Capítulo 14

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Lauren

Me senté en la cama mientras estaba estudiando. Me pesaba el corazón y sentía tal anhelo dentro que no sabía qué hacer con él. Echaba de menos a Camila, así de sencillo. ¿Cuándo iba a superar aquello? Habían pasado ya un par de días desde que regresé de Las Vegas, y parecía que mis sentimientos se habían intensificado en lugar de debilitarse. Solo había estado con ella dos días y medio. ¿No podía olvidarla en el mismo tiempo? Suspiré y me recosté en la almohada para mirar al techo. ¿Qué estaría haciendo en este momento? Me entristecí al pensar en la posibilidad —muy real— de que estuviera rodando una escena. Por otra parte, me había dicho que había hecho cuatro películas en seis meses, la última un par de días antes. Un feroz disgusto me inundaba como una oleada cuando lo imaginaba con otra persona, incluso aunque fuera alguien que ella no volviera a ver. Quería gritar solo de pensarlo. Y luego quería tirarme al suelo y llorar hasta que estuviera agotada y entumecida. Eso es lo que se obtiene cuando se desarrollan sentimientos por una estrella porno. Era una idiota, como Vero me había llamado en broma.

Pero ¿cómo estaría llevándolo ella? ¿Estaría siendo tan difícil para Camila como ella me había dicho? Afirmó que yo lo había cambiado todo. Y, siendo realista, eso significaba que mi legado a corto plazo sería que estaba haciendo su vida más difícil. No podía sentirme mal por eso. Esperaba haber arruinado su capacidad para hacer porno. Podía aspirar a mucho más. Sin embargo, era una decisión que dependía de ella. Tenía que hacerlo por sí misma. Esa era una de las razones de que me hubiera alejado. Por eso no había tenido otra opción más que alejarme. ¡Dios! Seguramente estaría deseando no haberme conocido nunca.

Sin embargo, yo no sentía eso por mucho que me doliera. Sabía lo que hacía, y para mí era más que eso. Si no hubiera sido así, habría sido fácil alejarme, podría haber incluso corrido. Y ahí radicaba el problema. Un problema sin solución.

Me quedé allí un poco más de tiempo, perdida en mis pensamientos, hasta que se me ocurrió una idea. Una idea muy, muy mala. Luché contra ella durante unos minutos antes de levantarme y coger el portátil del escritorio. Levanté la tapa, me senté en la cama con las piernas cruzadas y tecleé su nombre en Google con manos temblorosas. La primera página web que aparecía era un sitio llamado ArtLove.com y, en contra de mi buen juicio, hice clic. Sabía que era una idea nefasta, pero era como si estuviera poseída. Era incapaz de detenerme.

—¿Lauren? —me llamó Veronica al tiempo que oía cerrarse la puerta principal.

—Estoy aquí —la llamé, minimizando la pestaña del navegador antes de que se hubiera cargado por completo.

Oí sus pasos y levanté la vista del ordenador cuando apareció ante mi puerta de uniforme: pantalones negros y una chaquetilla blanca de chef.

—¿Qué estás haciendo? —me preguntó, soltándose la coleta y masajeándose el cuero cabelludo.

—Estaba..., mmm..., mirando porno —confesé con una mueca que contenía media sonrisa.

Vero se quedó paralizada.

—Er..., está bien. Sabes que tienes cerradura en la puerta, ¿verdad?

Puse los ojos en blanco.

—Estoy mirando lo que hace Camila —solté.

Ella me miró fijamente un buen rato.

—Cariño, ¿crees que es una buena idea? —preguntó con suavidad.

—Seguramente no, pero tengo que verlo por mí misma. Tengo que enfrentarme a la realidad. He de seguir adelante. —La miré con tristeza.

Verónica dudó, pero luego entró y se sentó en la cama a mi lado.

Cariño,Te Amaré Por Siempre (Adaptación camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora