La Nueva Casa De Harry - Capítulo 42

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Harry disfrutó mucho su estadía con los Weasley, aunque de cuando en cuando se encontraba extrañando a su padre y la tranquilidad de sus habitaciones. Sin embargo, esos pensamientos melancólicos no duraban mucho, porque cualquiera del clan de pelirrojos rápidamente lo interrumpía con ofertas para variadas actividades. Harry comenzó a darse cuenta de que estar en el medio de una gran familia hacía difícil poder aburrirse, aunque sus oídos a veces resonaban con tanto bullicio.

Tener a Bill y Charlie en la casa era muy divertido, y Harry comenzó a adorar a los dos jóvenes, pero sus primeros días en la Madriguera fueron un reto. Tanta pelea que ocurría, que parecían no terminar, le recordaba mucho a Harry la cacerías que Dudley hacia o los enojados gritos de tío Vernon, pero Harry rápidamente se dio cuenta que ninguno de los Weasley estaba realmente siendo lastimado. Por supuesto, su confusión inicial era comprensible, dados los gritos y chillidos que acompañaban esas actividades. Cuando Bill, todavía botando plumas amarillas por la última broma de los gemelos, agarró a cada uno por un brazo, todavía en pijamas y descalzos, y los arrastró hacia fuera para restregar sus caras en la nieve, las ventanas temblaron con las fuerzas de sus gritos. Cuando Molly se dio cuenta lo que había sucedido, sus gritos demostraron que los pulmones fuertes eran una herencia materna.

Después de eso se volvió claro que las peleas no eran más que diversión y juegos bulliciosos, Harry aún se quedaba atrás, incierto de su bienvenida en esas actividades y para no arriesgarse a la ira de Molly. Eso duró 48 horas, cuando una monstruosa pelea con bolas de nieve llegó hasta la casa y Arthur y Molly olvidaron su dignidad adulta y se unieron. Nadie fue perdonado y Harry, e incluso Percy, fueron mezclados en la batalla. La rapidez y agilidad de Harry lo hizo un difícil objetivo, pero Charlie finalmente dejó de lado toda sutileza y simplemente lo envolvió en una sorprendente gentil tacleada. Ginny prontamente salto a su rescate, su idolatría por el Niño-Que-Vivió habiéndose transformado en un afecto más real y genuino por el amigo de su hermano, y metió varios puñados de nieve por la espalda de Charlie antes que él también la atrapara. Ahora con un chico que se removía y pateaba bajo cada brazo, Charlie se puso de pie, y con un brillo en sus ojos, se dirigió a un lugar con un gran montículo de nieve.

—¡Nooooo! ¡Charlie, no! —Grito Ginny, viendo cómo se aproximaba su condena. Harry estaba mirando alrededor frenéticamente por aliados, pero Ron y Percy estaban bombardeando la posición de Arthur con bolas de nieve mientras que los gemelos trataban desesperadamente de tratar de cobrar venganza de Bill por el lavado de cara con nieve de antes.

Charlie lanzó una sonrisa malvada mientras, balanceaba de lado a lado a los chicos para agarrar fuerza y lanzar a sus reticentes pasajeros al banco de nieve que tenía enfrente. Harry y Ginny trataron de liberarse de su agarre, pero Charlie estaba acostumbrado a luchar con dragones bebés y ni siquiera se dio cuenta de los esfuerzos de los chicos. Justo cuando Harry se dio cuenta de que iban a salir volando, Molly dulcemente llamo—¡Oh, Charlie, cariño! —.

Las tres cabezas se giraron sorprendidas para ver a Molly sonriéndoles desde un par de yardas. Ella apuntó hacia arriba y siguieron su mirada para descubrir un enorme montón de nieve flotando justo sobre la cabeza de Charlie. Al momento que sus ojos se abrieron, Molly canceló su hechizo de levitación y tuvo la gran satisfacción de ver a los tres desaparecer bajo una montaña de nieve.

Les tomó un momento el poder salir de allí, escupiendo nieve y con los ojos brillando de alegría, sus hostilidades previas olvidadas para enfocarse en su enemigo común—¡A ella! —Rugió Charlie, y Ginny y Harry dejaron escapar gritos de guerra cuando salieron tras el gran pelirrojo en persecución de la sonriente Molly.

Eso más o menos removió las últimas inhibiciones de Harry y lentamente se relajó y disfrutó el tumulto que giraba a su alrededor, ocasionalmente saltando sobre su cabeza también. El aún se ponía un poco tenso cuando alguno de los hermanos mayores perseguía a los gemelos, que estaban, como siempre, usando las vacaciones como excusa para probar sus últimas bromas y volviendo a todos locos en el proceso, pero estaba confiado que los gritos resultantes eran por hechizos cosquillosos y no una brutal golpiza. Incluso cuando Charlie o, más seguido, Bill finalmente perdían la paciencia y sostenían a los dos adolescentes para unos palmazos en el trasero, era claro que los fuertes gritos de los gemelos y los saltos agarrándose el trasero eran más por su justo de llamar la atención que por actual dolor. Harry también noto que sus acciones lograban calmar a sus hermanos mayores, y él sonreía ante la prueba de que los gemelos eran más Slytherin de lo que nadie se daba cuenta.

Harry's New Home - KbinnzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora