper color gris, y te pusiste un par de tenis.

Tus padres estaban durmiendo así que decidiste salir por la ventana de tú habitación, pusiste un pie afuera de tu recamara posicionándolo en una barda del techo de tu hogar y fue así hasta que tu cuerpo completo salió, miraste a tu mejor amigo concentrado en su teléfono y soltaste una sonrisa boba, saltaste del techo y Peter se asusto por el ruido que causaste.

- ¡Erika! -Dijo asustado y corriendo hasta donde estabas - ¿Estas bien? - Preguntó ayudándote a levantarte.

- Si cuentas el dolor de trasero como estar bien - Dijiste haciendo una mueca - Entonces si - Dijiste para después echarte a reír con él - ¿Para que me quieres a estas horas? -Preguntaste extrañada.

-Bueno em- Se rascó el cuello ya que estaba nervioso y tú lo notaste.

- Pete - reíste ya que el chico estaba un poco ruborizado - ¿Qué pasa? - dijiste poniendo tu mano derecha en su mejilla.

Parker te miró a los ojos - Esto pasa - Dijo para después ir directo a tus labios.

Tardaste en reaccionar y él se dio cuenta, se separó de ti y agachó la cabeza tenía la cara roja lo que se te hizo demasiado tierno. Aún no creías que Peter, tú Peter el niño del que estabas enamorada de hace algunos años te besó, cuando levantó su cara para verte con los ojos cristalizados tú te lanzaste a él acunando su rostro con tus manos y los brazos de él sobre tu cintura, profundizando el beso.

La falta de oxígeno se hizo presente provocando que ambos se separaran de aquel beso que ambos ansiaban desde hace tiempo, lo miraste a los ojos y fuiste dejando besos castos por toda su cara provocando que él soltara una leve carcajada.

-No sabes cuantas veces soñé con esto - sonreíste dejando un beso casto en sus labios.

- ¿Y por qué no lo dijiste? - acunó tu rostro con sus manos, se acercó haciendo que su aliento a menta invadiera tus fosas nasales.

- No lo sé - levantaste tus hombros y dirigiste tu mirada a sus labios - Miedo tal vez - sonreíste y él hizo lo mismo.

- Jamás tendrás miedo si estoy contigo - dijo acercándose más - Te protegeré - Él juntó una vez más sus labios - Lo prometo -Dijo él entre el beso y tu sonreíste.

Pasaron a tu habitación, se acostó a un lado de ti pasando uno de sus brazos por tu cuello y colocaste tu cabeza en su pecho escuchando los latidos de su corazón mientas él acariciaba tu cabello hasta quedarse dormidos.