CAPÍTULO XLIII

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Creo que perdí la cabeza hace un momento.

Porque he estado viendo algunos fantasmas.

Y estaría mintiendo si te dijera que estoy bien.

Pero yo miento...

...

-¿Kit?-sonrió Lyra-Joder, maldito loco-dijo abrazándolo.

-¿Por qué la rubia mala está abrazando al sujeto que nos quiso matar hace instantes?-dijo Kaira señalándola confundida.

-Tiene una bandera blanca y roja, significa que está en son de paz, que no es enemigo nuestro-aclaró Alea mirándola sobre su hombro.

-¿Por qué lo abraza?-insistió la niña.

-Parece que es conocido de nuestra niña mala-sonrió Zenda ladeando la cabeza.

-Primero el Príncipe ahora éste sujeto-rio la niña- a eso lo llamo suerte-carcajeo.

-Y eso que no la conoces con el general-la siguió Cali.

-¿Qué haces en el medio del desierto?-preguntó Lyra apartándose.

-Alguien me ordenó que las protegiera-sonrió con melancolía.

-¿Quién?-insistió la rubia.

-No puedo decirte-negó riendo.

-Kit, casi te mató, me parece que deberías decirme-lo miró ladeando la cabeza.

-Está bien-suspiró- Mael me pidió que las cuidara en su viaje a la Tierra Extinta.

-Que sujeto más agradable-suspiró ella indiferente.

-Parecía muy interesado en que no te sucediera nada.

-Lo felicito-sonrió dando media vuelta.

-¿A dónde vas?-preguntó elevando algo la voz.

-Está oscureciendo, nosotras debemos seguir nuestro camino y Máx debe de comer tranquilo-exclamó sin mirarlo-Mi Príncipe debe crecer bien-guiño un ojo viéndolo de costado.

-Quédense conmigo esta noche, partiremos al amanecer-insistió- Yo me encargaré de hacerlas llegar a la Tierra Extinta sanas y salvas.

Lyra llegó junto al lugar de Alea apoyando su cabeza en su antebrazo, soltó un suspiro con las miradas de todas allí, negando a sus ideas alocadas de seguir hasta el cansancio y volvió a mirarlo decidida.

-Aceptó la propuesta, pero a ninguna puede pasarle nada-exclamó asintiendo desde su lugar- guíanos a tu lugar.

Kit asintió contento, subiendo nuevamente al auto esperando que ella lo siga, ninguna de las chicas comprendía que sucedía allí.

-Lyra ¿Quién es ése sujeto?-preguntó Kaira meciendo al niño.

-Un amigo de mi infancia-sonrió sentándose junto a Alea.

-Que amigo-alargó Alea.

-Lo mismo digo-sonrió Cali.

-¿Les gusta? Diag, que asco-chillo Kaira sacando la lengua.

-Luego lo entenderás Kaira -rio Lyra apoyando sus codos en sus rodillas flexionadas sobre el asiento.

-Los niños tienen gérmenes-negó repetidas veces.

-¿Y qué hay de Max? Él no tiene ningún germen, es puro y limpio, es la manzana del edén-dijo Lyra mirándola de reojo.

-Máx es un bebé, es diferente, tú lo dijiste, es puro. Yo hablo de chicos-sonrió la niña apartando mechones de pelo y entregándole el bebé a Calíope.

Alea conducía detrás del auto de Kit, el sol se escondía, cautivando los ojos azules de la pequeña Kaira, quien saboreaba la libertad, la felicidad que conllevaba perseguir el horizonte y sus secuaces.

Las montañas se encontraban a unos pasos de las arenas, montañas y montañas de arena, que bailaban junto a los autos.

Finalmente pararon en el centro de todo, confundiendo a las chicas que miraban al antiguo soldado bajarse de su auto con su casco y su espada en manos, camino un poco llegando a la entrada de una cueva.

Lyra bajó del auto mirando a sus alrededores, desenfundando el arma que llevaba en su bota miró a Cali asintiendo para que bajaran, Kaira se apresuró a llegar con ella y tomarla de la capa, sacando un pequeño cuchillo de su cinturón.

-¿Por qué tantas armas? Las tengo que proteger no matarlas-carcajeó él.

- Porque hay millones de bandidos y nómadas que nos buscan por causa del Supremo-dijo Alea bajando del auto.

-Ya veo-murmuró Kit mirándola detenidamente.

- Tengo hambre-chilló Kaira- Algún animalejo debe haber por aquí que podamos matar y comernos.

-Desearía que fuese real, pero ya intenté buscar animales por doquier, no hay nada que se pueda comer-dijo él sonriendo de lado.

-Kit, te presento a mis amigas- suspiró Lyra entrando a la cueva detrás de él- Calíope, la cabeza de zanahoria. Zenda, la ojos de farol-sonrió señalándola- Kaira, la hija del cielo-sujetó el cabello de la niña- Máx, mi niño hermoso y Alea, mi mano derecha.

-Kit Passenger, un gusto-sonrió estrechando las manos con Alea.

-Darian me regaló comida, está en el auto-dijo Lyra- Iré a buscarla.

Matarás fuera del Cielo. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora