Creo que perdí la cabeza hace un momento.
Porque he estado viendo algunos fantasmas.
Y estaría mintiendo si te dijera que estoy bien.
Pero yo miento...
...
-¿Kit?-sonrió Lyra-Joder, maldito loco-dijo abrazándolo.
-¿Por qué la rubia mala está abrazando al sujeto que nos quiso matar hace instantes?-dijo Kaira señalándola confundida.
-Tiene una bandera blanca y roja, significa que está en son de paz, que no es enemigo nuestro-aclaró Alea mirándola sobre su hombro.
-¿Por qué lo abraza?-insistió la niña.
-Parece que es conocido de nuestra niña mala-sonrió Zenda ladeando la cabeza.
-Primero el Príncipe ahora éste sujeto-rio la niña- a eso lo llamo suerte-carcajeo.
-Y eso que no la conoces con el general-la siguió Cali.
-¿Qué haces en el medio del desierto?-preguntó Lyra apartándose.
-Alguien me ordenó que las protegiera-sonrió con melancolía.
-¿Quién?-insistió la rubia.
-No puedo decirte-negó riendo.
-Kit, casi te mató, me parece que deberías decirme-lo miró ladeando la cabeza.
-Está bien-suspiró- Mael me pidió que las cuidara en su viaje a la Tierra Extinta.
-Que sujeto más agradable-suspiró ella indiferente.
-Parecía muy interesado en que no te sucediera nada.
-Lo felicito-sonrió dando media vuelta.
-¿A dónde vas?-preguntó elevando algo la voz.
-Está oscureciendo, nosotras debemos seguir nuestro camino y Máx debe de comer tranquilo-exclamó sin mirarlo-Mi Príncipe debe crecer bien-guiño un ojo viéndolo de costado.
-Quédense conmigo esta noche, partiremos al amanecer-insistió- Yo me encargaré de hacerlas llegar a la Tierra Extinta sanas y salvas.
Lyra llegó junto al lugar de Alea apoyando su cabeza en su antebrazo, soltó un suspiro con las miradas de todas allí, negando a sus ideas alocadas de seguir hasta el cansancio y volvió a mirarlo decidida.
-Aceptó la propuesta, pero a ninguna puede pasarle nada-exclamó asintiendo desde su lugar- guíanos a tu lugar.
Kit asintió contento, subiendo nuevamente al auto esperando que ella lo siga, ninguna de las chicas comprendía que sucedía allí.
-Lyra ¿Quién es ése sujeto?-preguntó Kaira meciendo al niño.
-Un amigo de mi infancia-sonrió sentándose junto a Alea.
-Que amigo-alargó Alea.
-Lo mismo digo-sonrió Cali.
-¿Les gusta? Diag, que asco-chillo Kaira sacando la lengua.
-Luego lo entenderás Kaira -rio Lyra apoyando sus codos en sus rodillas flexionadas sobre el asiento.
-Los niños tienen gérmenes-negó repetidas veces.
-¿Y qué hay de Max? Él no tiene ningún germen, es puro y limpio, es la manzana del edén-dijo Lyra mirándola de reojo.
-Máx es un bebé, es diferente, tú lo dijiste, es puro. Yo hablo de chicos-sonrió la niña apartando mechones de pelo y entregándole el bebé a Calíope.
Alea conducía detrás del auto de Kit, el sol se escondía, cautivando los ojos azules de la pequeña Kaira, quien saboreaba la libertad, la felicidad que conllevaba perseguir el horizonte y sus secuaces.
Las montañas se encontraban a unos pasos de las arenas, montañas y montañas de arena, que bailaban junto a los autos.
Finalmente pararon en el centro de todo, confundiendo a las chicas que miraban al antiguo soldado bajarse de su auto con su casco y su espada en manos, camino un poco llegando a la entrada de una cueva.
Lyra bajó del auto mirando a sus alrededores, desenfundando el arma que llevaba en su bota miró a Cali asintiendo para que bajaran, Kaira se apresuró a llegar con ella y tomarla de la capa, sacando un pequeño cuchillo de su cinturón.
-¿Por qué tantas armas? Las tengo que proteger no matarlas-carcajeó él.
- Porque hay millones de bandidos y nómadas que nos buscan por causa del Supremo-dijo Alea bajando del auto.
-Ya veo-murmuró Kit mirándola detenidamente.
- Tengo hambre-chilló Kaira- Algún animalejo debe haber por aquí que podamos matar y comernos.
-Desearía que fuese real, pero ya intenté buscar animales por doquier, no hay nada que se pueda comer-dijo él sonriendo de lado.
-Kit, te presento a mis amigas- suspiró Lyra entrando a la cueva detrás de él- Calíope, la cabeza de zanahoria. Zenda, la ojos de farol-sonrió señalándola- Kaira, la hija del cielo-sujetó el cabello de la niña- Máx, mi niño hermoso y Alea, mi mano derecha.
-Kit Passenger, un gusto-sonrió estrechando las manos con Alea.
-Darian me regaló comida, está en el auto-dijo Lyra- Iré a buscarla.
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Matarás fuera del Cielo. [COMPLETA]
Ciencia Ficción¿Cuándo el mundo se fue al carajo? ¿Cuándo dejamos de ser humanos? ¿Cuando las mujeres nos convertimos en simples objetos de un "rey" pagano? ... El deber de devolver éste mundo egoísta a una estabilidad moral está en seis simples hembras del Suprem...