Despierto en la habitación de un hospital, miró a ambos lado y de uno veo a Leo y del otro esta Roberto. Ambos están dormidos, me muevo haciendo un pequeño ruido y los dos se despiertan y apuntan con sus armas.
- Que eficientes muchacho.- Sonrío con picardia, a sabiendas de que ya se como acabar con esa loca.
- Despertaste de buen humor, eso es bueno. Ahora dime como estas.- Dijo Leo como siempre preocupado por mi.
- Bien y con una gran idea en mente.
- si cual.
- Roberto esperan os afuera.
- si señor- sale y en cuanto el cierra Leo se acerca a la cama.
- Dime.
- Vamos a obligar a Keyle Bolnard a casarse conmigo. - las palabras salen de mi boca con tanta seguridad que asusta, Leo me mira como si estuviera loco y yo sonrio.
- Estas de joda cierto.- niego con la cabeza- esa perra te ha pusto dos bombas y te disparo. Como mierda piensas obligarla a casarse contigo. Pero sobre todo porque. Esta muy buena eso que ni que, pero...
- Ya callate si, estas diciendo estupideces. Primero no es una perra, respetala, segundo se casará conmigo por amor y tercero si me caso con ella yo tendría derecho a obtener una buena cantidad y ella me daría la mercansia gratis o mejor aún seríamos socios.
- Danilo déjate de gilipolleces. Esa mujer no te ama.
- Ni yo a ella, pero ambos amamos a....
- Ya entendi, la haras sentir culpable y .....
- no no no, amigo mio, te equivocas. Vamos a secuestra a la niña y el rescate que deberá pagar será la boda, y la sociedad.NARRA Keyle
Estas semanas han sido perfectas. Acabo de concretar otro cargamento de armas para mañana, y mientras mi niña esta feliz, me gusta la naturaleza, la paz que se respira acá es inmensa. Luego de desayunar, Analia y yo decidimos recoger frutas en el bosque y ella con sus pequeñas manitas agarraba todas las manzanas que yo le entregaba. Era tan tierna mi niña. Cuando volvimos a la casa mi celular comenzó a sonar y el numero era desconocido por lo que me asuste, pero conteste, la llamada solo seria de dos minutos para que no me rastreen.
- Hola,- digo fria, neutra, inalterable como siempre.
- Mi amor, como te sientes.
Su voz tan irritante me acaba de arruinar el día y pienso hacercelo saber.
- No soy tu amor, pero te digo que me sentía de maravilla hasta que escuche tu voz.
- dame decirte que yo también estoy de maravilla. Querida...
Le colge al minuto y medio.
Pasan unos minutos y me vuelve a llamar.
- Hola.
- Por que mierda me cuelgas.
- No pienso dejar que me rastreo imbecil.
- porque te da miedo.
- no, me das pena y no quiero arruinar mis vacaciones por gente como tú.
Cuelgo esta vez minuto y cuarenta.
Me vuelve a llamar.
-Dime que mierda quieres.
- Verte.
Comienzo a reir como loca y le respondo.
- Para que si se puede saber.
Le vuelvo a colgar y apago mi celular. Salgo de la casa y me monto al aunto. Conduzco hasta la ciudad y me voy a una cafeteria. Entro pido un capuchino doble con mocca
Me siento en una mesa cuando llega mi pedido enciendo mi teléfono y lo llamo.
- Ahora si, dime para que me quieres ver.
- sabes, quería verte, pero creo que me has facilitado el trabajo.
- de que hablas.- a que se refiere.
- Keyle te digo algo, no te su estimo a ti pero a tus hombres... no me convensen, tu eres muy inteligente pero esta vez yo fui más rápido que tu y te gane.- me comencé a asustar. Puse un billete sobre la mesa y sali, me monte en mi auto.
- Dime de una puta vez a que mierda te refieres.
- A que acabo de sacar a los dueños de la casa para que este gato pueda atrapar al ratón y que crees ya lo atrape. Piso el acelerador y vuelvo al teléfono, no quiero creer que es lo que yo pienso que es.
- Déjate de rodeos y habla claro.
- En serio quieres que te lo diga. Chao, nos vemos pronto.
Llego a la casa y veo muertos por todas partes y solo dos hombres están vivos. Llamo a mi niña, pero no viene, busco a Lucía y a Luz pero tampoco estan, en su habitación no hay ni gota de sangre. Tampoco están ni Robert, ni Demian.
Lo mato.
- Donde esta
- Señora, no lo sabemos, ha desaparecido
Las lágrimas cuentan a salir, tomó mi arma y le apunto al gillipollas que tengo al frente.
- Déjate de estupideces y dime de una puta vez donde esta.
- señora le juro que no sabemos.
Los muy infelices no supieron cuidar a mi niña, a mi gente, haci que les disparo a ambos.
La ira, el desespero, pero sobre todo el miedo invaden mi cuerpo.
Esto no puede estar pasando. Me inclino el piso mirando al cielo.
Danilo Lobateli, juro que esta vez moriras, te mataré maldito imbecil.
TE VOY A MATAR.
Salgo de la casa en mi auto y me dirijo a la casa de Izak. Por suerte no acostumbro a tener nada en mi poder que me pueda perjudicar, todo lo tiene Izak.
Al llegar le cuento y el sale a averiguar como paso y donde esta este hijo de la gran puta.
Yo deje de llorar en el camino, la esposa de Izak me lleva a la habitacion de huéspedes y yo me acuesto en la cama pero no lloro, solo espero pasientemente.
Suena el telefono. Es Danilo, d inmediato activo el localizado de mi celular.
- Maldito imbecil como pudiste es poner a mi hija a semejante matanza, acaso no te das cuenta de que ella es una niña.- es lo primero que le digo.
- shshsh, no te las des de madre del año, y escucho lo que has si es que quieres volver a ver a tu hija.
- No te atrevas a tocarla.
- como se te ocurre es mi hija tambien.
- Déjame escuchar su voz, por favor.
- me estas suplicando.
- Por mi hija soy capaz de lo que sea.
- Bien entonces no tendrás problemas.
- me dejarás escucharla.
- hola.- escucho su bocecita por el teléfono y las lágrimas comienzan a salir.
- Mi niña como estas.
- mami, eres tu.
- si mi vida soy yo. Dime como te ha tratado el señor.
- Bien, me llevo a un cuerpo muy hermoso y Luz y Lucía están conmigo dibujando. Cuando vienes mami.
- pronto mi princeaa, debes esperarme si, ya mami va para allá.
- Te amo mami.
- Y yo a ti mi princesa.
Esta asustada, tantos cambios la tienen nerviosa. Desearía estar allí y poder abrazarla. Las lágrimas salen solas una tras otra pero se detienen al escuchar su voz.
- No intentes rastrearse porque no podrás.- tiene razon llevamos más de cinco minutos hablado y nada.- Escuchame si quieres verla solo debes hacer una cosa.
- Dime- se lo dare, lo que el quiera si con eso recuperó a mi hija.
- Algo muy sencillo. Cásate conmigo.
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La culpa es del deseo
ActionDanilo Lobateli es un hombre dominante, frio, engreído y calculador, es el jefe de la mafia en Roma y a pesar de que cree que nadie, absolutamente nadie, puede desafiarlo, se equivoca, existe alguien no solo lo va a desafiar, sino que le va arebata...