Estabamos en la carretera con destino a la casa de ese señor, para hacer este viaje me habían dado una pistola cargada, dos cuchillos chiquitos (un cuchillo en cada zapato) y otro cuchillo un poco más grande que hiba dentro de un especie de saco que me llegaba a tapar todo el muslo. Me tuve que atar el pelo en una cola alta un poco despeinada y llevo puestos unos anteojos ray- ban negros iguales a los de Alex y Cristian.
Yo estaba en la parte trasera de una camioneta muy linda todoterreno, en el lado derecho tenía un patovica y en el izquierdo otro, Alex estaba conduciendo y en el asiento del acompañante estaba Cristian.
Estaba muy nerviosa, estaba muy fria y movía la pierna inquitamente, tenía miedo de lo que llegase a pasar. Nos estacionamos frente a una gran casa que estaba sola en el campo, era una especie de mansión, Alex condució hasta una cabina y le dió una tarjeta al guardia, este sacó un aparato y con una luz roja la paso en la tarjeta y luego se la devolvio, el señor volvió a la cabina y nos abrió los enormes portones, el auto avanzó y luego dobló por la izquierda bordeando una hermosa fuente de agua que estaba en frente del camino. Alex estacionó el auto en frente de la enorme casa y bajamos todos siguiendolo a Alex que se paró y dió ordenes.
-Quédate aquí y pon atención al radio- le dijo al patovica que estaba sentado a mi lado derecho- Los demás síganme, Tefy no te alejes y Cristian, cuídala.
-Sí, mi general- dijo Cristian imitando a un soldado.
-No me hagas darte un balazo el la cabeza por boludo.
Alex caminó hasta la entrada de la casa y tocó timbre. Un hombre viejo y canoso salió, estaba vestido muy elegante, supongo que era el mayor domo, nos invitó a entrar, la casa era muy grande y lujosa, arriba estaban las hermosas lamparas de cristales y todo se veia tan luminoso y tan limpio, el señor nos ofreció agua, yo queria aceptar pero Cristian dijo que no, Alex caminó hasta una puerta de cristal donde se veia una hermosa y gran pileta con sillas de tomar sol al rededor, en una de esas sillas estaba un señor con gafas y un vaso en la mano, él abrió la puerta y se sentó en una silla q estaba a su lado y el señor del vaso se le cayó de la mano enchastrando a Alex, el señor se disculpó, realmente parecian amigos, el señor se reia y Alex también, hasta que se puso serio y sacó una pistola, al señor se le cayó la sonrrisa y se lo tomó mas en serio.
-¿Cristian?-Lo llamé, con suerte él estaba a mi lado, mirando la escena.
-Tranquila, no lo va a matar, es solo para asustarlo.
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No me olvides ♥
Ficção AdolescenteEstefania Castillo es una chica que ha llegado a Buenos Aires después de tres años que ha sucedido la peor tragedia de su vida, pero no está todo dicho aún, la suerte para ella no esta de su lado cuando sale de su apartamento a dar una vuelta, Estef...