18♥

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Yoongi llegó al instituto, entró caminando a paso rápido, pasando por las puertas siempre abiertas, dando inicio a su búsqueda del chico que necesitaba encontrar.

Empujaba a todo aquél que se cruzará y solamente saludaba con un asentimiento a los que le llamaban. Estaba decidido y cualquier distracción podría hacer que cambiase de opinión. Y eso no se lo iba a permitir.

Después de varios minutos de búsqueda en los cuales se gano más de una mirada curiosa y otras más tachandolo de loco, lo encontró.

Jimin estaba sentado en una de las mesas del patio de la escuela, junto con él estaban Jungkook y Taemin, lo cual no le sorprendía porque ellos eran amigos del moreno pero lo que sí le sorprendió fue ver a sus amigos hablando animadamente con los otros chicos. Jin, Namjoon, Hoseok e incluso Ken estaban ahí.

Yoongi dudoso, se acercó a la mesa en la que se encontraban sus amigos. Cuando se percataron de su presencia, Jin, colocando su dedo en sus labios hizo a los demás guardar silencio.

Cuando Yoongi llegó a la mesa, todos estaban callados, haciéndolo fruncir el ceño al no entender el porqué de su silencio.

–Yoongi hyung.–habló Jimin.–Que bueno verlo aquí, hace mucho que no nos veíamos.

–Sí...Jimin...yo necesito hablar contigo.

Los ojos de Jimin se iluminaron cuando escuchó al mayor decir aquello. Yoongi se removió incómodo.

–¿En serio?.–dijo en tono alegre.–Yo también quisiera hablar con usted.–se levanto de su asiento mientras que todos los presentes le miraban.–Sígame.

Yoongi no dijo nada y solo se dedicó a seguirlo hasta desaparecer de la vista de sus amigos.

–Ojalá todo le salga bien a Jimin.–dijo Namjoon volviendo su mirada a sus amigos en la mesa.

–¡Claro que sí! Estoy seguro de que a Yoongi hyung le encantará la sorpresa que Jimin le preparó.–exclamó alegre Jungkook.–Después de todo ¿a quién no le gustaría una sorpresa como esa?.

–Exacto, hasta yo me enamoraría si alguien hiciera algo así por mí.–contestó Jin ganándose ligeras risas por parte sus amigos, excepto uno que seguía mirando con recelo el pasillo por donde los chicos se habían ido.

|•••|

Jimin y Yoongi se encontraban en uno de los pasillos, parados afuera de una de las puertas de las aulas de clases.

–¿Qué hacemos aquí Jimin?.–preguntó Yoongi.

–Shhh.–lo silenció colocando uno de sus dedos en los labios del mayor.–Solo entre y ya verá.–dijo con una sonrisa traviesa.

Yoongi hizo caso al menor, aunque aún tenía un poco de duda dentro de él. Decidió confiar en el otro, giró la perilla con una de sus manos abriendo así poco a poco la puerta de madera del aula de usos múltiples.

Los ojos de Yoongi no daban razón a lo que veía. El techo del aula estaba llena de globos y listones de colores, mientras que el lugar estaba completamente iluminado por velas y una que otra luz led neón. Pero lo que más llamó la atención del pálido fue el pastel en forma de piano con una vela de su personaje favorito "kumamon" adornando el centro, y arriba de este un gran cartel en el cual se podía leer “Feliz cumpleaños Yoongi hyung” en color dorado.

–¿Qué...

–Se sorprendió ¿Cierto?.–preguntó Jimin poniéndose a un lado del mayor.–Me enteré por parte de Jungkook que mañana es su cumpleaños y quise ser el primero en felicitarlo.

–Jimin...Yo no sé qué decir...

–Con un gracias y un abrazo suyo me conformo.–dijo con una sonrisa extendiendo los brazos para envolver al mayor.

Yoongi aceptó abrazando al otro, escondiendose entre los brazos y pecho del otro.–Gracias Jimin, en serio muchas gracias.

Jimin no cabía en si mismo. Estaba tan feliz de que a su hyung le haya gustado su sorpresa que no podía ni quería dejar de tenerlo entre sus brazos. Hasta que recordó algo.

–Hyung.–dijo deshaciendo el abrazo, alejándose del otro para poder ver su rostro.–Usted tenía algo que decirme ¿No es así?.

La sonrisa de Yoongi se borró de su rostro, dejandole el paso a un pequeño dolor en su pecho.

–Sí, así es.–dijo separándose completamente del menor.–Siéntate.

Su voz había sonado tan fría que hizo al otro obedecer sin cuestionar. Se quedó sentado mientras veía al mayor revolver su mochila en busca de algo, pero al regresar no traía consigo nada, aunque parecía que sostenía algo entre su mano.

Se sentó frente al otro para comenzar a hablar.

–Jimin, yo quería hablar contigo de algo.

–Si hyung ¿Qué es?.

La tensión en la habitación había aumentado de un momento a otro, ambos estaban nerviosos, aunque uno de ellos no supiera el porqué.

–Yo sé que yo te gusto.–el menor lo miró a los ojos, había logrado el primer paso.–Pero...no creo poder corresponder tus sentimientos.–dijo tomando el hilo entre sus dedos.–Por esa razón yo quiero terminar esta relación, quiero terminar todo esto contigo.–dió un tijerazo, el hilo había sido cortado. Apartó su mirada del otro para comenzar a hablar nuevamente.–Yo...simplemente creo que te mereces a alguien mejor...ya verás que tengo razón y tal vez algún día nos vamos a reír de esto en el futuro ¿No lo c...

Sus palabras quedaron incompletas en el aire cuando al girarse vió algo que le hizo callarse, quebrarse.

Jimin estaba llorando, tallando sus ojos con sus manos, gimoteando tratando de ocultar sus sollozos.

–¿Jimin? ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?.–estaba desesperado, quería hacer algo para calmarlo pero no sabía que es lo que podría hacer.

–Es usted muy cruel hyung.–dijo con su voz rota, partiendole aún más el corazón al mayor.–¿Quiere terminar esta relación?.–dijo.–No se preocupe, no tenemos una relación, no somos novios no somos pareja, somos amigos.–dijo con una sonrisa amarga.–Perdón por llorar, no sé qué me pasó. Me tengo que ir lo veo luego.

Jimin se puso de pie, yéndose del lugar sin mirar atrás.

Al estar solo en la habitación Yoongi ya no pudo aguantar más, empezó a llorar. Divisó una caja de regalo en una de las esquinas del salón y al abrirla un peluche de un pequeño gatito blanco con mirada gruñona pero ojos lindos y brillantes, de patas y orejas negras le dió la bienvenida. Al sacarlo de la caja vió la nota que venía con él “Le regalo este peluche porque me recuerda mucho a usted. Gruñón pero lindo y suave a la vez”.

Una, dos, tres punzadas en el pecho. Una, dos, tres lágrimas atravesando sus mejillas.
Una, dos, tres veces convenciendose a sí mismo de que había hecho lo correcto.
Uno, dos, tres los minutos quedándose solo, llorando en silencio abrazando el regalo que Jimin le había dado.

«I Don't Want You».-«Jimsu».#Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora