Harry's New Home - Kbinnz

La Nueva Casa De Harry - Capítulo 33

Remus fue a buscar el pensadero, y Harry lo acompañó por un tour de la casa.

Snape tomó aliento profundamente y se obligó a acercarse a Black. Tenía un favor que pedir, y mejor lo hacía pronto. Aunque sería sensible comenzar con un tópico agradable primero—¿Que has hecho para torturar a los Muggles últimamente? —.

Sirius se iluminó ante eso—Hablamos con los de la Compañía Bertie Bott sabes, ¿los que hacen la Grageas de Todos los Sabores? —Snape asintió—Ser una celebridad hace todo mucho más fácil. Solo envíe una lechuza y ellos se emocionaron por ayudarme. De todas formas, ellos nos mostraron los hechizos que utilizan para los sabores más desagradables, y nosotros los ocupamos en la comida de los Muggles. Ahora casi todo lo que comen sabe a vómito, mierda de cerdo, cebollas podridas, rata muerta, cera de oídos, mugre... incluso esos dos obesos están perdiendo peso. Dursley debe haber bajado un par de libras ya—La malvada sonrisa de Sirius le recordó la expresión que usaba cuando perseguía a Snape por los pasillos de Hogwarts. Snape tuvo que luchar con el deseo de sacar su varita.

De todas formas, era un castigo inspirado para esos glotones—Bastante inventivo. ¿Quizás podría darte unas cuantas sugestiones en sabores de mi trabajo con ingredientes para pociones? —Le ofreció.

—Si, claro—.

Animado por el tono agradable de Black, Snape decidió pedirle el favor. Él dudaba que el merodeador aceptara, pero igual debía arriesgarse a preguntar. Si Black hubiera sido más Slytherin, como el resto de su oscura familia, Snape podría haber hecho un trato, (en el universo Slytherin, todo tenía un precio, así que todo era negociable), pero los Gryffindor no pensaban así. Ellos despreciaban los tratos. Si ellos te apreciaban, harían cualquier cosa por ti; y si no, podrías esperar que el infierno se congelará antes de que siquiera te dieran la hora.

Snape forzó a su voz a permanecer calmada y fría—Me gustaría solicitarte que atrases tu demanda hasta el término del año escolar—.

Ya. Lo había dicho. Y educadamente. Nadie podría decir que quería antagonizar al perro.

Black lo miro confundido. "Estúpido Gryffindor"—¿Que demanda? Pensé que todo el asunto de aceptar el trato con Fudge y su disculpa era para que no tuviéramos que enfrentarnos al Wizengamot—.

Snape apenas logró no rodar sus ojos—La demanda de custodia, Black. Para el cuidado del chico—.

—¿Quien? ¿Harry? —.

—No, Weasley. ¿O quizás Malfoy? No tenía idea que considerabas a los mocosos tan intercambiables—.

Black frunció el ceño—Muy gracioso, Quej... er, Snape. ¿De qué estás hablando? No estoy tras la custodia de Harry—.

"Si, claro". Ahora Snape no pudo resistir rodar sus ojos—¿Acaso simplemente vas a dejar al Huérfano hijo de tu mejor amigo en las grasientas garras de tu peor enemigo? Por supuesto, Black—.

¡Ja! Él sabía que era una trampa. Black ahora lucía avergonzado. Obviamente no había esperado que su pequeña trampa fuera tan transparente—Erm, tú no eres grasiento. Ya no, de todas maneras—.

Snape dejó de lado las incoherentes palabrerías—Black, el primer año de Harry difícilmente tuvo un buen comienzo. Él tuvo que ajustarse a una nueva escuela, nueva cultura, nuevo guardián, nuevos amigos, mientras simultáneamente lidiaba con atentados contra su vida, peleando primero con un troll y luego con el Señor Oscuro... darle estabilidad adicional por el resto del año escolar sería un beneficio para él, mientras que estar enredado en una batalla por su custodia que seguramente será puesta en escrutinio en la primera plana de El Profeta, no lo hará—.