Capítulo 26

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Lauren

Recogí las piernas debajo de mi cuerpo y me subí la manta hasta cubrirme los hombros al tiempo que apoyaba la espalda en el respaldo del sofá. Acababa de llegar a casa desde el despacho después de una jornada de doce horas, me había puesto el pijama y me había sentado frente al televisor con una manta. Eran las ocho, pero todavía no había cenado y tenía hambre. Sin embargo, sentía aquellos minutos en el sofá como una prioridad absoluta.

Por supuesto, la primera persona en la que pensé fue Camila. La había mantenido apartado de mi mente con éxito desde la escena que habíamos tenido el día anterior en su despacho. En parte había sido por instinto de conservación, pero sabía que también era gracias al orgasmo que había disfrutado contra su pierna, apoyada en la pared.

Gemí de vergüenza y me cubrí las mejillas con las manos, sintiendo que se calentaban incluso con el recuerdo. Dios, le había dicho que no podía volver a verla y luego me había corrido contra su muslo como una gata en celo. ¿Había transmitido un mensaje muy confuso? Sin duda resultaba demasiado humillante.

Era una profesional. Acudía todos los días al trabajo con trajes conservadores y zapatos cómodos. En el juzgado era eficiente y tenía confianza en mí misma. En mi vida personal, pagaba las facturas a tiempo, llamaba a mi padre al menos una vez a la semana, era una buena amiga y una persona honesta. Pero era estar con Camila Cabello y, de repente, me volvía loca sin remedio. Una pirada. Me convertía en una pirada que permitía que la manosearan contra la pared de su despacho. Y ni siquiera había tenido que presionarme para conseguirlo. Casi se lo había suplicado. Me sentía avergonzada de mí misma.

Pero la sensación más abrumadora era la tristeza. Había traicionado a Noah. Era una persona horrible. Y peor todavía, le había dicho a Camila que no me había acostado con mi prometido. No debería haberlo hecho. No solo no era asunto suyo, es que además le iba a dar una idea equivocada. Me sentía atraída por Noah, pero todo había ido muy rápido entre nosotros y prácticamente habíamos empezado a salir cuando me mudé a Las Vegas, nos comprometimos apenas dos meses después y habíamos empezado a planificar la boda para primavera. Habíamos hecho otras cosas, por supuesto, pero quería esperar hasta que estuviéramos casados para mantener relaciones sexuales. Ni siquiera le había dicho a Verónica que estábamos esperando, porque sabía lo que me diría. Y era algo que estaba bien, quizá resultara un poco anticuada, pero ¿por qué? Me parecía una idea muy romántica. Y Noah, siendo el caballero que era, estaba de acuerdo con ello. Me parecía que la anticipación añadía cierto morbo. Pensaba que...

Mis pensamientos quedaron interrumpidos por un fuerte golpe en la puerta. Fruncí el ceño. ¿Quién demonios llamaba de esa manera?

Me levanté, dejando la manta en el sofá, y fui hacia la entrada vestida con unos pantalones de pijama de franela y una camiseta blanca.

Mi puerta no tenía mirilla, así que pregunté.

-¿Quién es?

-Lauren, soy yo... -escuché que decía una voz profunda.

«¡Mierda! Camila ».

Me quedé ante la puerta mordisqueándome el pulgar durante un buen rato, pensando qué debía hacer.

-Lauren, abre la puerta -dijo finalmente desde el otro lado-. Por favor... - añadió un par de segundos después.

Suspiré y abrí la puerta. El frío aire de diciembre impactó contra mi piel.

Camila estaba allí con toda su perfección, cubierta con unos vaqueros oscuros y una cazadora de cuero. Me pareció tan condenadamente guapa que la odié.

La odié de verdad. Sería mucho más fácil deshacerme de ella si fuera fea. La vida era muy cruel.

Camila bajó la vista por mi cuerpo hasta detener los ojos en mis pechos. Fui consciente en ese momento de que no llevaba sujetador y de que el frío me había endurecido los pezones. Crucé los brazos.

Cariño,Te Amaré Por Siempre (Adaptación camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora