Cariño,Te Amaré Por Siempre (Adaptación camren G!P)

Capítulo 32

Lauren

Regresamos a la cabaña con la compra y empezamos a vaciar las bolsas. Dejé a un lado el queso y la lata de sopa de tomate para hacer el almuerzo después de que acabáramos.

Cuando estaba doblando la última bolsa, Camila se acercó por detrás y me rodeó con los brazos.

—Me encantan esos ruiditos que haces cuando colocas las cosas.

Me reí.

—¿Los hago? No me había dado cuenta —repuse, volviéndome hacia ella.

—Mmm..., mmm... Estoy deseando saber cada pequeño detalle sobre ti —dijo al tiempo que buscaba mis ojos.

—¿Incluso las cosas malas? —susurré, mirándola.

Asintió moviendo la cabeza.

—Sí, incluso las pequeñeces que tú consideras cosas malas —replicó muy seria.

Posó los labios sobre los míos en un beso tierno que me excitó con rapidez. Frotó la lengua contra la mía y gemí contra su boca. Me encantaba su sabor, adoraba la forma en que me besaba y cómo se movía. Parecía despertar todos y cada uno de mis sentidos, y hacer el amor con ella resultaba decadente y delicioso. No creía que pudiera saciarme nunca.

Cuando pensaba en todo lo que me había revelado esa tarde, se me encogía el corazón. Ni siquiera había tenido tiempo para conciliar todos mis pensamientos y sentimientos. Me preocupaba por el caso, pero sabía que ella tenía razón cuando me decía que se estaba haciendo todo lo que se podía hacer en este momento. Tenía que confiar en Camila, porque, si no, acabaría muriéndome prematuramente antes de Navidad.

No quería imaginar lo que estaba pasando Zayn Malik. ¡Dios!, su caso parecía un cuento de terror. Había sido señalado por alguien tan malvado que no solo vendía seres humanos, sino que asesinaba a una joven inocente y arruinaba la vida de un hombre sin parpadear. Estaba asustada y asqueada ante su negocio.

Pero Camila, mi valiente Camz ... El corazón se me inflaba de orgullo cuando pensaba en lo que se había convertido, en el riesgo que corría por ayudar a los demás.

Me apreté contra ella, arrancándole un sonido de satisfacción que vibró contra mi boca.

Metió las manos por debajo de la cinturilla de mi jersey y me reí contra sus labios cuando noté que sus manos viajaban por mi piel.

—¿Qué pasa? —murmuró en mi boca, sonriendo y mordisqueándome los labios.

—Nada. Tienes un gran talento —aseguré.

Ella sacudió la cabeza, negándolo.

—No, solo soy muy decidida —dijo al tiempo que frotaba su boca contra la mía.

Me reí por lo bajo, pero mi risa se desvaneció cuando llegó a mis pechos y comenzó a frotarme los pezones por encima del sujetador.

—Ahhh... —gemí, abandonando sus labios y dejando caer la cabeza hacia atrás.

Camila apretó los labios contra el pulso en la base de mi cuello mientras seguía trazando círculos con los pulgares sobre mis endurecidos picos. Su movimiento lento y perezoso me hizo jadear con fuerza cuando noté una especie de estallido eléctrico en mi núcleo, que empezó a palpitar con intensidad.

Bajé la mano para frotar su miembro endurecido por encima de los vaqueros. Ella también gimió y se apretó contra mi mano. Levanté la cabeza y la miré a los ojos, que estaban llenos de ardor, mientras me contemplaba con los labios entreabiertos. Un estremecimiento me recorrió de pies a cabeza ante su hambrienta expresión.