No me olvides ♥

Capítulo 39

Pasé tan solo una semana luego de que me despertara, mi evolución era buena según los doctores y en muy poco tiempo podía irme, Cristian y un par de guardias venian a visitarme todos los días y me traian regalos, pero Alex jamás regresó.

Era la segunda semana y justo hoy estaban por darme mi alta.

-Señorita,-Entró mi doctor de cabecera- su alta y cuidese mucho, no se olvide de hacerse sus consultas mensuales y por cualquier molestia que tenga, no dude en venir, un gusto conocerla y hasta pronto.

-Muchas gracias doctor, el placer es todo mio.- el doctor se despidió con una sonrisa, abrió la puerta y ahí estaba él. ¿Qué le pasó? Estaba mucho mejor que la última vez. Mucho, mejor.

-Hola- dijo Alex saludando al doctor. Estaba vestido con una remera negra un poco ajustada, una mochila negra, pantalón negro apretados y sus bocacines, estaba para el crimen.

-Que tenga un buen día señor.- y el doctor salió practicamente corriendo. Alex caminó hacia mi.

-Hola- me dijo con una sonrisa tierna.

-Hola, estas... distinto.- Alex se rió.

-Ponele, tomá- dijo sacandose la mochila para darme lo que llevaba- es para que te cambies, nos vamos.

Salí del baño cambiada, Alex me había traido un jean azul, una camisa blanca y zapatillas convers negras, estaba debil aún y Alex fué el primero que lo notó, yo quería bajar las escaleras porque eran tan solo tres pisos, pero no podía, cada vez que bajaba un escalón, mis piernas temblaban y corría riesgo de caerme y romperme la cabeza, asi que Alex me subió en sus brazos y volvimos a subir para tomar el asensor, seguro que pensarán: "Ay que liiiindo, la subió a sus brazos para ayudarla". Pero no es así, me sentí la chica más inutil de todo el mundo, a parte de que estaba roja de la verguenza pero eso es lo de menos.

Llegamos a la planta de abajo y caminamos enganchados de los brazos hasta la salida, no era un día lindo pero, para mí, era el día más hermoso de toda mi vida, hacía meses que no sentía la brisa de... de... de?

-¿En qué estación estamos?- le pregunté desesperada.

-Estamos en primavera.

-¿Cuánto?

-Lunes.

-Lunes qué.

-Lunes 22. Por?