Capítulo 25

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                   [Flashback]

-¿Seguro que no te olvidas nada?-Le dijo mi mamá a mi papá. Mamá era una hermosa señora de 37 años, muy joven, de tez blanca y rubia teñida, aunque le quedaba muy bien, tenía el pelo corto y ojos color marrones claros (yo tengo ojos marrones oscuros, los heredé de mi padre), realmente era una hermosa mujer.

-No, ya está todo.

-¿Seguro?- Volvió a insistir.

-Sí, creo- Y mi papá revisó sus bolsillos y entró a casa.

Estaba todo listo para nuestro viaje, nos ibamos a la playa, ya estaba deseando tirarme en la arena y sentir el calor del sol.

-Má, ¿que hacemos con Puchini?-Le pregunté a mi mamá.

Puchini era nuestro perrito pequinés blanco, era tranquilo y tierno, pero no se podía quedar solo en casa por muchos días.

-Lo vamos a llevar, obvio. Ya empaqué su correa y todas las cosas del perro. Métete al auto.

Ya estabamos todos en el auto y papá estaba renegando de que no encontraba su celular, se fijó en la guantera y estaba ahí, luego cerró la puerta del auto y no encontraba la llave.

-¿Qué clase de maldición es esta?- Dijo cansado.

Mi mamá se reia a carcajadas y sacó las llaves de su bolsillo, ella era de hacer bromas, mayoritariamente se las hacía a mi padre y él se cabreaba mucho.

-¡Joder mujer, que llegamos tarde!-dijo mi papá sacándole las llaves a mi madre y arrancando el auto, él también era lindo, era morocho de ojos marrones oscuros y alto, un señor de casi 40 años, una muy buena persona y un padre ejemplar.

-Vamosnos, ¿Qué estamos esperando?-Dijo mi hermano con el celular en la mano, él estaba sentado en la parte de atrás a la izquierda, era un chico de 20 años, lindo y más grande que yo tan solo por un año. Era alto de pelo marrón, y ojos color marrones claros como los de mi mamá y de tez blanca, era fachero y el más popular de la universidad, pero yo le decia que era horrible y le pegaba todo el tiempo.

Ibamos por la avenida, rumbo hacia la costa, no ibamos a velocidad alta, mi papá no había tomado, no pasamos el semáforo en rojo. No sabía porqué el destino nos había hecho esa maldad, pero lo hizo.

El semáforo nos dió la orden de avanzar, estabamos pasando pero una camioneta que iba a alta velocidad nos envistió del lado izquierdo golpeando a mi hermano y a mi padre, nos arrastró y nos chocó contra un poste de luz de la calle que estaba a nuestra derecha golpeando a mi madre. Yo no sabia lo que había pasado realmente, solo me imagino lo que me contaron, no recuerdo exactamente lo que pasó, todo fué tan rápido, lo único que sé es que desperté en un hospital cinco meses después del accidente donde había perdido a mi perro y a tres de las personas más importantes en mi vida.

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