2- Recuerdos del pasado

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-Leila ven aqui, trae la pelota.
- Ya voy papá,  -corro hacia el, con la pelota en mis manos.
- Que buena niña Leila. Ahora vamonos, tu mami quiere verte.
- Si, mami va a venil, si, si.
- Quieres verla.
- sí.
- Pues vamos princesa.
Salimos de aquel parque y cuando llegamos a la casa donde mi madre siempre nos esperaba ella estaba sentada en el gran sofa de la sala. Ella es tan bonita.
- mami vinite.
- Hola mi pequeña como estas.
- bien.
- Ben aquí Keyle.
Es muy raro mi mama siempre me llama Keyle que es mi segundo nombre pero a mi me gusta mucho más Leila. Ella me toma en sus brazos y me llena la cara de besos como siempre que venía a visitarnos.
- Te va a quedal.
- No mi niña, solo vine a ver como estas y a darte muchísimos besos porque te extrañaba.
La sonrisa de mi rostro es remplazado por una pequeña lagrima que inmediatamente es detenida por un beso.
- mami tu no nos quieles.
-mi vida no estés triste, por supuesto que los quiero pero mami tiene que trabajar.
- Papi también puede tlabajal.
- si puede pero entonces quien cuidaría de ti.
Me quede callada y la mire a los ojos y una lagrima callo de ellos. Imite su gesto anterior y la bese. Desde aquel día entendí que mi mi mamá aunque pareciera que no, vivía y moría por nosotros.
Cada vez que ella iba era igual. Hasta que yo cumplí 16 años y mi mamá regreso y esta vez para quedarse. La alegria en mi corazón fue inmensa pero aquel dia, el día en el que conocí a Alejandro fue la primera vez que le grite a ella que había decidido dejar de lado todo para estar definitivamente con su familia y a mi padre que aunque parecía fuerte era un hombre muy sensible.
- Hija por favor entiende ese chico no es para ti.
- Por que , porque no tiene dinero, perdoname mamá pero mi papá tampoco era millonario.
- Estas muy equivocada, solo te lo digo porque ese chico tiene algo en su mirada que no me da confianza.
- Escucha a tu madre Leila.
- Ella no es nadie para darme ordenes, nunca estuvo presente y déjame decirte que no nos hacías mucha falta tampoco.
- LEILA.
- perdoname papá pero es la verdad, ella siempre tuvo que ''trabajar'' en lugar de estar con su familia. Pero sabes que, el dinero no compra la felicidad, y mucho menos remplaza el cariño de una madre.- en cuanto la mire me arrepentí de mis palabras sus bellos ojos color esmeralda estaban apagados, sin brillo. Mis palabras le habían dolido demasiado. Y ahora también me dolían a mi.
Pero más me dolió que ella en lugar de regalarme o gritarme como lo pretendía hacer mi papá ella seco sus lágrimas y me tomo de las manos.
- Que haces Isabell. -  cuestionó mi padre.
- es hora de contarle todo Lisandro, ella merece saber la verdad.
- Que verdad.
- La verdad, mi verdad. Ven sientate.
Mira tu papá y yo nos conocimos cuando yo vine de vacaciones  aqui, nos enamoramos y cuando descubrimos que tu venías en camino me dio mucha alegría pero mis padre no pensaron igual.
Me escape de mi casa y me case con tu papá,  yo lo amaba y no me importaba ni el dinero, ni el apellido, ni ninguna de esas estupideces que exigían mis padres. Los primeros años fueron dificiles, tu naciste y tenias necesidades por lo que ambos trabajábamos y una señora te cuidaba. Hasta que un día mi madre murio.
Yo estaba muy triste y decidí viajar, necesitaba verla por última vez, que te conocíera a ti y al hombre que yo amaba, asi que lo vendimos todo, dejamos nuestros trabajos y con el único dinero que nos quedaba compramos los pasajes. Asistimos al entierro de mi madre y creímos que tal vez podríamos quedarnos en la mansión de mi familia mientras conseguíamos trabajo pero no paso, mi padre no nos dejo entrar y nosotros no teníamos ni donde pasar la noche, así que dormimos en la calle muchas noches, muchos dias, casi nunca comíamos y aunque lo intentamos era muy dificil. Le pedí ayuda a mi papá pero el dijo que yo no era su hija.
Las semanas pasaron y tu te enfermaste, la atención médica era muy costosa y los medicamentos mas, así que tuve que decidir.
Mi padre me acepto de vuelta pero los envío a Los Angeles y me prohibió volver a verlos.
Al principio lloraba todas las noches era muy duro pero era eso o dejarte morir.
Los meses pasaron y yo cada semana enviaba dinero a tu padre, enviaba ropa, cosas que sabía que necesitabas. Los meses pasaron y yo decidí mentirle a mi papá le dije que me iría a Brasil y lo hice pero allí tomo un vuelo a Los Angeles y te volví a ver. La dicho no duro mucho tiempo debía volver o mi padre haría todo por acabar con ustedes.
Regrese y al pasar de dos años ya teníamos una estabilidad económica ya todo estaba listo para regresar pero el se enfermo. Un tumor en el cerebro y le quedaban meses según los medicos. El me suplico que me quedara a su lado, que no lo abandonará y a cambio me dejaría venir a visitarlos de vez en cuando. Pero eso tampoco paso, si me dejaba venir pero no más de un día, y lo que se suponía que serian meses se volvieron años. Hace a penas cinco meses que murió y al fin yo pude regresar con mi familia, no tienes idea de lo mucho que me dolía no poder estar contigo, que nadie me felicitar a el día de las madre, no poder estar tu primer día de clases, en todos tus cumpleaños, tus navidades, los días de los reyes, el día de la infancia, todos.
Sus lágrimas no la dejaron terminar y yo me sentía tan culpable.
- Keyle te diré algo un hijo es lo más importante que puede tener una mujer, nada es más importante pero aveces la vida no te otras obciones y cuando hay que hacer sacrificios la felicidad propia no es importante.
Después de ese día mis padres tuvieron el accidente que acabo con sus vidas y yo nunca me pude perdonar.
Hoy la vida no me esta dando obciones y después de colgar con Danilo llevo horas pensando en una forma de rescatar a mi niña pero nada, estoy totalmente en blanco. Ya tengo la ubicación exacta de Danilo,  la conseguí por el localizado en los ojos del peluche de Analia. Pero si inrrumpia a la fuerza estaría exponiendo a mi pequeña.
Ahora solo me queda una obciones y no dejo de preguntarme que es más importante el odio que siento por Danilo o el amor que le tengo a mi hija. Y después de mucho de va time con mi misma la segunda gana.
Así que después de horas en serrana en la habitación que dieron en casa de Izak salgo y sin pensarlo dos veces conduzco a casa de Danilo, en la casa de seguridad que yo no sabia que existia, porque ni siquiera es suya es de Leonardo, su mejor amigo. Ya estoy a picas cuadras y cuando me detengo frente al portón un hombre me mira con odio.
- Alerta roja.
Grita por el intercomunicador y de repente dodo cambio de rumbo esto no es lo que vine a vuscar, y se muy bien como demostrarlo. El muy infeliz me a punta a la cabeza.
- Salga del auto con las manos en alto.
Obedezco,  salgo del auto y me acerco a el seductoramente, este tipo es un tonto el se queda mudo y entonado con mis piernas que están al descubierto debido a que llevo puesto un short de tela rosa muy corto y una camiseta que marca muy bien mis pechos mi cabello esta recogido en una bellisimo moño alto así estoy desde la mañana, tengo puestas unas botas blancas bajas, por los tobillo.
El muy tonto se distrae y yo le quitó el arma lo apollo contra mi auto y le apunto con su arma en la cabeza. Le quitó el intercomunicador y digo.
- Buenas a todos les habla Keyle Bolnard La Diosa Romana y la futura esposa de Danilo Lobateli. Al imbecil de la puerta ya lo tengo controlado, quien es el siguiente que quiere un balazo en la cabeza.- Y disparo, toda su sangre mancha mi auto pero no a mi, soy una experta no dejo que sangre que no es mia me salpique.
Siento risas y sale un hobre mucho más alto y fuerte y junto a el dos más.
- con que muy fuerte no, pero si eres un encanto.
- Le disparo a los dos qe tenía a los lados en un movimiento casi imperceptible.
- Cariño si apresa tu vida te aconsejo que no des un paso mas, cancela la alerta rojo y dile Danilo que su mujer está aquí.
Esas palabras eran las indicadas. El quería tener al enemigo en casa pues bien, yo quiero la mejor bienvenida.

La culpa es del deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora