Capítulo 34

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Lauren

Me despertaron el canto de los pájaros al otro lado de la ventana y los rayos de sol que se colaban por las cortinas cerradas. ¡Era Navidad! Me giré con pereza y me estiré antes de acurrucarme contra la cálida espalda de Camila. Cuando ella se arqueó un poco hacia mí, le besé la suave piel de los hombros, demorándome en la cicatriz mientras respiraba contra ella.

-Buenos días -oí que decía con voz somnolienta.

-Hola -respondí por lo bajo, con los labios todavía en su espalda-. Así que no siempre madrugas, ¿eh? -bromeé.

Se rio entre dientes.

-No, no siempre. Sobre todo si tengo a mi Botón de oro en la cama y puedo acurrucarme con ella debajo de las mantas.

Se volvió hacia mí y me abrazó durante unos minutos, moviendo las manos por mi cuerpo. Noté que se me endurecían los pezones, que me humedecía entre los muslos.

-¿Qué tal estás esta mañana? -susurró.

-Bueno, estoy mejor -musité. Todavía sentía cierta rigidez en los músculos, pero ahora mis agujetas parecían fruto del trabajo duro y no de haberme arrojado debajo de un tren en marcha, que era como me sentía el día anterior.

Camila se puso encima de mí y me hizo el amor lenta y tiernamente, moviendo las caderas tan despacio que gemí de frustración. Ella sonrió contra mi hombro antes de acelerar el ritmo.

Grité y Camila gimió contra mi cuello cuando alcanzamos el orgasmo al mismo tiempo. Sentí que se me ponía la piel de gallina.

-Dios, me encanta oírte gemir -dijo, jadeando en mi oído de una forma tan ahogada que apenas pude distinguir sus palabras. Se retiró de mi interior rodando hacia un lado.

Sonreí.

-Voy a tener que conseguir un sótano insonorizado -comenté.

Ella se alzó sobre mí.

-De eso nada. Nos compraremos una casa en el campo, así no molestarás a los vecinos. -Sonrió.

-¿Una casa? -Jadeé; la miré con expresión seria.

Me estudió detenidamente.

-Sí, algún día compraremos una casa. Quiero formar un hogar contigo, Lauren. Quiero que tengamos nuestra princesita y nuestro Junior. -Se interrumpió mientras me miraba con calidez-. Te amo -dijo por lo bajo.

Me quedé paralizada entre sus brazos mientras la miraba parpadeando boquiabierta.

Yo me había dado cuenta de que la amaba ayer por la noche, cuando estábamos sentadas frente al fuego mirando nuestro árbol de Navidad, que me parecía patéticamente hermoso. Y lo había confirmado un millón de veces más mientras miraba la expresión vulnerable que tenía ahora.

-Yo también te amo -susurré.

La sonrisa que apareció al instante en su rostro resultó impresionante.

-¿De verdad? -preguntó.

Asentí moviendo la cabeza con los ojos llenos de lágrimas.

-Sí, de verdad. Lo sé. Te acuerdas de nuestra princesita y nuestro Junior -susurré.

Sonrió.

-Jamás me podría olvidar de nuestros hijos, Botón de oro.

Me reí y sollocé a la vez.

-Feliz Navidad, Camila.

-Feliz Navidad, Lauren. Venga, vamos a levantarnos. Tengo algo para ti.

Cariño,Te Amaré Por Siempre (Adaptación camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora