—¿Y simplemente se cayó?
—Si, simplemente se cayó. Estaba cansada, pero ella seguía trabajando.
—¿Por qué estaba tan frustrada? Tu habías mencionado algo sobre que ella estaba preocupada por algo, ¿Es por eso que se desmayó, Olivia?
—¡Alex, estaba trabajando muy duro, no me sorprende que se desmayara!
—Olivia, no has contestado a la pregunta. ¿Por qué estaba tan nerviosa?
—¡Vete a la mierda Alex! ¡Ella estaba hablando sobre lo muy idiota que has sido con ella! ¡La estas hiriendo Alex!
Tus ojos empezaron a abrirse poco a poco, y un quejido salió de tus labios. Tu atención se dirigió a la discusión que estaban manteniendo los hermanos.
—Hey, Sophie. Hey, hey.
Tus ojos de encontraron con esos ojos angelicales. Esos de los que podrías estar hablando por horas y que ahora se encontraban a solo unos centímetros de los tuyos.
Una sonrisa apareció en la cara de Alex al darse cuenta de que ya estabas volviendo en sí.
Tus ojos observaron la habitación en la que estabas y te diste cuenta de que la luz del sol se estaba alzando a través de las ventanas.
—¿Qué ha pasado? —preguntaste algo confundida.
—Olivia me ha dicho que te desmayaste mientras limpiabas el bar—. explicó Alex.
—¡Mierda, no terminé de fregar el suelo! —dijiste mientras intentabas sentarte.
—No, tu no vas a hacer ninguna clase de trabajo por unos días. Necesitas ir a casa y descansar un poco. Volverás a trabajar cuando hayas descansado y te sientas mejor —dijo Alex mientras evitaba que te levantaras—. Ya he hablado con Harry y ha dicho que no pasa nada. Olivia te acompañará a casa.
Y después de decir eso se marchó.
Olivia te lanzó una mirada compresiva, tu solo forzaste una sonrisa triste y ella se encogió de hombros. Para después ofrecerte su brazo, tú te levantaste y entrelazaste tu brazo con el suyo. Por el camino ella trató de hacerte sonreír, contando chistes e insultando a sus hermanos. A pesar de que lo consiguió no podías ignorar la tristeza que sentías.
Cuando llegasteis a la puerta de tu casa te giraste y abrazaste a Olivia, ella te devolvió el abrazo.
—Gracias por escucharme despotricar sobre tu hermano y cuidar de mí —le dijiste con una sonrisa.
-Para eso estamos —dijo devolviéndote la sonrisa—. Ahora entra a tu casa y descansa —dijo más como una orden que como una sugerencia.
Tú la volviste a abrazar y entraste en tu casa.
Pensabas a menudo en Alex. En Alex y en sus malditos ojos.
Pensar en él te daba dolor de cabeza y recordando lo que acababa de pasar llegaste a la conclusión que sería mejor dejar de pensar en él. Pasabas el rato organizando tu apartamento, cantando, viendo Netflix, haciendo la comida, durmiendo, ... hacías todo lo que se te ocurriera para evitar pensar en él.
Estabas tumbada en tu bañera, con tus sales minerales favoritas y una playlist tranquila para que te ayudaran a relajarte. Tus hombros estaban tensos, pero eso no era nada fuera de lo común. Tu siempre estabas tensa.
Empezaste a tararear la canción que estaba sonando, disfrutando del momento de paz que estabas teniendo.
Pero el momento de paz se esfumó cuando oíste que alguien llamaba a la puerta. Tu suspiraste y saliste de la bañera. La vaciaste, quitaste la playlist y cogiste una toalla para secarte, después te pusiste el albornoz y lo ataste alrededor de la cintura. Los golpes continuaban y suspiraste.
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Something Musical
Random¿Alguna vez has oído una canción y te has imaginado la historia que podría esconderse detrás de la letra? ¿O que sería la perfecta banda sonora para una escena que lleva días rondado por tu cabeza? Pues aquí podrás leer las historias que se nos ocu...