Y la violencia causó tal silencio.
¿Quién de nosotros está equivocado?
...
Las horas se habían pasado, mientras las chicas esperaban a sus amigas, Máx ya había comido y ellas en su lugar no habían probado bocado, Darian estaba mirando cada paso que daban, las cosas que miraban, los minutos que tardaban en decirse algo.
Lyra había caminado hasta la cercanía de una ventana mirando los escombros de la ciudad, meciendo a Máx mientras le tarareaba una canción de cuna.
El niño no se quejaba, no lloraba ni hacia escándalos. Estaba en la etapa que era ideal para los niños, de paso les venía de maravilla a las chicas.
-Cantas bastante bien-dijo una voz masculina a sus espaldas.
Lyra se giró sin intenciones de decir nada, mirando con la misma indiferencia a l Príncipe, la misma indiferencia que le enseñó Mael.
-No sé tu nombre-insistió mirando la ventana a su lado.
-Lyra-respondió secamente.
-Que nombre tan peculiar-sonrió de lado- Al parecer tus amigas necesitan reposo, tu palabra no podrá cumplirse-murmuró mirándola de reojo.
-Si es necesario que no duerma por días en lo que llegamos al puente yo no pegare un ojo y hasta cuidaré de Max.
-Hablas como si fuese fácil no dormir, no comer, cuidar un niño que ni siquiera es tuyo-negó repetidas veces.
-Sé que no es fácil- sonrió ella burlándose volviendo a mecer al bebe-Luminosa vida, mi alma pedía entre el cielo y el océano vacío...-comenzó a cantar ignorando la presencia del Príncipe a su lado.
-Es la canción de la Sirenita-sonrió señalándola-mi madre me la cantaba.
-Yo se la cantaba a mi hermana cuando era pequeña-sonrió con melancolía.
-¿Y cuál de ellas es tu hermana? -preguntó señalando la puerta.
-Ninguna-suspiró- Holly fue asesinada antes de salir de nuestra ciudadela.
-Oh, em.... Lo siento-murmuró.
El Príncipe dio media vuelta, dejando a la joven sola y dirigiéndose camino a la sala del chamán, quien lo había mandado a llamar.
La sala estaba dividida por dos grandes grupos de rebeldes, en el centro estaba el brujo parado junto a un altar que tenía una cruz gigante colgando sobre su cabeza, sin filtrarse a ver que había llegado alzó las dos manos, dejando ver dos collares de plata y de oro, con medallones diferentes.
El collar de plata era un par de alas de Ángel y una espada atada a ellas, mientras que el de oro era una corona con dos espadas entrelazadas detrás de ella y una pequeña abeja en su lado derecho.
-Es una verdad-habló el chamán-en un mundo, donde carece de él, hay dos que poseen amor. Debemos tenerlos, ustedes fueron elegidos. Ellos pueden salvarnos a todos-se giró mirándolos- Así que vayan, ahora.
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Matarás fuera del Cielo. [COMPLETA]
Science Fiction¿Cuándo el mundo se fue al carajo? ¿Cuándo dejamos de ser humanos? ¿Cuando las mujeres nos convertimos en simples objetos de un "rey" pagano? ... El deber de devolver éste mundo egoísta a una estabilidad moral está en seis simples hembras del Suprem...