Something Musical

Everything Has Change

Canción: Everything Has Change - Taylor Swift ft. Ed Sheeran.

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1 día. Solo faltaba un día para que tú y Mat os volvierais a ver, tras tres semanas sin poder hacerlo. Decir que estabas nerviosa era quedarse corto. Tu estómago se llena de mariposas cada vez que piensas en que en algo más de 24 horas podrás volver a verle, abrazarle, besarle y es que, aunque llevabais poco tiempo saliendo nunca te habías sentido así.

Te estabas preparando para irte a dormir cuando la sintonía de tu teléfono empieza a sonar. Te acercas y ves que es Liz, tu mejor amiga, la que está llamando. Descuelgas la llamada.

—Anne, sé qué te pasa algo no puedes negármelo, ¿qué es? Venga, dime —dijo Liz sin darme tiempo a decir nada.

—Hola a ti también Liz. Ya sabes lo que es, te lo he dicho un millón de veces, mañana por fin veré a Mat después de tantos días sin vernos. Y pues estoy nerviosa, como si fuera la primera vez que nos vemos —dijiste y una sonrisa tonta apareció en tu cara con forme hablabas.

Pero definitivamente Elizabeth seguía sin comprender a su amiga.

—Ya verás como todo sale bien. Ahora como tu amiga es mi misión decirte que vayas a dormir antes de que te comas más la cabeza, porque sé que ya estabas empezando a darle vueltas.

—Liz no estaba dándole vueltas.

—Si, sí que lo estabas no te atrevas a mentirme que conozco ese tono de voz cuando mientes.

—Yo no pongo ningún tono de voz cuando miento, y no afirmo que estaba mintiendo —dijiste rodando los ojos por su comentario.

—Lo que tú digas Anne, buenas noches que mañana es un gran día para ti.

—Buenas noches Liz.

Por una vez en la vida le hiciste caso a Liz sin que te lo repitiera 5 veces y te fuiste a dormir.

*****

Beep, beep, beep, beep.

Apagaste la alarma del móvil perezosamente. Te quedaste quieta en la cama, intentando no quedarte dormida, pero era tarea difícil. Tu conciencia te animaba a levantarte de la cama, pero tu lado perezoso te estaba convenciendo en quedarte un rato más entre las suaves sábanas de tu cómoda cama y la verdad es que estaba ganado, hasta que te diste cuenta del día que era hoy. Hoy era el día. El día en el que por fin verías a Mat después de tres semanas. Las mariposas empezaron a revolotear cuando pensaste en el día que tenías por delante y una sonrisa de ''adolescente enamorada'', como diría Liz, apareció en tu cara.

Saliste de la cama llena de energía y decidida de que hoy sería un gran día. Habías quedado con Mat a las 12:15 para pasar el resto del día juntos. Eran las 10:32 así que tenías que darte prisa si no querías llegar tarde, porque el lugar donde habíais quedado no estaba muy cerca de tu casa que digamos. Pusiste tu playlist favorita y te mentalizaste para no retrasarte.

11:15. Habías desayunado, maquillado y vestido en un tiempo récord. Con las llaves de casa en una mano repasaste mentalmente que no se te olvidaba nada antes de irte a la parada de autobús, los auriculares. Fuiste a por los auriculares y después de cogerlos cerraste la puerta principal y te dirigiste a la parada de bus, tenías que coger el de las 11:30.

Enchufaste los auriculares a tu teléfono y dejaste que la música sonara. Siempre te ha gustado la sensación de andar por la calle con los auriculares puestos, como si fuera tu propia banda sonora. La música te contagiaba su ritmo, su energía, cuando sonaba una lenta tu paso se volvía más pacífico y cuando sonaba una más animada tu paso se volvía más rápido, con más energía. Y con esos pensamientos en tu cabeza llegaste a la parada del autobús, que por suerte esta vez no se retrasó.