Angel Eyes (I)

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Canción: Angel Eyes - ABBA.

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—Son esos malditos ojos —murmuraste.

Trabajabas de camarera en uno de los bares de la ciudad, tus padres conocían al dueño y tú lo ayudabas cuando lo necesitaba. Estabas hablando con tu mejor amiga Olivia sobre su hermano. Bueno, ella estaba hablando sobre su hermano, tu solo estabas escuchando.

—¿Qué es lo que hace que todas las mujeres caigan a sus pies? —había preguntado Olivia y antes de que te dieras cuenta la respuesta salió de tus labios.

—¿Qué has dicho? —preguntó, levantándose de su asiento en el vacío bar.

Suspiraste, dejando de barrer. Te enderezaste, apoyando el brazo en el palo de la escoba.

—Son esos malditos ojos Olivia. Los ojos de tu hermano son como el océano de alguna parte exótica e inexplorada del mundo. Unos segundos mirándolos y cualquier mujer está jodida.

—¡Tú también no Sophie, tenía fe en ti! —se quejó Olivia.

—¡Y no te has equivocado, Olivia! —te defendiste —No he caído a los pies de tu hermano, ni lo haré. Tengo más amor propio como para hacer eso. Los hombres tienen que esforzarse un poco para ganarse mi afecto. Ya trabajo yo lo suficiente por aquí, es hora de que alguien trabaje por mí.

—Gracias a Dios —dijo Olivia con una sonrisa.

—Lo vi ayer caminando por la calle con Lydia —empezaste a contar—. Vi la forma con él la miraba y me dio un escalofrío por toda la espalda. Nunca es bueno cuando las mira así. Una parte de mi quería acercarse a ellos y decirle a Lydia que corra por su vida. Es parte de su juego después de todo. La pobre chica no sabe dónde se está metiendo. Con esos... esos... ojos angelicales. Una mirada y estás perdida, es como si estuvieras bajo un hechizo.

—¿Acabas de referirte a los ojos de mi hermano como ''ojos angelicales''? ¿Enserio piensas que quiero escuchar esto? —dijo Olivia riéndose.

Ignoraste su comentario y continuaste hablando.

—Olivia, me ha robado el corazón y ahora tengo que pagar el precio. La peor parte es que él ni siquiera se ha dado cuenta de lo que ha hecho. Pero sus ojos son como el paraíso. Siento que debería advertir a todas las chicas de que no le miren demasiado tiempo a los ojos. —te detuviste y soltaste una risa tranquila—. Olivia, él lleva un disfraz, ¿te das cuenta?

Olivia asintió solemnemente, dándose cuenta del amor que le tienes a su hermano. Ella se preocupaba por ti como si fuerais hermanas.

—Lo sé Sophie, me he dado cuenta. Solo ha habido una chica que ha llegado a su corazón y todos sabemos lo mal que terminó eso así que ahora prefiere coquetear con alguna chica que le resulte interesante. Le gusta la emoción de conquistar a alguna chica que le llame la atención para después, cuando se da cuenta de que la relación está empezando a crecer, dejarla.

—El problema es, Olivia, que lleva tanto tiempo con esa fachada de mujeriego que es como si me lo estuviera advirtiendo —dijiste.

Tus palabras se quedaron flotando por el silencioso bar, con solo un asentimiento de parte de Olivia como respuesta. Tu suspiraste y continuaste barriendo el suelo. Olivia te dio un abrazo y un beso en la mejilla para después marcharse. Ella tenía razón y lo sabias, todo el mundo lo sabía. Alex no se compromete, no después de lo que pasó con Jane.

Tú eras una chica lista, lo sabias.

Y esa es la razón por la que nunca le contarías a Alex acerca de tus sentimientos.

Something MusicalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora