Capítulo 16

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Estabamos en la carretera con destino a la casa de ese señor, para hacer este viaje me habían dado una pistola cargada, dos cuchillos chiquitos (un cuchillo en cada zapato) y otro cuchillo un poco más grande que hiba dentro de un especie de saco que me llegaba a tapar todo el muslo. Me tuve que atar el pelo en una cola alta un poco despeinada y llevo puestos unos anteojos ray- ban negros iguales a los de Alex y Cristian.

Yo estaba en la parte trasera de una camioneta muy linda todoterreno, en el lado derecho tenía un patovica y en el izquierdo otro, Alex estaba conduciendo y en el asiento del acompañante estaba Cristian.

Estaba muy nerviosa, estaba muy fria y movía la pierna inquitamente, tenía miedo de lo que llegase a pasar. Nos estacionamos frente a una gran casa que estaba sola en el campo, era una especie de mansión, Alex condució hasta una cabina y le dió una tarjeta al guardia, este sacó un aparato y con una luz roja la paso en la tarjeta y luego se la devolvio, el señor volvió a la cabina y nos abrió los enormes portones, el auto avanzó y luego dobló por la izquierda bordeando una hermosa fuente de agua que estaba en frente del camino. Alex estacionó el auto en frente de la enorme casa y bajamos todos siguiendolo a Alex que se paró y dió ordenes.

-Quédate aquí y pon atención al radio- le dijo al patovica que estaba sentado a mi lado derecho- Los demás síganme, Tefy no te alejes y Cristian, cuídala.

-Sí, mi general- dijo Cristian imitando a un soldado.

-No me hagas darte un balazo el la cabeza por boludo.

Alex caminó hasta la entrada de la casa y tocó timbre. Un hombre viejo y canoso salió, estaba vestido muy elegante, supongo que era el mayor domo, nos invitó a entrar, la casa era muy grande y lujosa, arriba estaban las hermosas lamparas de cristales y todo se veia tan luminoso y tan limpio, el señor nos ofreció agua, yo queria aceptar pero Cristian dijo que no, Alex caminó hasta una puerta de cristal donde se veia una hermosa y gran pileta con sillas de tomar sol al rededor, en una de esas sillas estaba un señor con gafas y un vaso en la mano, él abrió la puerta y se sentó en una silla q estaba a su lado y el señor del vaso se le cayó de la mano enchastrando a Alex, el señor se disculpó, realmente parecian amigos, el señor se reia y Alex también, hasta que se puso serio y sacó una pistola, al señor se le cayó la sonrrisa y se lo tomó mas en serio.

-¿Cristian?-Lo llamé, con suerte él estaba a mi lado, mirando la escena.

-Tranquila, no lo va a matar, es solo para asustarlo.

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