Capítulo 17

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Catorce meses después, junio

Lauren

Moví a un lado el correo para dejar espacio en la encimera para las ensaladas que había comprado para Verónica y para mí.

Se sentó en un taburete, a mi lado, y empezó a abrir y preparar su comida.

Cogí el vaso de agua con hielo que tenía delante y lo levanté.

-Por Brian, que ha pasado el examen... y ya es abogado -brindé-. Ahora podréis llevar un estilo de vida al que acabarás acostumbrándote.

Vero sonrió y levantó su vaso de agua para hacerlo chocar con el mío.

-Por Brian. Gracias a Dios, ha terminado de estudiar y podré estar con él. A menos, claro está, que tus horas de trabajo sean una indicación de las que va a tener él, porque si es así, da igual. No cambiará nada.

Me reí y moví la cabeza.

-No soy tan mala -dije.

-Sí, lo eres -discrepó-. Pero por suerte no voy a tener que vivir contigo demasiado tiempo. -Me guiñó un ojo, burlándose de mí. -Ja, me vas a echar de menos -aseguré antes de tomar un bocado de ensalada-. Pero has elegido bien, ya lo sabes, ¿verdad? -añadí al tiempo que señalaba con la cabeza su anillo de compromiso.

Suspiró y sonrió.

-Lo sé. Es muy protector. Lo normal, siempre y cuando no me cabree por dejar la tapa de la pasta de dientes en cualquier sitio, será que esto funcionara.

Me reí.

Vero y Brian se habían comprometido en Navidad, y pensaban casarse en septiembre. La semana siguiente era el fin de semana en que dejaríamos el apartamento que habíamos compartido. Yo había encontrado otro en la zona de U Street Corridor, y aunque estaba un poco nerviosa por vivir por mi cuenta por primera vez, también estaba emocionada.

La última pieza en encajar en su lugar fue descubrir que Brian había pasado el examen para ser abogado. Íbamos a salir más tarde para celebrar que había aprobado.

-Ahora -continuó Vero -, lo único que tenemos que hacer es encontrar para ti una persona que no deje el tubo de la pasta de dientes sin tapar.

-¡Oh, no! Eh..., eh... Estoy demasiado ocupada. No se te ocurra pensar en buscarme pareja. El trabajo apenas me deja tiempo libre para ir al súper de forma regular. No tengo tiempo para salir con nadie. -Pinché un tomate cherry y me lo llevé a la boca.

Había conseguido mi primer trabajo en la oficina del fiscal en Washington D. C. y estaba empleada en la sección de menores. No era exactamente lo que quería hacer, pero así conseguiría seguir subiendo, y en este momento había pocas vacantes y movimiento en otras secciones. Sabía que tenía suerte de estar en esta, así que me esforzaba por hacerme un nombre.

Miré a Vero, que me estudiaba con atención.

-¿Todavía piensas en ella?

-¿En quién? -pregunté, aunque sabía perfectamente a quién se refería.

-Ya sabes en quién. No te escaquees -resopló Verónica.

Dejé mi tenedor en el plato y me volví hacia ella con la cabeza ladeada. No podía mentir sobre esto, y menos a Verónica. Respiré hondo.

-Sí. Pero no es nada malo, Vero. No me duele. Solo me pregunto a veces cómo está, lo que está haciendo. Si alguna vez piensa en mí.

Verónica me estudió.

-Mientras no sea ella la verdadera razón de que al parecer hayas renunciado al resto de los hombres y mujeres desde que regresaste de Las Vegas hace dos años... Solté una risita entrecortada.

Cariño,Te Amaré Por Siempre (Adaptación camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora