SOBREVIVIENTES (#1)

PENSÉ QUE NO TE VOLVERÍA A VER

Esa sensación de alivio, cuando alguien te persigue y das la vuelta para encontrarte con que se ha ido... es totalmente lo contrario de lo que siento ahora.

Mi sensación de alivio comenzó y terminó tan rápido, que no me dio tiempo a disfrutarla. Era más importante mi vida que esa insignificante sensación.

Me gustaría que corran más rápido, pero están agotadísimos.

La silueta humana, que apareció en la nave, era Nitreon. Nos escabullimos como pudimos por toda la nave hasta encontrar una especie de... ¿balsa... bote salvavidas? Que tenía un paracaídas transparente. Fue mi idea tirarnos en ella. Y por el simple hecho de ser mía... cuando nos tiramos para encontrarnos con Steven y Briana, el paracaídas trasparente se engancho a una turbina (que por cierto estaba totalmente pegada a la nave, y emanaba fuego verde) y explotó.

Caímos con el poco paracaídas que quedaba, y nos salvamos gracias a un árbol.

Sin palabras.

Ahora estoy corriendo junto a mis hermanos y a Nitreon de la nave que nos dispara. Y para empeorar las cosas ¡los disparos incendian todos los árboles!

_ ¡Vamos Briana!_ Exclama Steven cuando se tira al suelo rendida.

_ ¡NO PUEDO CORRER MÁS!

<< Vamos Briana, ahora no...>>

Tiene seis años, no puede correr lo mismo que nosotros.

Nitreon, antes de que reaccione, la alza entre sus brazos y comienza a correr.

_ ¡Estás loco, terminarán los dos muertos!_ Grito entre jadeos intentando seguirlos.

_ ¿Y qué... pretendes... hacer?_ Dice casi sin aire._ ¿Tienes una idea?

_ Ella no pero yo si._ Acota Steven.

La cosa más idiota del planeta, la idea más absurda del universo... ¿quién la fue a hacer? MI HERMANO.

_ ¡Hey, aquí!_ Dice disparándole a la nave con su rifle. No le ocurre nada. Pero se detiene y frena.

Nos quedamos quietos, anonadados ente la tranquilidad de los Urganianos.

_ Creo que es mejor que subamos a ese auto._ Dice Nitreon, todavía con Briana en brazos. Veo el Jeep negro que esta señalando.

No dudamos en seguirlo. Nos subimos al auto para encontrarnos las llaves puestas en su lugar y cenizas en los asientos.

La terrible idea de que hayan evaporizado a las personas de este auto, asalta mi cabeza. La aparto inmediatamente.

Indiferente, Nitreon sopla las cenizas y sienta a Briana en un asiento.

Steven, Nitreon y yo hacemos lo mismo.

Giro mi cabeza para ver a los Urganianos y su nave.

_ ¡ARRANCA!_ Le grito a Nitreon cuando un misil sale disparado hacia nuestro auto.

A toda velocidad esquivamos árboles caídos en llamas y zigzagueamos a través del bosque para esquivar esta estúpida y molesta nave.

De repente, un disparo acierta a un árbol, que cae incendiado frente al auto. Nitreon no llega a frenar.

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Recuerdo las escenas de acción que solía ver con mi padre, cuando un auto chocaba y se veía todo en cámara lenta.

Eso estoy viendo: el fuego rodea el auto, mientras rodamos contra el suelo. Mi cuerpo rebota contra todas las partes abolladas del auto, y tengo que cerrar los ojos cuando los vidrios se rompen con el golpe final.