SOBREVIVIENTES (#1)

SOBREVIVIENTES

Adaptarnos a las tediosas rutinas nos cuesta. Principalmente para Briana. Trato de olvidar por completo la locura de Binks, pero me causa tanta gracia que no puedo. Siempre asistimos al bingo, aunque sea terriblemente aburrido, solo por el hecho de estirarnos un poco y salir de nuestra casa temporal.

Allí es a donde estamos yendo. Solo hemos ganado una vez en los seis partidos que hemos jugado.

La sala está repleta de ancianos, y unos pocos jóvenes iguales de astutos que nosotros.

_ Sentados, por favor..._ La vieja jefa que ganó su puesto por ser la más anciana, noventa y cuatro años, nos ordena que tomemos asiento con un gesto de mano._... empecemos._ Mezcla los números y sale una bolilla._ Treinta.

¡Treinta! Marco el número treinta.

_ Ocho._ Anuncia la vieja.

¡Ocho! Marco el número.

_ Cuarenta y seis._ Anuncia.

No.

Me agarran unas ganas terribles de ir al baño.

_ Ya vuelvo._ Les digo a mis hermanos.

_ Si._ Responden al unísono.

Me retiro de la sala y voy al baño que queda atravesando un corredor.

Dos palabras retumban en mi cabeza diariamente: invasión alienígena. Hace tres semanas el comandante Binks dijo un "verdad" que me dejó atónita. Esto solo pasa en las novelas o películas de ficción. ¿Acaso cree que caeré en su broma?

_ Repórtense._ Un militar habla desde un cuarto con la puerta entreabierta. Creo que me equivoqué de corredor.

Me acerco en silencio. Adentro hay miles de monitores y paneles de control. También hay una gran pantalla en la que, al parecer, se muestra una grabación en vivo. Allí se ven varios hombres con trajes de protección... ¿nuclear?

_ El objeto en Tenesee..._ La cara, apenas visible por el traje, del hombre muestra culpa._... desapareció.

_ ¿¡CÓMO QUE DESAPARECIÓ!?_ Binks se levanta de la silla.

_ Lo habíamos rastreado hasta este bosque, al parecer hecho artificialmente para los Scouts. Pero no hay nada.

_ Busquen por toda la zona. Cambio y fuera._ Binks apaga el monitor._ Vamos soldados, revisemos el bosque._ Se acercan a la puerta y me quedo tras ella. Por suerte no la abren mucho.

Se alejan y me escabullo a la sala. Sé que está mal, pero la curiosidad me gana.

Empiezo a revisar los monitores secundarios y veo que muestran distintos pueblo del estado. Solo hay escombros. Busco en el monitor Carson City, y con el ratón acerco la imagen hasta mi barrio. No queda nada. Ni siquiera escombros, solo pasto quemado. El agua descendió unos metros. Seguro eso lo causó la luz segadora del autobús.

_ Todo está destruido._ Pienso en voz alta. La nostalgia se apodera de mí. Mi hogar fu totalmente devastado. Ya no me queda nada. Ni siquiera se si mis padres están bien. Hace tres semanas que no hablo con ellos.

_ Mi hogar también terminó así, por los alienígenas._ Alguien me habla por detrás. Giro bruscamente y veo al militar de la cicatriz._ Soy Scott._ Me tiende la mano pero no hago nada._ Tranquila, no le diré nada a Binks. Vine a recoger esto._ Dice agarrando las balas de escopeta de un cajón._ Pero te recomiendo no quedarte mucho más.

<< ¡No más alienígenas por favor!>>

Se retira sin más y deja la puerta entreabierta. Yo no dudo ni un segundo, y voy a la sala del bingo.