Estaban allí, sentados, como todas las noches, junto aquel lago que tanto les gustaba a ambos. Se pasaban las noches hablando de mil cosas con tal de pasar un rato juntos. Azura era muy tímida y todavía le costaba admitir que tenía una relación amorosa con Corrin, por lo que quedaban todos los días junto al lago para que nadie los viera.
La joven no paraba de reír. Corrin era muy jovial y siempre estaba haciendo tonterías para hacer reír a Azura.
- ¡Oye, para! - le gritó la joven después de que Corrin intentara tirarla al lago.
- De acuerdo, ya paro. Es que me gusta estar contigo y mi forma de expresarlo es...estar feliz. - le reprochó el príncipe mientras depositaba un beso en el cabello de Azura.
- No digo que no estés feliz, me encanta verte así, pero no creo que hacer que coja un resfriado sea una buena idea.
Corrin sonrió y abrazó a la joven por detrás.
- Corrin...- el chico la miró pensativo, se notaba que ella estaba seria, quería decirle algo importante - creo que sería una buena idea llevar a cabo tu plan...
Corrin y Azura habían estado hablando de muchas cosas. Una de ellas era como pensaban derrotar a Anankos para poner fin a la guerra. El joven había propuesto intentar convencer a sus hermanos, pero sabían que no serían bien recibidos allá donde fuesen. Habían pensado ir primero a Hoshido, les inspiraba más confianza...
- Mañana me encargaré de prepararlo todo, no te preocupes.
Ambos se dirigieron de vuelta al castillo, pues era ya tarde y mañana les esperaba un gran día...Como todos los días Corrin fue el primero en levantarse. Bueno, nunca era el primero. Jakob siempre se las apañaba para levantarse y empezar a trabajar antes que el príncipe.
Después de asearse y desayunar, se dirigió a las caballerizas, donde dormían el semental negro de Gunter, algunos pegasos que habían encontrado extraviados y algún que otro wyvern. Corrin no necesitaba montura, pues se podía transformar en dragón, pero le gustaba cuidar de un pegaso blanco que encontró Azura hace unas semanas. Se había encariñado con la princesa, la cuál lo había llamado Lurano, que, según le había contado, significaba cielo estrellado en vallés. Cuando hubo acicalado y dado de beber y comer al pegaso, se encontró a Azura reunida dentro del castillo con Jakob, Felicia y Gunter.
- ¿Y Lilith? - Corrin sabía que se pasaba gran parte del día en su santuario, pues llevar a cabo aquellos viajes la cansaba mucho.
- Está preparando el viaje. - le contestó Azura, con pinta de haber dormido poco a causa de los nervios.
El joven sabía que volver a Hoshido la alteraba.
- Tranquila, todo saldrá bien - la tranquilizó Corrin, mientras preparaban cada uno su montura y atravesaban el portal hacia Hoshido.
Aparecieron en el Cañón sin Fondo. El camino no fue largo, pero si angustioso, porque, a pesar de ser un pequeño ejército, les costaba pasar desapercibidos. En poco tiempo tuvieron frente a ellos el Fuerte Jinya, la puerta principal de Hoshido.
Corrin fue el primero en avanzar, seguido de Azura, Felicia, Gunter, Jakob y Lilith. En la puerta los esperaba Yukimura, que los había divisado hacía tiempo, junto con un gran ejército.
- ¿¡Cómo os atrevéis!? - les gritó el estratega, claramente enfadado por verlos de nuevo en territorio hoshidano - Después de todo lo que ha pasado...y todavía os molestáis en volver.
- Yukimura, por favor, escúchame...
- ¡Basta! Dejaos de insensateces...no dejaré que paséis este fuerte, y menos ahora que los príncipes Takumi y Ryoma han desaparecido. Seguro que vos estáis involucrado en su desaparición...
- Ryoma... Takumi... Mis queridos hermanos - Azura no pudo evitar venirse abajo al oír aquello.
- ¿¡Vuestros hermanos!?¿¡Cómo os atrevéis a considerados un miembro más de la familia real!? Solo sois una panda de traidores desalmados...
Corrin sintió como le hervía la sangre. No soportaba que lo llamasen traidor. Azura lo notó, posando una mano en el hombro del joven, tranquilizándolo, pero no consiguió calmarlo.
- He intentado hacerte entrar en razón... Yo solo quería dialogar contigo. No teníamos que llegar a esto - dijo el medio dragón mientras desenvainaba su espada, que relucía como nunca, a la luz del sol - Tú te lo has buscado...
La batalla fue corta, pero intensa. Felicia y Jakob se encargaron de despejarles el camino a Corrin y Azura, que fueron a por Yukimura, el cuál los esperaba al final del fuerte, mientras Gunter abatía a los refuerzos que iban llegando desde fuera. Corrin luchaba contra Yukimura mientras Azura, que iba montada en su pegaso, le cubría las espaldas al príncipe, peleando contra Orochi y Saizo, que atacaban con fiereza.
El joven príncipe atacaba con rapidez y destreza, por lo que Yukimura no aguantó mucho tiempo. En apenas unos minutos, Yukimura tenía el filo de la Yato en el cuello.
- Adelante, mátame... - masculló el estratega - Hoshido no caerá tan fácilmente.
- Todavía no te has dado cuenta, ¿verdad...? - Corrin dejó escapar una sonrisa. - Yo no mató por placer Yukimura...y mucho menos a un aliado.
El estratega se sorprendió al oír aquello. Corrin dejó que se incorporará, mientras Felicia, Gunter y Jakob se unían a ellos.
- No habéis matado a un solo soldado... - Yukimura miraba la escena asombrado.
Sus soldados yacían en el suelo, débiles y heridos, pero vivos.
- Ya te dije que no matamos por placer. Por favor, escúchanos.
Azura intentó explicarle sus motivos a Yukimura sin revelar ningún dato sobre Valla, lo cuál le resultó casi imposible.
- Siento deciros que no os creo. Dejaré que marchéis por haber sido misericordiosos, pero no os ayudaremos.
Azura se disponía a irse de allí, seguida de Felicia y Jakob, cuando alguien le tiró de la capa, obligándola a detenerse.
- Espera...no te vayas por favor...
Habría reconocido esa voz en cualquier parte. Se giró, con los ojos empañados, llenos de lágrimas. Delante de ella estaba una chica de unos catorce años, de pelo corto y rojizo. Sus ojos granates la miraban con ternura, añoranza y cariño. Su corazón se desbordo durante un instante... Era ella, su hermanita.
- Sakura...- Azura no pudo contener las lágrimas al ver a la niña, la cuál corrió a refugiarse en sus brazos.
- ¡Hermana mayor! - gritó la niña con lágrimas en los ojos mientras abrazaba a su hermana - Te he echado mucho de menos...
- Lo siento... Perdóname por haberos abandonado... Lo siento Sakura.
La niña negó con la cabeza separándose de la joven.
- Tú nunca nos dejaste...nosotros te dimos la espalda...
Azura acarició la mejilla de su hermana, secándole las lágrimas con cariño. La había echado muchísimo de menos.
Corrin no pudo evitar mirar a las chicas con tristeza. Por un momento se acordó de su otra hermanita, a la que también echaba mucho de menos. Se acercó hasta ellas y le revolvió el pelo a Sakura, la cuál le respondió con un abrazo.
- Sakura, lo siento, pero...debemos irnos - al príncipe le costaba despedirse otra vez de su hermana, pero tenía que hacerlo.
- No...quiero ir con vosotros... Por favor...dejadme acompañaros - respondió la joven princesa entre lágrimas, mientras miraba a su hermano mayor.
Yukimura contempló la escena con añoranza. No veía así a la chica desde hacía tiempo. Sakura se volvió hacía Yukimura, pidiéndole con la mirada que la dejase acompañar a sus hermanos.
- Señorita Sakura...- el estratega, confuso, miró a Corrin, que estaba junto a Azura, dirigiéndole una cálida mirada. Sabía que ellos no eran unos traidores después de todo.
- Juradme por los dioses que cuidaréis de ella. - ordenó el estratega con la cabeza gacha.
La joven pareja asintió, mientras Sakura cogió la mano de su hermana y los conducía hasta la salida, después de agradecerle a Yukimura que la dejase acompañar a sus hermanos.
Una vez fuera, Azura montó a Sakura en su pegaso, disponiéndose a partir, cuando la chica le pidió a sus hermanos que se detuvieran un momento.
- ¿Qué pasa, Sakura? - preguntó su hermana.
- Hay que esperar...a que lleguen.
- ¿Quién? - preguntó Corrin, algo confuso.
En ese momento salieron del Fuerte Jinya dos hombres y una mujer. El primero de ellos se inclinó ante Corrin y Azura cuando estuvo a su altura. Tenía la piel pálida, el cabello verde y fino y vestía ropas de ninja de tonos morados.
- Mis señores...- dijo el joven con mucho respeto, inclinado ante la pareja.
- Corrin, Azura, él es Kaze... Es uno de los mejores ninjas de Hoshido y os será un valioso aliado - exclamó la joven princesa, entusiasmada.
- Juro serviros y seros leal a vos y a la señorita Azura, señor.
- Ejem... - dijeron unas voces a espaldas de Kaze.
- Ups... Perdón... - se disculpó la chica pelirroja. - Ellos son Subaki y Hana... Son mis vasallos, pero al igual que Kaze serán vuestros aliados y servirán a vuestra causa.
- Muchas gracias por vuestra ayuda - respondió Corrin, feliz, con una amplia sonrisa en los labios.
Poco a poco iban reclutando valiosos aliados y eso era una muy buena noticia.
Ahora sí. Todos juntos emprendieron el viaje de vuelta al reino sideral. Una vez allí, les asignaron una habitación a cada uno y dejaron que se instalaran tranquilamente. Aquella noche, Azura no quedó con Corrin en el lago. Quería pasar tiempo con Sakura y él la entendía perfectamente. Ambos estaban muy felices. Habían recuperado a su hermana y la protegerían con su vida si fuese necesario.Por fin el quinto capítulo. Espero que os esté gustado. Dejadme vuestra opinión en los comentarios y votad la historia si os está gustando.
😘😘😘
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Fire Emblem Fates: Unión
FanficTodos los personajes de esta historia son propiedad de Nintendo e Intelligent System. Corrin y Azura se han rebelado en contra de sus dos familias y ahora deben afrontar la cruda realidad. Les espera un camino de aventuras, obstáculos, verdades ocul...