Capitulo 8

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-Y...? Cuando vamos a empezar?

-Y ensima habla!- dijo sarcástico.

-Igual que tú.

-No pedí tu respuesta, callate o te tiraré al río, no me hagas enojar.

Estábamos en la habitación de Alex, estaba sentada en la orilla de la cama mientras él estaba en el balcón, no me había percatado de ese hermoso balcón que contenía una hermosa vista de un campo desolado pero iluminado por la belleza de un impresionante atardecer.

-Tengo hambre- le dije ya que no podia aguantar ni un segundo más.

-No es mi problema, debiste de haber comido cuando era la hora.

-Comer esa cochinada me da náuseas, ni siquiera es comestible...

-¡OKEY! -Dijo dandose la vuelta para verme- ¿Quieres comida?- asentí exageradamente como una niñita pequeña- ¡Bien! Quedate aquí, ahora vengo.-señalandome con el dedo- No se te ocurra hacer nada extraño o te atraparé y la pasarás mal.

-¡Okiis! no tardes tanto o moriré de hambre. -tocándome la panza

-En el bolsillo de mi campera-Señalando la campera que esta en la cama- tienes caramelos, mantenete con eso y ahora vuelvo.

Me miró raro, se dirigió a la puerta y se fué.

Hace dos horas que estoy esperando y el efecto de los caramelos se me está llendo. ¡Dios! ¿por qué tarda tanto? ¿Le habrá pasado algo? Oí pasos detras de la puerta y por efecto del reflejo me escondí debajo de la cama. Escuché el cerrojo de la puerta y entró alguien de bocacines negros, cerró la puerta y se quedó parado, se dirigió al baño y se quedo parado en frente de la puerta, luego la abrió y se metió. Salió y se dirigió rápidamente al almario que está en frente de la cama y lo abrió. Yo me arrastré un poco para ver quién era y era un señor de pelo negro y muy musculoso con ropa negra y bocacines como usaba Alex, estaba sacando armas del almario.

-¿Que haces en mi cuarto?- dijo Alex apareciendo en el marco de la puerta con una bolsa marrón en su mano izquierda.

-Emmm... yo... solo estaba... ammm... -dijo el señor nervioso- Es que... me... ¡Me he quedado sin municiones! -Dijo casi gritando.

-¿Y no hay en el sótano que estas urgando en mis cosas? -Dijo con esa voz de malo que le sale cuando habla con alguien de su bando.

-Emm... no creo...

-Tengo una pistola cargada en mi cintura, no me hagas usarla.

-Lo... s... siento.

-Vete, y a partir de ahora vigilaré tus movimientos.

El señor caminó hasta la puerta y cuando pasó al lado de Alex este lo detuvo con una mano y le dijo:

-Llego a enterarme que estas en algo y yo mismo seré el que te mate y le llevaré tu cuerpo en partes a todos tus familiares.- El señor asintió rápidamente, Alex bajó el brazo y el señor dió un paso para irse pero Alex lo detuvo de nuevo- ¿Donde está la chica?- el señor lo miró raramente

-¿Qué chica señor? - Alex lo empujó hacia afuera y cerró fuertemente la puerta.

Alex inspeccionó el baño y el almario, luego se fué hasta el balcón pero como estaba cerrado solo se quedó viendo el paisaje, luego se dió vuelta lentamente y se dirigió hacia la cama, y se agachó mirando hacia abajo.

-¿Qué mierda haces ahí?

-Lo siento, el señor me ha asustado.- Alex me miró raro.

-¡Muy astuta! Ven, tengo tu comida.

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