ᴇsᴘósᴀᴍᴇ. »

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Camila's pov.
-"¡Hey! ¡Detente ahora mismo!"

Una joven mujer castaña corría a toda velocidad con linterna y arma en mano detrás de una ágil ladrona que se escabullía con facilidad entre los arbustos del patio trasero de su casa.

Camila maldecía mentalmente por la oscuridad de su patio trasero, siempre se decía que tenía que llamar a alguien para que instale luces nuevas. Una vez que perdió de vista a la maleante escurridiza, todo a su alrededor se convirtió en un silencio escalofriante y un tanto peligroso para ella, tenía que estar bien pendiente por su seguridad.

La joven ojimarrón giró su cuerpo bruscamente al escuchar como la puerta de su casa se cerraba despacio, pero no lo suficiente para que no la escuchara, dejándola saber que había entrado a su casa, esta última mencionada, acelerando el paso con cuidado y acercándose a la entrada.

-"Mejor entrégate ahora y ya no será tan grave..." Habló mirando a su alrededor y apuntando con la linterna. -"Podemos llegar a un trato..."

Después de unos minutos en total silencio, la castaña fue sorprendida por la espalda por la intrusa, quien le arrebató el arma tirándola lejos de ella y agarrándola por los brazos llevándolos hasta su espalda.

-"¿Cuál trato, muñequita?" Respondió a su oído soltando una risita ronca.

Camila se quejó por lo brusco que fue el agarre, pero inmediatamente empezó a forcejear con un poco de dificultad.

-"¡Suéltame, te estás metiendo en más problemas!"

-"Qué lindo gritas..." Comentó en español riendo la otra mujer detrás de ella con una sonrisa seductora pegando más su cuerpo a ella. Camila sintió algo extraño sobre su trasero.

La joven cubana castaña todavía no había visto el rostro de la chica. En un movimiento rápido, y sin que se diera cuenta la otra, alzó su pie golpeando su intimidad haciéndola gritar de dolor. La más joven estaba confundida por la reacción de la otra mujer.

-"¡Ah, perra! ¡E-eso duele!" Se quejó sin aliento cayendo al suelo.

Camila aprovechó y se tiró encima de ella de improvisto, mirándola por primera vez a sus ojos, los cuales estaban brillosos por las pequeñas lágrimas gracias al golpe, allí la más pequeña, de un sólo golpe en la mejilla la dejó inconsciente.

Se levantó rápido y miró el cuerpo dormido tirado en su cocina, suspiró pesadamente, tenía que dejarla en algún lugar para que no se escape...

[...]

La ojiverde parpadeaba lentamente, dejando en claro que estaba despertando. Trató de pasar sus manos por su mejilla donde le ardía un poco, pero no pudo, escuchó el sonido de metal raspando, alzó la vista y vio que estaba esposada al espaldar de una cama por ambas manos.

-"Mierda..." Suspiró. -"¿Y ahora cómo salgo de aquí?"

La chica mayor observó a su alrededor, era una habitación grande y muy hogareña. Por más raro que suene, ella no sentía miedo, por alguna razón sentía que saldría de esto fácilmente... Aunque ese pensamiento fue interrumpido cuando hizo contacto visual con la joven mujer entrando a la habitación en silencio.

Mentiría si dijera que no le calentaba verla, era sexy y linda.

-"Ya despertaste..." Habló seria la castaña acercándose. -"¿Por qué quisiste entrar a mi casa? ¿cuál fue tu buena razón de hacerlo?"

-"No lo sé..." Respondió la ojiverde sonriendo de lado.

-"Quita esa sonrisa de tu cara antes de que te ponga a dormir otra vez." Comentó firmemente Camila.

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