Lauren
Camila me sentó frente al fuego y me quitó el abrigo empapado. Cogió una manta del sofá y me la puso sobre los hombros. Me castañeteaban los dientes con tanta fuerza que apenas podía oír mis propios pensamientos.
-Lauren, nena -me dijo en voz baja-. ¿Qué te ha pasado? ¿Cómo es que estás aquí?
-Lo he roto -dije.
Sus ojos buscaron los míos y se detuvo cuando estaba quitándome los calcetines mojados, esperando a que continuara.
-Estaba yendo a casa por Navidad y me di cuenta -dije con rapidez, y sacudí la cabeza un poco-. Lo supe todo el tiempo, pero... es que... Me di cuenta en medio del aeropuerto y se lo dije a Noah. Entonces regresé a Las Vegas, y fui al Trilogy para buscarte, para decírtelo. -Volvía a llorar de nuevo.
Camila frotaba mis pies congelados entre sus manos mientras me miraba: me observaba hablar con una expresión amable en su rostro.
-Fue tu amiga Dinah quien me dijo dónde estabas y me cambió el coche.
Apareció un gesto de sorpresa en su cara, pero movió la cabeza y sonrió.
Se puso de pie y salió de la habitación. Cuando regresó, un par de segundos después, llevaba una toalla en la mano. Se acercó de nuevo y comenzó a secarme el pelo con ternura.
-¿Y luego qué? -preguntó con suavidad.
Casi había dejado de temblar, y una plácida calidez fluía por mis extremidades, el calor del fuego se filtraba en mi carne fría. Suspiré y me arrebujé en la manta.
-Según iba acercándome aquí, comencé a distraerme y, al final..., me quedé sin gasolina -concluí, mordiéndome los labios con vergüenza-. Justo a los pies de la colina. Me ha dado tiempo a aparcar el todoterreno de Dinah a un lado, y he subido a pie el resto del camino.
Camila frunció el ceño.
-Podrías haberte hecho daño -dijo.
Estiré el brazo y le cubrí la mejilla con la mano. Cerró los ojos durante unos segundos mientras ella dejaba caer la cabeza hacia mis dedos.
-No me he hecho daño, solo tengo frío. He perdido la bota a unos doscientos metros de la puerta, aunque no me ha importado. Seguí adelante porque estaba saliendo el sol y... -Ahogué un sollozo y acerqué mi cara a la suya-. Te dije que el amanecer siempre me recordaría a ti y así ha sido todo este tiempo... todos estos años...
Volvió a cerrar los ojos brevemente y luego me besó en los labios con suavidad. Me besó los párpados y la nariz.
-A mí también. Has venido a mí cada amanecer.
Se me escapó otro sollozo mientras buscaba sus labios llenos, que frotó contra los míos con ternura, sin presión, solo lo justo para absorber su calor y su presencia.
-Nunca te he dejado marchar, y aun así he sido yo la que se ha quedado helada - dije por lo bajo en referencia a Titanic.
Camila me miró durante un instante y luego se echó a reír. Sonrió con los ojos brillantes.
-La parte positiva es que creo que estoy curada. No necesito más terapia cinematográfica -aseguró.
Ahora fui yo la que se rio, y ambas nos miramos con ojos sonrientes, poseídas por el calor del momento.
-Tenemos mucho de qué hablar -comentó en voz baja, poniéndose seria.
Asentí moviendo la cabeza, sin poder reprimir mi sonrisa. Ya tendríamos tiempo de ponernos al día.
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Cariño,Te Amaré Por Siempre (Adaptación camren G!P)
RomantikLauren Jáuregui tiene un plan. Ha organizado su vida a la perfección y se siente orgullosa de conseguir siempre sus objetivos. Sabe quién es, de qué forma vivirá, jamás da un paso en falso, y nunca se ha parado a considerar lo que desea en realidad...