CAPÍTULO XII

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¿No vas a decir lo que está en tu mente? Decir lo que está en tu mente al pie de la letra. Dime que eres mía. Muéstrame de lo que estas hecha. Di esa mierda al pie de la letra, tú sabes que he sido el único que ha estado ahí para ti cuando no tuviste a nadie, te lo juro por Dios.



El supremo había enviado a llamar al general, ansioso por decirle su plan, pero Mael decidió tardarse lo más que pudo, deteniéndose en las escaleras y buscando un vaso con agua. Finalmente llegó al salón real, respirando profundo antes de empujar las puertas y verlo sentado con su cetro en su mano derecha.

-¿Qué desea señor?-preguntó parándose frente al mesón con una mano detrás de su espalda.

-Pídeles a las ánimas que vayan haciendo un cuarto para mi futuro heredero-sonrió apoyándose más en su cetro para pararse- Después de todo dentro de cuatro meses nacerá el niño.

-¿Neferet tiene cinco meses de embarazo?-preguntó asombrado.

-Sí, lo mantuvimos en secreto un tiempo hasta ver si no perdía el niño, ya sabes-ladeó su cabeza mirándolo- Igual ella se enteró al cuarto mes, asunto que no fue difícil de esconder.

-Bien mi señor-asintió mirándolo- Ahora mismo iré a decirles a las ánimas.

-Oh y diles a las demás hembras que se preparen para mis hijos-se devolvió al trono- en treinta minutos irán al harén.

Mael asintió nuevamente dando la vuelta, caminó hasta las escaleras que bajaban al piso de las ánimas, un sub suelo húmedo y repleto de suciedades en las paredes de piedra, pero las ánimas se sentían afortunadas de servir al rey inmortal. Otra cualidad de Kenneth, la manipulación colectiva semi voluntaria.

Empujó las puertas de madera rota, alarmando al par de chicas que se encontraban durmiendo en los costados del salón y de inmediato tres ánimas se acercaron a él, digamos los jefes, para preguntar que necesitaba.

-Kenneth me pidió que les ordenara hacer una habitación para el futuro heredero- los miró.

-Vale, ahora mismo nos pondremos a arreglar ese asunto- asintió el joven dando media vuelta.

Mael volvió al cuartel de las tropas, dispuesto a quitarse la armadura por unos segundos antes de ir a llamar a las hembras, topándose en su camino con Ihan, su "competencia" por ser la mano izquierda del supremo, y éste lo siguió hasta su habitación.

-¿Por qué no me contestas Mael? ¿El supremo no te dio permiso de hablar?-se burló caminando detrás de él.

-Ihan, déjame en paz-suspiró quitándose sus muñequeras.

-¿Qué te pidió hacer ahora?-se apoyó contra el marco de la puerta- El viejito está muy emocionado por su quinto hijo-sonrió de lado.

Mael le ignoró prosiguiendo a sentarse en su cama, dándole la espalda, estiró sus brazos y tomó el tazón con agua tibia y un trapo para lavarse la cara.

-Apuesto que te dijo que le buscaras a las hembras para sus hijos los deformes-carcajeó- A veces llego a compadecer a esas pobres prostitutas, por tener el estómago de estar con esos sujetos- sacó la lengua asqueado.

Mael se giró levemente enarcando una ceja, esperando a que diga algo más así le partía la cara, cosa que tenía ganas de hacer hacía tiempo y ahora había oportunidad.

-Lyra sí que es la más lista de todas esas putas-se rascó la nuca con una sonrisa en la mitad de su rostro- la preferida de Adirán-negó sarcástico- Sin duda alguna, la puta más lista de todas...-asintió- También una de las más lindas.

Mael se paró molesto, caminó con rapidez y con una mano tomó del cuello a Ihan, mientras con la otra le soltó un puñetazo en la boca, tirándolo al suelo. Lo levanto de nuevo, empujándolo contra la pared, le pegó un rodillazo en su estómago y lo dejó caerse al suelo, retorciéndose.

-Esto es lo que sabes hacer, esto es lo que eres-sonrió Ihan girándose sobre su espalda.

-Podrías cerrar la boca y así no recibirías tantos golpes-sonrió Mael.

-Vamos Caballero Dorado-se paró con dificultad- ¿Acaso te molesta que insulte a esa prostituta? ¿Es esto un indicio de emociones de parte del general más sanguinario de todos?-enarcó una ceja- Sabes que no puedes ni tocarla sin que te castiguen, no sigas con ello, no te llevará a nada. Solo conseguirás que te lleven a la horca y que tu enamorada sea llevada a la guillotina por haberla mirado.

-No es mi enamorada-tensó la mandíbula- Lárgate de aquí Ihan-lo empujó hacia la puerta yendo junto a sus muñequeras.


Matarás fuera del Cielo. [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora