Harry's New Home - Kbinnz

La Nueva Casa De Harry - Capítulo 50

Snape estaba distraídamente corrigiendo ensayos y preguntándose qué más podría hacer por la chica Parkinson. Ya llevaban más de la mitad del semestre, y permanecía abstraída. Sus notas estaban al mínimo y los prefectos habían notado mientras la vigilaban más de cerca que estaba comenzando a desaparecer a algún lado que habían sido incapaces de encontrar. Él había dejado instrucciones de que la enviaran donde el apenas apareciera, era hora para ver si Poppy podía encontrar algunas respuestas.

Quizás los sanadores de mente donde pensaba llevar a Harry le podrían aconsejar también sobre Parkinson. Snape suspiró y se preguntó si era responsable de los incipientes colapsos de ambos niños. Él estaba, después de todo, a cargo de ellos, y en lo que llevaba del año nadie más había mostrado problemas ajustándose a la vida escolar.

¿Qué otra cosa más podría hacer? ¿Y porque los demás Jefes de Casa no parecían tener estos problemas? ¿Acaso era muy duro con sus serpientes? Se oyó un crujido y levantó la mirada—¿Harry? —.

No hubo un grito de respuesta, y con un meneo de su cabeza volvió a sus ensayos. Justo cuando había pensado que había visto todas las posibles permutaciones de respuestas erróneas, sus estudiantes salían con alguna nueva estupidez. ¿Porque se hacía esto a sí mismo? Los demás Maestros de Pociones solo tenían que preocuparse por volarse a sí mismos mientras experimentaban con nuevas pociones; no tenían que prevenir a una clase llena de deliberadamente ignorantes cabezas de chorlito de volares a sí mismos o a toda la clase o quizás envenenarse, además de actuar casi como un padre para las odiosas y malcriadas criaturas. Él en realidad necesitaba replantearse las opciones de trabajo.

Otro ruido lo hizo mirar rápidamente—¿Harry? ¿Eres tú? —.

Silencio.

Miró la hora y frunció el ceño. El mocoso debería volver pronto del Bosque. En esta época del año, se oscurecía temprano, y seguramente Hagrid no sería tan tonto de quedarse en el Bosque con un chico de primero después del atardecer. Incluso cuando el pensamiento se le ocurrió, su mente se llenó de imágenes de la gran cantidad de criaturas oscuras que vagaban el Bosque en la noche y estarían muy felices de comerse a un niño mago.

Distraído como estaba, el casi no noto el resbaladizo sonido tras él. El trato de ponerse de pie, su mano alcanzando su varita, pero poderosas bandas lo rodearon con una velocidad tan impresionante que quedó atrapado en su silla, sus piernas juntas, sus brazos apretados contra su cuerpo, antes que pudiera hacerlo. Ni siquiera pudo gritar porque las bandas se apretaron con tanta fuerza que apenas podía respirar. Él trató de girar su cabeza para ver qué era lo que lo había incapacitado con esa velocidad tan impresionante.

—Asssssi que, tu eres el desssleal traidor que mi amo me envío a matar. Desssspacio—.

El silbido en su oído casi hizo que su corazón se detuviera. Él recordaba ese sonido demasiado bien, aunque había pasado una década desde la última vez que lo había oído. "Nagini", pensó frenéticamente, "¿Pero cómo...?"

Él trato de imaginar que hechizo sin varita le podía ser útil en este momento pero la enorme serpiente agacho su cabeza y él se ahogó al sentir su lengua en su arteria carótida—Malvado essspía—Nagini canturreo, ligeramente pasando sus colmillos por el pulsante vaso sanguíneo—Morirásss en agonía por el daño que le hasss hecho a mi amo—.

Snape no tenía idea lo que estaba diciendo la serpiente, pero el silbido bajo, junto con los movimientos de los colmillos contra su piel, le dejaron claro que esta no era una visita social. Él cerró sus ojos, tratado de no imaginar el horrible dolor que el veneno corrosivo le causaría.

Él había visto a Nagini matar muchas veces por órdenes de Voldemort, y los gritos de agonía de sus víctimas resonaban con fuerza en sus oídos. Aparentemente Voldemort, o por lo menos su mascota, no estaban tan lejos como esperaba.