8♥

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Yoongi despertó sintiendo calor y un poco de peso en su espalda. Se lo atribuyó a Hoseok que se encontraba durmiendo a su lado, por lo cual decidió no tomarle importancia. El canto de las aves se escuchaba a mares, informando a todos la llegada del amanecer de un nuevo día.

Con pesadez abrió sus ojos los talló y estiró sus brazos y piernas tal como lo haría un felino.

Trató de levantarse pero algo aprisionaba su cintura evitando que pudiese moverse. Giró su rostro y viró al moreno que lo aprisionaba a él con la cara apoyada a su espalda.

–¿Pero qué...–dijo al ver chico.–¿No era Hoseok el que se suponía que dormía a su lado?.

Con mucho esfuerzo logró zafarse del agarré del muchacho quedando sorprendido al ver que no despertó en lo más mínimo. Su enojó se hizo presente. Tomó su almohada y comenzó a lanzar certeros golpes a la cara del que se encontraba dormido.

–¡Despierta maldición!.–gritó despertando a sus dos compañeros. Jimin rápidamente cubrió su rostro con ambos brazos.

–Hyung, pare.

–No pararé, maldito imbécil.–siguió con su ataque hasta que Hoseok se acercó a detener aquella violencia.

–Yoongi, Yoongi detente.–haló de la almohada para comenzar un forcejeo.

–No me detendré ni por tí ni por nadie.–su tono era de notoria molestia.–Menudo imbécil, no sabe lo que es el espacio personal.

–¿De qué hablas?.–preguntó confuso.

–No podré casarme.

–Espera ¿Qué...

–Adiós vida marital, adiós mi amor.–comenzó a susurrar paranoico.

Hoseok confundido sacudía los hombros de su amigo. Mientras el otro chico que los miraba divertido soltó una estruendosa carcajada para después echarse a reír.

–Maldito imbécil ¿De qué te ríes?.–le preguntó Yoongi molesto, las ganas de golpearlo lo invadían de nuevo.

–¡De usted hyung!.–soltó entre carcajadas.–¡No puedo creer que este así solo por eso!.–limpió las lágrimas que brotaban de sus ojos a causa de su risa imparable.

–¿¡Solo por eso!?.–se zafó de Hoseok y le propició un golpe en el vientre -aún con la almohada-.–Imbécil, yo soy virgen, puro y casto.

–Gracias por el dato, me servirá para más adelante.–meneó sus cejas al mismo tiempo que sonría burlesco.

–Eres un...

–¡Stop, stop! ¡Tiempo fuera!.–gritó Hoseok al mismo tiempo que formaba una equis con sus brazos. Ambos chicos se detuvieron.–¿Algo que me quieran contar? Porque sinceramente me siento excluido en este momento.

Yoongi abrió la boca para hablar, pero Jimin fue más rápido.

–Le explico. Lo que pasa es que al dormir suelo abrazar a la gente sin darme cuenta, y pues hyung se despertó conmigo abrazándolo.-alzó los hombros restándole importancia a sus palabras.

–Yoongi eres un exagerado, fue un abracito y ya.–se dirigió a su amigo.–Además, chimchim no tiene control en eso.

–Pero...

–Sin peros. Vamos, vayamos a desayunar que tengo hambre.–y arrastró a ambos chicos, rodeando sus hombros hasta llegar al centro del campamento donde se encontraban todos comiendo.

Los días siguientes fueron más tranquilos. Puesto que, Yoongi cambió con Ken lugares en las tiendas de campaña.

Durante el día se enfocaba en realizar las actividades que los maestros dictaban y en la noche se dirigía inmediatamente a su habitación.

En los tres días de su estadía, se había dado cuenta de la mirada de Jimin en él y que en cada oportunidad que tenía intentaba acercarse. Y eso él no lo iba a permitir. Ya que todo segundo, minuto u hora que pasaba junto al moreno, los efectos del hilo se hacían presentes.

Era como caer en una caja de la cual una vez dentro, no le gustaría salir. Y eso era porque él sabía muy bien qué no podías resistirte al destino.

El día del regreso finalmente llegó.

Rápidamente tomó a Jin como su compañero. Estaba molesto con Hoseok por no ponerse de su lado aquel día. Además de que se había llevado de maravilla con el chico de hombros anchos los días que compartieron juntos.

El camino de regreso fue tranquilo. Con Seokjin hablaban de amenidades de manera relajada. Escuchaba la risa de Hoseok y Jimin que estaban en los asientos traseros pero no iba a voltear.

Cuando el autobús se estacionó, indicando que habían llegado destino. Tomó su maleta y se dirigió rápidamente a su dormitorio. Sin darse cuenta que alguien lo seguía.

–¡Hyung!.–escuchó un delicado grito detrás de él.

–Para.–se dirigió al que ahora se encontraba frente a él.–Tan solo conversamos pocas veces y casi no convivimos en el campamento. No hay razón para que me hables tan descaradamente.

–L...Lo sé, es solo que...–se rascó la cabeza nervioso.–No eres como cualquiera que haya conocido antes. Me gustaría saber más de tí.–dijo mirando a los ojos del otro.–Tal vez me encuentres raro o asqueroso. Lo siento.-habló cabizbajo.

–No realmente... No me da asco.– confesó.

Jimin sonrió amplio.

No estés tan felíz, idiota.

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Me propuse escribir mínimo 800 palabras por capítulo para que no sea tan corto xd.

«I Don't Want You».-«Jimsu».#Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora