Epílogo

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Un año después

Lauren

-Es el árbol de Navidad más triste que he visto en mi vida -murmuró Megan, ladeando la cabeza para mirarlo desde otro punto de vista.

Me reí mientras me detenía detrás de ella para admirar el árbol. Estaba inclinado y medio desnudo, envuelto en las largas guirnaldas de luces para exteriores, en medio de la cabaña.

-Me encanta -suspiré-. De todas formas, es una tradición para nosotras. La primera que tuvimos. No te metas con él. -Estará más bonito después, cuando hubiéramos colgado los adornos de Andrew.

Megan siguió mirando el abeto con expresión de desaprobación. Le di una palmada en broma en el culo.

Ella soltó un grito antes de escaparse de mí, riéndose.

-Vale, vale... Ya aprenderé a quererlo también -replicó mirando el árbol de medio lado.

Sonreí al tiempo que negaba con la cabeza. Cuando me dirigía hacia la cocina, donde estaba a cargo de la preparación del pavo de Nochebuena que había en el horno, la puerta se abrió de golpe y unas voces inundaron la cabaña.

-Ya estamos de vuelta, señoras -gritó Zayn-. ¿Quién está desnudo en el jacuzzi?.

Me reí al ver que Megan ponía los ojos en blanco. Noté que miraba más allá de Zayn, clavando la vista en Dinah. Ella la vio y se quedó inmóvil un segundo antes de ajustarse las gafas. Tendría que indagar sobre todo eso más tarde. Me había dado cuenta de que esas dos habían intercambiado muchas miraditas calientes durante la semana.

Como Camila me había prometido un año antes, nos habíamos desplazado de nuevo a Snowbird a pasar la Navidad. Solo que, en esta ocasión, nuestra familia y nuestros amigos estaban con nosotras, y en vez de preocupaciones, teníamos mucho que celebrar.

Por desgracia, había una persona que no había podido unirse a nosotros: Verónica. Pero tenía una buena disculpa; estaba embarazada de ocho meses y no podía subirse a un avión. Kyle, su primer hijo, y el bebé solo se llevarían trece meses de diferencia. Como había dicho la propia Vero, eso era lo que ocurría al tomar tres margaritas cuando te dan vía libre después del parto. Y servía de advertencia para los demás, aunque tanto Brian como ella estaban encantados.

Habíamos alquilado una cabaña enorme con diez dormitorios y llevábamos toda la semana esquiando, haciendo snowboard y jugando en la nieve. Yo, concretamente, solo había hecho lo último. Mis músculos todavía recordaban la paliza del año pasado y no estaban interesados en volver a sufrir algo parecido. Todos teníamos un don; estaba claro que hacer snowboard no era el mío.

- Camila se ha perdido una tarde increíble en las pistas -anunció Harry, colgando su cazadora.

-Estaba ocupada haciendo algo mucho mejor -replicó Camila, que salía de la habitación con nuestra hija acurrucada contra su pecho-. He estado abrazando a mis chicas frente al fuego -sonrió-, y hemos decorado el árbol. -Todos los hombres se volvieron hacia el pobre abeto al que Camila se refería y ladearon la cabeza al unísono.

Resoplé, haciendo que Camila se acercara a mí y me pusiera un brazo sobre los hombros, besándome en la sien.

-¡Oh, Dios! Prefiere hacer manitas y decorar un arbolito que hacer deporte - murmuró Zayn-. Camila, tía, estás convirtiéndote en una nenaza. - Zayn sacudió la cabeza con una expresión de fingida tristeza.

Camila arqueó las cejas.

-Sí, ya, ya te llegará tu hora, colega. Recuerda mis palabras. Y cuando así sea, te voy a putear de tal manera que...

Cariño,Te Amaré Por Siempre (Adaptación camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora