23: Batalla final...

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Corrin no podía creer lo que veía. Gunter estaba arrodillado ante Anankos, mostrando un claro respeto hacia él. Tenía la espada desenvainada y su mirada estaba envuelta por las tinieblas y la rabia.
El medio dragón rodeó a Azura con el brazo, intentando protegerla de cualquier peligro. Elise y Sakura se escondían tras la capa de su hermana, mientras que el resto de sus hermanos permanecían junto a ellos, formando una piña, defendiéndose unos a otros.
Corrin miraba a Gunter con desconcierto, buscando una respuesta.
- ¿Gunter? ¿Qué estás haciendo? - preguntó el joven.
Él sólo se río ante su respuesta. Parecía ido, como si no fuese él quien controlase su cuerpo. Avanzó hacia ellos con la espada en ristre, deseando hundirla en el corazón de cualquiera de ellos.
- Solo sigo órdenes... - masculló de pronto, frío y distante.
Todo el ejército estaba apiñado entorno a la familia real, con las armas desenfundadas, esperando órdenes.
Corrin se soltó del agarre de Azura y empezó a avanzar, esquivando a sus aliados, que lo miraban confundidos.
Entonces, fue cuando un millar de soldados valleses inundaron la sala. Corrin, sorprendido ante la inesperada aparición, retrocedió un poco.
- ¿Impresionado...? - preguntó Gunter, con un tono de voz inhumano.
- Solo sigo órdenes... De mi corazón... - respondió Corrin con una amarga sonrisa.
- Conmovedor...
Corrin lo miraba angustiado. Examinó sus ojos, repletos de sangre y odio. Entonces se fijó en su expresión, la cual ya había visto antes, en otra ocasión.
Millones de imágenes rondaron su cabeza, una tras otra, sin parar, a una velocidad vertiginosa. De pronto, se detuvo. Allí estaba aquella mirada, oculta tras una capucha, intentando alcanzarlos mientras caían al vacío. Mientras, una chica lo salvaba de una muerte segura, haciendo que la flor que prendía en su pechera explotase en mil pedazos. Recordó su última mirada. Su sencillez. Su sinceridad. Su amabilidad. Su carisma. Y el gran cariño que sentía hacía su hermano Ryoma...
- Tú... - masculló en voz baja - Mataste a Scarlet... - su voz sonó quebrada - Los trajiste hasta nosotros... - añadió, recordando a sus padres. Desenvainó con furia su espada mientras lo miraba con rabia. - ¡TRAIDOR! - gritó con fuerza.
- ¡ASESINO! ¡MATASTE A SCARLET! - rugió Ryoma con tristeza - Maldito... No habrá piedad...
Camilla posó una mano sobre su tenso hombro, calmándolo.
- No te dejes llevar por la frustración y el odio... - lo calmó la princesa.
Últimamente, ambos habían mantenido una relación muy estrecha. Habían encontrado muchas aficiones en común, además de que compartían ideas en cuanto a estrategias de combate, política...
Pero, a pesar de eso, Camilla no logró apaciguar la sed de venganza que sentía el príncipe, quien ya había dado órdenes de comenzar la batalla. Todo el ejército empezó a combatir con ferocidad, a lo que los soldados valleses respondieron con más guerra...
Mientras, Anankos contemplaba aquel horrible espectáculo desde el trono que él reclamaba como suyo.

Xander asestó una dura estocada en uno de los soldados, arrebatándole la vida. Levantó la mirada, buscando a sus hermanos, cuando alguien lo golpeó por la espalda. La empuñadura de un hacha se clavó en su columna, haciéndolo caer. El príncipe se revolvió, tirado en el suelo. Miró a la cara a su atacante. El joven suspiró con pesadez. Habría reconocido sus rasgos en cualquier parte.
- Padre... - susurró el príncipe - Vos también...
Garon no lo escuchó. Levantó su hacha e intentó hundirla en el pecho de Xander, pero éste fue más rápido e hizo girar su cuerpo antes de que el rey nohrio lo alcanzase. Se levantó con agilidad e intentó golpearlo con su espada. Logró herirlo en el torso, haciendo que el rey cayera al suelo.
Xander se arrodilló junto a él, agitado.
- Padre... Escuchadme - insistió el joven, pero Garon seguía intentando acabar con él.
Alzó su hacha e hirió a Xander en un brazo. El joven lanzó un grito de dolor, cuando oyó como alguien venía hacía él. Era Elise, que los miraba a ambos entre lágrimas.
- Elise, vete... - ordenó Xander con pesadez - ¡Corre!
Elise negó con la cabeza, apenada.
Leo, que luchaba junto a Camilla, se percató de la situación, y corrió hasta su hermano. Camilla lo siguió, después de ejecutar a un soldado vallés. Ambos príncipes contemplaron la expresión que habitaba el rostro de su padre. Era una mezcla entre odio, conveniencia, rencor, temor, tristeza y pesadez. Todo unido en una expresión casi indescifrable.
Camilla miró a Xander apenada, él cuál entendió lo que su hermana quería decir.
- Llévatela... - murmuró Xander con un tono de voz inhumano.
Leo corrió hasta su hermana pequeña, la alzó en brazos y se la llevó de allí. Elise intentó resistirse al agarre de su hermano. Lloró, pataleó y gritó, pero nada de aquello hizo que Leo la soltara. No... Ella no tenía porqué ver como sus hermanos acababan con su padre.
Xander y Camilla siguieron luchando contra Garon, hasta que el príncipe logró acertarle un golpe en el pecho, provocándole una muerte casi inmediata.
Se dejó caer de rodillas, al lado de su difunto padre, mientras él y su hermana lloraban uno en brazos del otro, como los dos niños solos y asustados que nunca habían dejado de ser...

Fire Emblem Fates: UniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora