Alex estaba enojado, se notaba ya que su auto era una bala andando, si no bajaba la velocidad ibamos a terminar estrellados contra algun auto o algun árbol ya que estabamos pasando por el medio del campo.
-Alex, tranquilízate, vas muy rápido- le dije asustada, estaba con el cinturon de seguridad pero eso no me salvaria de nada.
Estaba esperando su respuesta pero nunca llegó. Le pregunte por otra cosa:
-Alex, que es eso del Depósito, ¿no era una organización a quien le llevariamos la carga?- Seguia sin responderme, al parecer no tenia ganas de hablarme. asi que decidí tratar de contar un chiste solo para olvidarme de que ibamos a muy alta velocidad.
-Emm, sábes ¿porqué Juana se cayó de la hamaca?- Lo miré y al parecerr no se dignaba a contestarme.-Por que no tenia brazos.
Ni siquiera se movió, esto ya me daba miedo tendria que decirle que baje la velocidad o moririamos antes de tiempo, lo miré de nuevo y le dije:
-¡Alex, vas muy rápido!
-Déjame tranquilo, no me hagas pegarte un tiro ahora mismo.
Lo miré seriamente, sabia que no era capaz de hacer eso.
-¡Oh, vamos! No eres capaz de hacer semejante cosa.
Alex me miró enojado.
-¿A no?
Alex giró el volante violentamente saliendonos de la carretera y estacionó en unos árboles. Esto me daba miedo.
-¿Alex que haces?- Lo miré asustada.
-Estoy arto de que las personas no me respeten- dijo saliendo del auto, este se dirigió al baúl, sacó un par de sogas y caminó hasta mi puerta abriendola del todo, me agarró del brazo y me sacó violentamente, este era mi fin, no debí enfrentarlo de esa manera.
-Alex, déjame- Estaba a punto de llorar, forcejeaba para que me soltara pero él me seguía arrastrando cada vez mas adentro del bosque.
Lamentablemente este iba a ser mi destino, mi muerte se estaba aproximando.
ESTÁS LEYENDO
No me olvides ♥
Teen FictionEstefania Castillo es una chica que ha llegado a Buenos Aires después de tres años que ha sucedido la peor tragedia de su vida, pero no está todo dicho aún, la suerte para ella no esta de su lado cuando sale de su apartamento a dar una vuelta, Estef...