Cariño,Te Amaré Por Siempre (Adaptación camren G!P)

Capítulo 18

Seis meses después, diciembre

Lauren

Moví las ramas del árbol cuando me hicieron cosquillas en la nariz y me reí cuando me desplacé hacia la izquierda, más cerca de Taylor. Era medianoche; ya era oficialmente Navidad, y podíamos poner los regalos debajo del árbol, bajo las luces que centelleaban entre las ramas. Lo hacíamos después de que nuestro padre hubiera puesto los nuestros y luego nos quedábamos allí hablando durante tanto tiempo que el sueño nos impedía tener los ojos abiertos.

-Creo que Evan me lo va a proponer hoy -susurró Taylor.

-¿Qué? -susurré-. Taylor, ¡Dios mío! ¿Estás segura? -pregunté en un susurro un poco más fuerte que el de ella.

-Segurísima. -Noté la risa en su voz-. Me ha confirmado la hora a la que va a venir por la mañana al menos unas quince veces, y vi el nombre de una joyería en un recibo que había dejado en el coche hace un par de días, justo después lo cogió y se lo metió en el bolsillo.

-Es posible que te haya comprado un collar o algo así por Navidad -sugirió Megan.

-Quizá, pero tengo una corazonada -suspiró Taylor.

-En realidad, yo también la tengo -convino Megan-. Ese chico está loco por ti.

Me sorprende que haya tardado tanto tiempo.

Busqué la mano de Taylor y se la apreté.

-Me alegro mucho por ti, Tay. Es un buen chico.

-Sí. Lo es de verdad.

Hubo un minuto en silencio.

-Dios mío -dije-, ahora sí que me voy a convertir en una solterona.

Megan se rio.

-¿Con veinticinco años? Todavía te quedan algunos años buenos, hermanita. No te preocupes.

Negué con la cabeza, y las ramas me hicieron cosquillas en la nariz otra vez.

-Mis óvulos comienzan a marchitarse.

-¡Oh, para! -intervino Taylor-. De todas formas, si quieres conocer a alguien, tienes que salir de tu apartamento y hacer algo más que trabajar. Por lo que nos has contado, es el único lugar al que vas.

Suspiré.

-Sí, sí. Lo sé. Vero también me lo dice. Pero estoy tan cansada al final del día que solo me apetece hundirme en el sofá.

Pasamos otro minuto en silencio.

-¿No has tenido más fines de semana salvajes con esa estrella porno que no nos hayas contado? -Preguntó Megan-. Aunque no sé si podría asimilar que los hubiera. Me pusiste todo patas arriba con esa historia. -Percibí la risa en su voz.

-No -me reí-. Eso nos pasó a las dos. Fue una sola vez, te lo prometo. -Me mordí el labio inferior, preguntándome dónde estaría celebrando Camila la Navidad.

Cambié de tema.

-Christopher cumpliría veinticuatro este año -comenté en voz baja.

-Sí -dijeron las dos a la vez, y volvimos a quedarnos en silencio.

-¿Estáis preparadas? -pregunté antes de colarme por debajo del árbol.

Mis hermanas siguieron mi ejemplo y se movieron también. Cada una sacó la pequeña cajita que habíamos llevado; era la segunda parte de nuestra tradición familiar, que era nuestra forma de mantener vivo a nuestro hermano en nuestros corazones.