20♥

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La tarde siguió de la misma manera, casi de la misma manera. El cielo permanecía nublado pero grandes gotas de lluvia caían de este y una helada ventisca atravesaba los cuerpos de los transeúntes en las calles de Seúl.

Yoongi ya había salido de la cafetería junto con Jungkook, corrían camino a los dormitorios del instituto. Ya que ninguno de los dos había previsto aquella lluvia, llegaron empapados a su lugar de destino.

Estaban en el dormitorio del menor, ya que era el que se encontraba más cercano a la entrada principal de la escuela.

–Hyung, entre y tome un baño.

El mayor negó con su cabeza.–Mejor entra tú, no quiero que enfermes por mi culpa.

–Hyung, no quiero sonar irrespetuoso ni nada por el estilo, pero una simple lluvia no me hará tanto daño como el parece que va a hacerle a usted.

Jungkook tenía razón. La salud de Yoongi no era de las mejores y eso se podía notar en su roja nariz que comenzaba a escurrir y sus delgadas piernas que no paraban de tiritar al compás de sus dientes.

Yoongi suspiró rendido, accediendo a la petición del más joven.

–Está bien, pero ¿Podrías prestarme algo de ropa?

–Claro hyung.–contestó con una sonrisa.

Y Yoongi entró a la regadera, a tomar la más larga ducha que ha tomado en toda su vida.

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Ambos chicos se encontraban sentados en la cómoda cama del menor. En la pantalla del cuarto se transmitía una película, a la cual ninguno de los dos ponía verdadera atención.

Mientras Jungkook estaba peleando consigo mismo para no burlarse de lo pequeño que se veía su hyung en su suéter, Yoongi seguía dando vueltas al asunto con Jimin.

¿Realmente había hecho lo correcto?. Su parte racional le decía que sí, que lo mejor era que el menor se enamorara de quien él quisiera, sin que el hilo lo controlase. Pero su parte sentimental le gritaba que fuera a donde el menor se encontraba, porque él -aunque lo negara- sentía algo por aquél chico de ojos de media luna.

–Jungkook ¿Tú crees en el destino?.–habló de repente, haciendo al nombrado sentirse agradecido, ya que había estado a punto de reírse en la cara del mayor.

–Destino, eh.–dijo para mirar al techo pensando en su respuesta.–Yo aunque no crea mucho en el, mis padres sí. Ellos dicen que el destino está por una razón, que por más que intentes cambiarlo no puedes hacerlo.

–Ya veo...

–Pero.–dijo volviendo a ganarse la atención del otro.–Si existiera, yo creo que puedes cambiarlo porque aunque suene muy cliché, nada está escrito en esta vida.–giró su rostro para quedar frente a frente.–Profundo ¿Cierto?.–dijo haciendo a ambos empezar a reír.

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Yoongi caminaba camino a su dormitorio, había estado más tiempo del que había planeado en la habitación del menor. Descubrieron que tenían muchas cosas en común y podían entenderse a grandes rasgos.

Al estar en la habitación de Jungkook olvidó por esos instantes todos los problemas y peleas que tenía consigo mismo por esas horas.

Una sombra se estaba acercando a él, entrecerró los ojos para poder ver mejor en la oscuridad de los jardines del instituto, notando que la figura era alguien familiar. Más específico, Hoseok.

–Hobi ¿Qué haces aquí a estas horas?.

–No.–dijo haciendo al otro callar.–No me vengas a hablar de esa manera tan animada después de que hiciste llorar a Jimin.

–¿Qué?.

Hoseok revoloteó los ojos.–No te hagas el tonto ¿Cómo puedes estar caminando tan tranquilo después de lo que hiciste?.

Yoongi bajó el rostro para mirar al suelo. Al parecer era lo único que sabía hacer en esos días.

–¿No vas a decir nada? ¿No vas a inventar alguna estúpida excusa para tratar de defenderte?.–dijo, su voz era más gruesa y de sus ojos se podía mirar la ira que estaba presente en él.–¿Acaso no sabes lo feliz e ilusionado que estaba él por darte aquella sorpresa?.–Hoseok seguía hablando pero Yoongi no podía levantar su mirada, no podía encarar la de Hoseok.–¿Es que acaso tú no tienes sentimientos? Maldito imbécil insensible.

Eso había dolido, mucho...demasiado.

Nuevas calidas gotas comenzaron a descender de los ojos del pálido chico de mirada gatuna. Conteniendo su llanto, siguió escuchando todo lo que quisiera decirle el otro.

Hoseok suspiró.–Ya no importa porque haré que Jimin sea mío.–dijo.–Haré todo lo que este a mi alcance para que se olvide de tí, porque tú no te lo mereces. Alguien como tú no se merece a alguien como él, Yoongi.

Y sin más que decir se fue de ahí, dejando al pequeño pálido con lágrimas en los ojos y pequeños hipidos negándose a salir de su boca. Solo en la oscuridad de la noche.

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Ya tengo internet nuevamente 🐱

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«I Don't Want You».-«Jimsu».#Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora