Los planes no fueron interrumpidos a pesar de la consternación y el abatimiento que dejó el enfrentamiento. Las heridas físicas sanarían, pero el desasosiego y la preocupación irían en aumento, eso lo tenían por seguro. El sentimiento de incompetencia era colectivo. ¿Había algo peor que saber que no habían podido detener a ninguno de los dos? Si hubieran conseguido atrapar a uno, tan sólo uno de ellos, eso podría significar una ventaja. Pero ahora se encontraban peor que al principio y, para terminarlo de empeorar, sin Samuel.
Todo lo que podían suponer eran simples especulaciones carentes de juicio veraz que confirmara que, de suceder en ese orden específico, los hechos saldrían como ellos esperaban. Sólo alimentaban nuevas y falsas expectativas.
El deseo de volver a ver a Lena, de recuperar a Sam y de detener a Ed seguían latentes a pesar de los consecutivos fracasos que no llevaban a nada. Seguían dentro de un círculo del que no creían poder salir por sus propios medios. Sólo estaban seguros que nada podría calmar lo que sentían, en especial los que habían tratado más de cerca a los desaparecidos. El sentimiento de arrebato se comenzaba a sentir, mucho más en Danny que no había dejado de llorar en ningún momento teniendo que ser sedada por Linda a medio camino para que pudiera calmarse un poco. Era comprensible su sentir: para ella, Sam no volvería. Ahora, él también se unía a ese sentimiento de pérdida que se originaba con la ausencia de Len y se profundizaba con su actual secuestro, y que aseguraba, con cada día que pasaba, que de ellos se alejaba la posibilidad de volver a verlos con vida. Era doloroso, tortuoso y, sobre todo, triste el no poder avanzar. Parecía un callejón sin salida, uno oscuro y tétrico con inmensas paredes imposibles de escalar.
Luego del descanso merecido y la atención médica pertinente tras tanto ajetreo junto, se reunieron en el anfiteatro al caer la noche. El que padeció una lesión más significativa fue Francis, pero se trataba de una herida con entrada y salida que ya se encontraba mejor luego de los pertinentes controles recibidos, porque, después de todo, nada se comparaba con ese sabor amargo producido por la derrota. Quizás era torpe la mayor parte del tiempo, pero de su resistencia no había qué hablar.
El ambiente lúgubre que los rodeaba parecía augurar un mal presagio. En esa ocasión, todos los que participaron en el viaje tuvieron que acceder a estar presentes, compartieran o no la idea. Sentados en algunas sillas que acercaron a uno de los rincones del anfiteatro, permanecieron en silencio hasta que Jason, rompiendo el silencio como en varias otras ocasiones, alegó casi sin fuerzas:
—Tuvimos que atraparlo... estaba ahí, a unos pasos, pero no pudimos... no pude lograrlo. Y Sam... él se fue por mi culpa. Si te hubiera hecho caso, papá, si hubiera oído cuando me gritaste... nada de esto estaría sucediendo.
—No te culpes o harás que me sienta peor... —sollozó Danny, cruzando sus brazos sobre sus piernas—: no tiene lógica el que se haya llevado a mi Sammy. ¿Por qué lo quiere? ¿Qué busca conseguir?
—Nuestra atención —aseguró Víctor, inclinado sobre la silla entrelazó sus dedos al recargar sus codos sobre sus rodillas—. Iba tras la muestra.
—Eso no explica qué pretende hacer con Sam y con Lena. ¿Por qué no ir tras la droga directamente? —cuestionó Billy, presente allí también.
—¿Quién tiene la muestra actualmente, Vick? —quiso saber Linda.
—Yo —respondió el Brown sin vacilar.
Discretamente, Jodie y Jason se devolvieron mutuamente una mirada suspicaz. No dijeron nada a favor, mucho menos en contra. Se guardaron sus sospechas aunque asumieron que compartían la misma idea sin necesidad de decirlo en voz alta: Víctor desconfiaba de la existencia de un posible traidor entre ellos.
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Athos:RE
Science FictionUn final que sorprendió tanto a la escritora como a los personajes mismos. **Tercera parte de la trilogía: Jason Lee** 1º parte: "Jason Lee: Sentencias del Destino" 2ª parte: "Espuria al Mando" 3ª parte: "Athos:RE"