-"Vamos Camila, tranquila..." Hablaba conmigo misma sentada en medio de mi cama.
Lauren podía tocar esa puerta en cualquier momento. Me pasé el día entero esperando éste hasta el final del día llena de ansias, bueno, muchas cosas pasaban por mi mente ¿y si ella no iba a venir? ¿Se habría acobardado?
Negué mentalmente.
Dios... Me levanté de la cama mirándome por última vez en el espejo, me había puesto un ligero camisón color crema y debajo de éste unos shorts cómodos negros con encaje, no llevaba más nada debajo de la ropa a excepción de mis bragas. Había arreglado mi cabello con dos trenzas a los lados y por último, dando un toque de perfume a mi piel.
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Inhalé y exhalé tres veces para calmarme.
Sentí vomitar mi corazón y mis piernas flaquear cuando escuché a alguien tocar la puerta, esa era Lauren.
-"C-Camila... Soy yo, Lauren ¿estás despierta?" Escuché su voz ronca y temblorosa, dándome señales de que estaba igual o peor que yo con los nervios.
Di media vuelta dirigiéndome hacia ella y abriendo la puerta con cautela. Asomé mi cabeza viéndola a los ojos. Una pequeña sonrisa se forma inmediatamente en mis labios al verla parada allí toda nerviosa.
-"Oh Dios... T-te ves h-hermosa..." Dijo casi en un susurro, sus labios quedándose entre abiertos.
-"Entra, deprisa, Lauren..." La llamé haciéndola reaccionar y entrando rápidamente a mi habitación.
Mis mejillas se habían puesto rojas, y mi corazón no se quedaba atrás, casi se salía de mi pecho por el tierno cumplido que me había regalado.
-"Puedes sentarte..." Comenté después de que cerré la puerta con seguro.
Ella me obedeció y se sentó en el borde de mi cama. Yo acompañándola también.
-"Perdón por llegar tarde... Creo, Ms. Oliver me pidió que firmara algunos papeles..." Habló ella aclarando su garganta sin dejar de mirarme. Íbamos progresando, Lauren ya podía sostenerme la mirada por más tiempo y me alegraba.
—Lauren mintió— Ms. Oliver sí le había pedido que firmara un par de cosas anteriormente, pero la verdad era que se había quedado como unos diez minutos afuera de la habitación de la morena hecha un manojo de nervios caminando de un lado a otro debatiendo si tenía que entrar o no.
-"No te preocupes..." Respondió la cubana más pequeña. -"Gracias por el cumplido, fue muy lindo..."
Miré a Lauren de arriba a abajo rápidamente, llevaba un abrigo puesto junto con unos jeans y su cabello suelto.
