ᴜɴ ᴘᴇǫᴜᴇñᴏ ғᴀᴠᴏʀ. »

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Camila, 38 años. Lauren, 16 años.
Madrastra e hijastra.*

Lauren's pov. 

-"¡No! No y no. No lo haré ¿¡acaso esa droga que usan les está afectando a su razonamiento!?" Dije levantándome gritando de mi lugar bruscamente.

-"Vamos, Lauren... Si no lo haces, otros aquí estarán muy gustosos de hacerlo." Dijo la chica serenamente frente a mí con una media sonrisa.

-"Yo soy el primer voluntario..." Escuché la irritante voz de ese estúpido e inmediatamente me volteo a verlo. Él con una sonrisa el rostro. -"Ya puedo sentir mis manos recorriendo todo su cuerpo lentamente... También su boca alr-..."

-"Será mejor que cierres tu maldita boca, imbécil... Si no me darás el honor de arrancarte la lengua y ponértela de cola." Dije clavando mi mirada llena de odio hacia Mahone.

-"Vaya, Jauregui... Qué sexy te ves amenazando." Respondió Keana aun sentada en el sillón tranquilamente y cruzando sus piernas con lentitud.

-"No entiendo porque te pones así. Además... ¿Desde cuándo te cae bien ella? Que sepamos no te importa nada sobre ella..." Ahora comentaba Lucía mirándome a los ojos.

Ella tenía razón... Pero en parte no era cierto, yo no odio a Camila, es... Es simplemente que no hablamos mucho y no somos muy cercanas. Es algo muy complicado.

-"Vamos, hazlo... Tienes muchas ventajas, tú papá siempre está trabajando y casi nunca está en casa... Ella siempre está sola EN la casa, podrías hacerlo así de fácil." Dijo el canadiense a mi izquierda sentándose más al borde del mueble y chasqueando sus dedos.

-"Me tengo que ir..." Dije tomando mi chaqueta y saliendo de la casa de Keana lo más rápido posible.

Una vez que llegué a casa, abrí la puerta despacio.

-"Lauren... Es tarde." Me sobresalté un poco al escuchar esa voz femenina conocida en la sala a oscuras.

-"Pensé que dormías... Pero, no tienes porqué esperarme despierta." Dije enfocando mis ojos a los de ella una vez que encendió la lámpara iluminando ligeramente la sala.

-"Me preocupo por ti... S-sé que no soy tú madre, pero... Igual no quiero que nada te pase, espero que entiendas..." Confesó ella suspirando con un poco de dolor.

Sentí un pequeño vuelco en mi corazón. Durante los años que llevamos viviendo juntos ella nunca me había dicho algo así.

Solté un suspiro aún con mi semblante duro, bajo mi vista al piso y asiento despacio. No dije nada más y me hice camino hacia mi habitación.

-"Buenas noches..." Dijo ella suavemente casi en un susurro.

-"Buenas noches, Camila." Respondí de igual forma.

Durante la noche no pude dormir casi nada... No podía olvidar lo que ellos me habían dicho que hiciera. Los odio y me guardo rencor por haberle pedido un favor a esa estúpida "pandilla."

Me encontraba en la mesa desayunando cereal, mi cara está hecha un desastre; mi cabello totalmente revuelto y también se podían notar algunas diminutas ojeras.

-"Veo que alguien no durmió mucho..." Escuché la voz de mi padre acercarse a mí y acariciar mi cabello.

Alcé mi vista para verlo de arriba hacia abajo confundida.

-"¿Adónde irás...? ¿No tenías el día libre hoy?" Pregunté frunciendo el ceño y mirando a mi padre en su traje de oficina elegante.

-"No, mi vida... Se presentó una reunión con un cliente muy importante y no puedo dejar esa oportunidad pasar..."

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