CAPÍTULO IX

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¿Cómo puedes estar tan lejos y querer irte ya? ¿Cómo podemos hablar cuando nuestras bocas están cerradas? Quiero que sepas que no puedo arreglar lo que está roto...



-¿Dónde está Holly?-preguntó Lyra levantándose.

-Está con Cali y Zenda buscando el desayuno-dijo Alea sentándose junto a ella.

-¿Qué hora es?-murmuró arreglándose el cabello.

-Tarde-suspiró- ¿Hasta qué hora te quedaste anoche con Mael?

-Estaba amaneciendo.

-Admítelo, te gusta el general-sonrió elevando una ceja.

-Alea, ¿cuándo pararán de decir estupideces?-ladeó la cabeza.

-Cuando lo admitas-sonrió.

-Mael tiene treinta y cinco años, yo apenas tengo veinte y porque los cumplí hace una semana.

-¿Tu cumpleaños fue hace una semana?-abrió los ojos.

-¿No te sorprende que él tenga treinta y cinco pero sí que mi cumpleaños haya pasado y ninguna se enteró?-enarcó una ceja.

-Por favor, todas aquí sabemos que Mael es un viejito lindo-me guiño un ojo- lo que sí me molesta que no nos dijeras sobre tu cumpleaños.

-Las personas debemos estar felices para nuestros cumpleaños y yo no me considero totalmente feliz en estos días.

-Llegamos-dijo Calíope entrando seguida de ánimas con su comida.

-Apresúrense esclavas-gritó Madame entrando molesta con una mano en su frente- Hoy les toca bañarse.

-¿Qué pasó Madame? ¿El sol no le agrada?-sonrió Lyra mirándola con una ceja alzada.

-Muy graciosa chiquilla-gruñó- solo apresúrense, el supremo quiere verlas en este instante.

Todas se movieron en fila, camino al río de abajo, pero ésta vez Mael no estaba cuidándolas, extrañamente eso decepciono un poco a Lyra, pero en su lugar estaba otro de los generales renombrados de Kenneth.

Luego de estar en el río fueron llevadas al palco especial del supremo, donde las esperaban él y sus hijos, Neferet al instante comenzó a sentirse incomoda, nerviosa, sus piernas temblaban y sudaba en frío. Se pararon junto al supremo, rodeándolo con cierto espacio de por medio, éste sonrió malicioso y tomó su cetro mirando al pueblo que aclamaba ansioso desde abajo.

-Ciudadanos de DiProk, es un placer para mí informarles sobre la existencia del próximo sucesor de mi sangre- exclamo sonriente y todos gritaron aún más fuerte.

-¿De qué diablos habla este sujeto?-dijo Lyra susurrando en el oído de Calíope.

-¿Acaso alguna de nosotras estamos embarazadas y no sabíamos?-dijo con gracia Alea.

-Les apuesto a que es Adella-sonrió Zenda codeando a Calíope.

-Cállense, no tienen permiso para hablar y menos en una ceremonia o anuncio del supremo-gruñó el guardia golpeando con un palo en las canillas de cada una.

-Yo me encargaré de ellas luego-sonrió Adirán apareciendo a su lado.

-Mi futuro hijo, traído hasta este mundo por gloria de los dioses, un niño más de raza pura, inmortal como todos nosotros-señaló, haciendo gestos al guardia- Ésta hembra me dará al futuro supremo.

Tomó a Neferet del brazo y la empujó junto a él al palco, apretando su brazo alzo medianamente su cuerpo mientras le tocaba el vientre con brusquedad.

Al instante todas las demás chicas se miraron asombradas entre sí, mientras Neferet las miró sobre su hombro y ellas lograron ver como una lágrima caía por su mejilla.

-¿Neferet?-murmuró Zenda.

-Es por eso que estaba tan callada-dijo Alea.

-Joder... Hay que ayudarla-dijo Lyra mirándolas detenidamente- Ése niño no puede nacer dentro de DiProk, menos sabiendo que el supremo es su padre y déjenme decirles que yo me encargaré de que eso no suceda.

Las hembras se encontraban sentadas en ronda, observando entre sí los movimientos de cada una, excepto Calíope y Holly quienes jugaban en la orilla del jardín.

Adella finalmente resopló rendida, parándose de la mano de Cassandra, yéndose a la orilla del lago seguida de dos más.

-¿Pretenden ignorar lo que sucede?-dijo Anaé molesta.

-No podemos hacer nada-dijo Felicia yéndose junto a las demás.

-Mejor que se vayan antes de que les parta la boca y me envíen al calabozo-gruñó Lyra volteando la mirada.

-Tan gentil -sonrió Zenda agarrando un mechón de cabello.

-¿Cómo planeas sacar a ese niño de aquí?-preguntó Alea.

-No lo sé.

-Reconfortante-suspiró Zenda rodando los ojos.

-No es tan fácil planear una escapatoria del reino-susurró Lyra- le preguntaré a Mael, cuando lo encuentre.

-¿Dónde ha estado?-preguntó Anaé mirándolas.

-Desde anoche no lo veo.

-¿De quién hablan?-preguntó Calíope sentándose junto a Alea.

-Mael, Lyra quiere hablar con el-dijo Zenda sonriente.

-¿Quién quiere hablar conmigo?-oyeron detrás del pilar de los jardines.

Todas giraron a ver a Mael, caminando con sus manos entrelazadas detrás de su espalda y dando pasos cortos y lentos, con una mirada seria, como si estuviera ausente de todo.

Las hembras instintivamente miraron a su amiga verlo inmutada, Holly simplemente sonrió tomando la mano de Anaé y tirándola a la fuente.

-Necesitamos tu ayuda-dijo parándose frente a él.

Matarás fuera del Cielo. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora