« One Shots. || Camren »

ᴄᴀsᴀ ᴅᴇ ᴍᴏɴᴊᴀs. »

Camila's pov.

-"No quiero ir a ningún sitio... No dejaré a mis amigos." Protestó mirando con rabia la joven chica de 17 años a sus padres.

-"Karla, no estás para gustos, así que busca tus cosas ahora mismo que nos tenemos que ir." Exigió su madre.

-"Sí, además, la única culpable aquí eres tú... Te dimos oportunidades y no las supiste valorar." Continuó su padre caminando hacia la puerta.

-"No me llames así, odio ese nombre... Me llamo Camila." Respondió con cólera caminando hacia su habitación. -"Espero que cumplan su parte del acuerdo..."

-"Nosotros siempre cumplimos lo que decidimos a excepción de ti, jovencita... Todo depende de ti y tu comportamiento." Contestó su padre arreglando su traje.

-"Tidi dipindi di ti y ti cimpirtimiinti. Ugh... Está bien, ya vengo." No quería escuchar otra palabra más de sus progenitores.

La joven cubana tomó sus maletas llenas de su ropa favorita, cualquiera que la veía parecía que se iba a otro país por un contrato de modelaje. Su padre la ayudó a subir todo al Jeep negro y emprendieron viaje, la joven chica aguantando cada fastidiosa reseña que su madre le decía y a lo cuál su padre sólo asentía.

Después de casi dos horas de carretera por fin pudieron llegar al lugar tan odiado por la chica
—Hogar Sagrado Corazón— El cuál brindaba un excelente servicio tanto como a las jóvenes chicas más rebeldes como a las más puras que puedas ver.

-"Buenos días, señores Cabello..." Una mujer mayor nos saludó y nos guió a su oficina una vez que entramos al lugar. Se veía muy amable a decir verdad, podía fácilmente decir que tenía unos 60 años por ahí, tenía un hermoso pelo corto platinado y unos amorosos ojos marrones.

-"Buenos días, señorita... Tomen asiento, por favor." Se acercó a mí tocando mi hombro ligeramente.

Obedecí lo que dijo.

Me sobresalté al escuchar un fuerte golpe detrás mío, provocando que mis padres también se sorprendieran y todos volteando a ver de donde provino ese sonido.

-"Ouch..." Un ligero quejido provino de una chica al entrar en la enorme oficina. Ésta última acariciando su cadera para aliviar el dolor.

Me quedé mirando a la chica muy concentrada.

-"Oh... Lauren ¿estás bien?" Preguntó conteniendo la risa la señora mayor.

-"Mm... S-sí, sólo fue un pequeño golpe... P-perdón por llegar tarde, Ms. Oliver." Explicó la joven chica recuperando el aire un poco nerviosa.

Lauren... Es muy lindo nombre, me gusta.

-"Está bien, cariño... Ven, acércate. Ellos los señores Cabello, y ella es su hija... Camila, ella se quedará por un tiempo con nosotras." Nos presentó la señora mayor. Ella y yo conectando miradas.

Le regalo una pequeña sonrisa a la cual responde de igual manera —sus mejillas tomando un ligero color rojo—

Después de varios minutos, mi mirada no se separaba de Lauren por nada. Ahora ella estando parada al lado de Ms. Oliver; la señora. Obviamente Lauren había notado mis miradas sin pudor, y la única respuesta que obtenía era un ligero rubor en sus mejillas o esquivaba mi mirada.

-"Entonces, señorita Camila ¿todo listo?" Salí de mis pensamiento cuando la señora me llamó.

-"Eh... ¡Sí! Hagámoslo..." Respondí sin saber de qué estaban hablando.