BLACK STONE ─PETER PARKER [SAGA DEL INFINITO]

CAPÍTULO 23

ACTO DOS | CAPÍTULO VEINTITRÉS

❝Loba vestida de seda❞

Hay algo en el modo
con el que siempre ves
el lado bueno. Pasas por alto los
líos de familia, siempre
pareciendo que no te
cuesta esfuerzo. Y todavía tú,
todavía me quieres.

No sé cuando tiempo pase en los brazos de mi mejor amigo, pero de seguro el hombro de su camisa se encuentra totalmente mojado por mis lágrimas. Mi corazón pesa y siento un inmenso dolor en el pecho. Siempre odie mostrar debilidad pero con Peter no sé me hace difícil, de hecho me hace sentir segura. Sobre todo porque ya sabe la verdad, pero aunque pensé que sería yo quien debería reconfortarlo de que su amiga sea una asesina, en realidad fue el quien termino siendo el hombro en el que llorar. No puedo entender como es que sigue estando a mi lado luego de todo lo que le explique, pude contarle todo a la perfección de esa noche, lo que termino rompiéndome por completo.

Me alejo de el para limpiar todo rastro de llanto de mi rostro. Peter aun sigue sin decir nada, pero esto comienza a confundirme. Necesito que diga algo para comprender, en este momento quisiera poder leer los pensamientos de las personas como Wanda lo hace. 

— Necesito que digas algo —sincero con voz ronca.

Peter frunce los labios, intenta mostrarme una sonrisa pero le sale una mueca. —No hay nada que decir. Eso no cambia nada.

— ¿Como es que no cambia nada? —espeto sin comprender—. Mate a dos personas, mate a mis padres.

— No eres culpable por algo que no quisiste hacer —trata de convencerme—. Tienes que perdonarte.

Abro mi boca para replicar pero vuelvo a cerrarla. La verdad es que nunca me perdonaré, viviré con la culpa porque nadie quita de la cabeza el recuerdo de los ojos muertos de mis padres adoptivos. Esos ojos que tanta felicidad me mostraron la primera vez que los vi, se oscurecieron para caer en la muerte. No importa si quise hacerlo o no, el problema es que lo hice. Soy la culpable.

La puerta se abre causando el ruido que nos sobresalta, ladeo la cabeza para encontrarme con Allison, que sostiene un vestido negro en sus manos mientras nos observa con desconcierto. Bajo la cabeza para evitar su mirada, pues no quiero que vea mis ojos enrojecidos. Con mis dedos les doy un pequeño masaje intentando aliviar las pruebas de mis sollozos. 

— Me pregunto como entras a la casa sin que nadie lo note —balbucea Allison con curiosidad, puedo notar un deje de cinismo en su voz, como si tuviera la sospecha de algo.

Peter se levanta. —Gema me abrió.

Allison asiente con la cabeza con una sonrisa sarcástica, como si no le creyera ni un poco.