«I Don't Want You».-«Jimsu».#Wattys2019

9♥

Nota:
•Las palabras en cursiva son pensamientos.
•Cuando esto aparezca »« y en negritas, Son recuerdos.

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Los días pasaron y en esos días no se hizo esperar el que Jimin siguiera a Yoongi a todos lados. Ya que, este había tomado el "no me da asco" como un "adelante".

A todos los lados que el pálido se dirigía, el menor lo seguía. Junto con un "hyung" que podía escucharse en los jardines y pasillos del instituto.

Ambos caminaban juntos. Jimin contándole su día y Yoongi fingiendo no escuchar -aunque sí lo hacía-. Hasta que una cara familiar se acercó a saludar.

–¡Yoongi!.–saludó.–Y ehm...ah...

–Jimin.–dijo este.–mi nombre es jimin.–sonrió.

–Claro, lo siento.–le devolvió la sonrisa.–¡Cielos! Ahora que lo noto, eres muy guapo. Seguramente esa es la razón de la cara gruñona que se carga Yoongi, está celoso de tí.–asintió de acuerdo con sus propias palabras.

–En tus sueños, Seokjin.–gruñó molesto.

–Seokjin hyung o Jin hyung, no seas descarado.

Comenzaron un jugueteo en el cual Seokjin aprisionó el cuello de Yoongi con un brazo, mientras con el otro desordenaba su cabello. Yoongi soltaba quejidos y maldiciones mientras que Jin y Jimin reían a más no poder. Le dió un puntapié, haciendo a este empujarlo. Cayendo en los brazos de Jimin.

Yoongi quedó ensimismado con el olor del chico. Olía muy bien, demasiado bien.

Como si los brazos de él le quemaran se zafó con un movimiento brusco, arrancando uno de los botones de la camisa del menor.

–Oh, lo siento.–dijo entregándole el botón en la mano.

–No se preocupe, hyung.–tomó el botón.–Compraré otra.

–¿Qué?.–preguntó molesto.

–Es solo una camisa, puedo comprarme otra.–encogió los hombros restándole importancia.

–Idiota. Aprende a valorar las cosas.–lo tomó del brazo y caminó hacia alguna sala. Dejando a Seokjin atrás.

–Sí, adiós.–bufó y se fue también del lugar.

Llegaron al aula de música. La cual se encontraba vacía pues aún estaban en la hora de descanso. Yoongi sentó a Jimin en una silla y se puso a buscar algo en su mochila.

–¡Bingo!

–¿Un kit de costura?¿Por qué carga eso?.–preguntó intrigado.

–¿Por qué no habría de hacerlo?.–se dirigió al lugar donde se encontraba.–Ahora, si me permites.–y dicho esto se hincó quedando entre las piernas del chico.

–Eh...hyung. E-esta posición.

–¿Te molesta?.–volteó hacia arriba mirándolo a los ojos.

¿¡Qué si me molesta!? ¿¡Acaso no se da cuenta de la posición en la que nos encontramos!? Podría hacerme una mam...

–¿Jimin? ¿Me estás escuchando?.–miró al que al parecer se encontraba desconcertado.–¿Te molesta?.

–¿Eh?...No, para nada.

Estúpido hyung.

–Bien, entonces empezaré.

–Te lo encargo.

Yoongi empezó a coser aquél botón a la camisa del moreno. El ambiente era silencioso pero no incómodo. Excepto para Jimin. Para Jimin era incómodo y caliente como el infierno.

–Y...¿D-desde cuándo sabe coser?.–preguntó tratando de distraer su mente de aquella vista que lo estaba llevando a tener pensamientos un tanto indecentes.

¿Desde cuándo sabe coser? ¿En serio? Me sorprendes Park.

–Desde hace varios años.–contestó Yoongi notando la pequeña incomodidad.–Mi madre murió cuando yo tenía 11 años, sumando el que mi padre nos había abandonado varios años antes...pues.

–Lo...Lo siento.

–No importa, fue hace mucho tiempo.–lo interrumpió.–Además no fue tu culpa.

Fueron tu madre y el hilo los culpables.

–Aún así, lo siento.

–Como sea.–siguió.–Después de la muerte de mi madre, mi hermano y yo estábamos solos. Así que, al ser él el mayor empezó a trabajar para mantenernos mientras yo me encargaba de las labores de la casa.–sonrió levemente.–Mi hermano dejó la universidad por mí, así que no quiero defraudarlo. Estudié y me esforcé mucho para entrar y aquí estoy.–dijo un tanto orgulloso.

–Vaya, usted es increíble hyung.–comentó con sinceridad.–En cambio yo, he sido mimado por mis padres siempre. No me esforcé para quedar en la universidad y por esa misma razón no sé hacer nada. Me doy vergüenza.–miró al suelo con la mirada apagada.

–No lo dije para que te sintieras mal.–le contestó.–La vida de todos no es igual. A algunos les va mejor que a otros, eso no lo puedo negar. Pero no es motivo para que te sientas mal, es más. Deberías sentirte feliz de tener unos padres que te quieren y apoyan en todo.

Aún con la cabeza gacha, sonrió en agradecimiento.

–Mira, ya terminé.–lo soltó y señaló la costura en la camisa.–Aunque te mantuve aquí todo este tiempo, el color no combina para nada.–miró aquél hilo verde que sobresalía en la blanca prenda.–Puedes...tirarla.–no saben cuánto le dolió decir eso.

–No, está bien.–tocó el hilo verde de sus ropas.–Me gusta.– le sonrió. El otro le devolvió el gesto al instante.

–Bien, volvamos.–dijo levantándose.–Ya casi es hora de que empiecen las clases.

Empezó a caminar hacia la puerta, pero una regordeta mano detuvo la suya. Giró y al instante sintió unos suaves labios en los suyos.

–Hyung.–susurró al separarse.–Me estoy enamorando de usted.–dijo mirando a sus ojos.–¿Qué cree usted que deberíamos hacer?.

–No lo estás.–le dió un leve empujón separándose de él.–Crees que es así pero esa no es la realidad. Estás confundido.–se dió la media vuelta para quedar frente a la puerta. Cuando iba a girar la perilla volvió a hablar.–Además...me gusta alguien.

Una punzada.

Y salió del lugar. Dirigiéndose al salón a paso rápido.

Bajé la guardia.