Creí que cazar dos patos sería fácil con una escopeta, pero estaba equivocada. Scott terminó haciendo todo el trabajo antes de cenar.
He estado intentando dormirme desde hace, aproximadamente, dos horas. No puedo. Quizás sean los nervios, el miedo, o simplemente mi falta de sueño.
Scott se ofreció a hacer guardia y dejarnos dormir, pero creo que él merece descansar.
Veo su sombra estampada en la entrada de la carpa, que contrasta con la luz de la luna llena. Cabecea varias veces, hasta que abro el cierre de nuestro refugio y salgo.
Está apoyado en un árbol cercano, con escopeta en mano, luchando contra el sueño.
_ Déjame hacer guardia, no puedo dormirme._ Le digo suavemente.
_ No, no, debes descansar._ Dice despertándose un poco._ Además, es mucha carga para ti. No estás preparada frente a una emergencia.
_ Y tú menos, si estás así dormido. Ve a dormir._ Digo levantándolo y quitándole el arma.
_ Sí, ya voy._ Se va a la carpa bostezando y la cierra.
Me siento en el mismo árbol, con la espalda recargada contra el tronco, mientras sostengo con firmeza el rifle. Me quedo mirando la luna y el lago en el que se refleja, hasta que escucho pisadas.
Quieta, contemplo como un puma se acerca al lago, que por cierto se encuentra a un metro mío, y comienza a beber agua. Termina rápido y olisquea el aire. Se acerca sigilosamente hacia mí, muy tenso y alerta. Me quedo quieta pero pongo un dedo en el gatillo.
Se detiene a centímetros de mi cara, y comienza a lamerla con su lengua de lija unos segundos.
<< ¿Pero qué...?>>
El animal se acurruca a mi lado y ronronea. Cuando le acaricio el lomo deja escapar un ronroneo que delata su edad, es solo un cachorro.
_ ¿Dónde está tu madre?_ Le pregunto sin esperar respuesta._ Te diré Abby, ¿qué tal?
El felino se pone boca arriba y empiezo a rascarle la barriga. Es una hembra. Le di bien con el nombre.
Un rugido a lo lejos la pone tensa, se incorpora y sus orejas se levantan para escuchar mejor. Otra vez el rugido. Si no me equivoco, es de un oso.
De pronto se escucha un chillido. Instantáneamente todo queda en silencio.
_ Quieta Abby. No te muevas._ Digo apuntando con el rifle al lugar donde provino el rugido del oso, pero no me levanto.
Un rugido sale de la parte de atrás de la carpa. Es de un Fremit. Según me enseñó Scott, si el rugido es seco, potente y de doble voz es de un alien.
El rugido... es exactamente así.
Abby sale corriendo, y la criatura salta por encima de mí y de la carpa, y aterriza encima del puma. La desgarra con las patas delanteras y comienza a comerla, arrancando pedazos de carne, que se los traga enteros.
Un grito se queda atrapado en mi garganta al igual que la cena. No tengo otra opción que tragar el vómito, si es que no quiero terminar como Abby.
Si en vez de un Fremit, hubiese sido un animal, hubiese llorado la muerte de Abby, era muy joven, y yo soy muy sentimental. Pero, ahora el sentimiento que reina en mí es el miedo, y no va a dejar que otros le quiten el trono.
Cinco segundos, ¡cinco! en comerse al felino. No dejó ni siquiera los huesos.
Lentamente se acerca hacia mí, quedando a menos de quince centímetros de mi rostro. Aguanto la respiración procurando que se aleje más de diez metros. Se escucha un zumbido que sale de los agujeros de su cara.
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SOBREVIVIENTES (#1)
Science FictionTodos esperaban la gloriosa lluvia de meteoritos. Pero nadie esperaba lo que iba a ocurrir después. Tamara y sus hermanos, Steven y Briana, son víctimas de los ataques ocurridos por "los de arriba". Tendrán que sobrevivir vagando a través de los Est...