Harry despertó al día siguiente sintiéndose bastante bien para alguien que había sido emboscado hace solo 12 horas. Las pociones, por no mencionar el masaje del Profesor Snape, habían hecho muy bien su trabajo, y él prácticamente iba saltando por los pasillos mientras acompañaba a su profesor a desayunar. Por supuesto, despertar en su genial habitación, con el profesor gentilmente tocándole el hombro, fue suficiente para ponerlo de muy buen humor, acostumbrado a como estaba de que los Dursley le gritaran enojadamente a través de la puerta de su alacena.
Snape observó al alegre pilluelo que estaba a su lado con desaprobación. Él odiaba a la gente que era tan alegre en las mañanas. No que en realidad le gustara algún tipo de persona, pero sentía que la gente que despertaba con una sonrisa en su rostro y una canción en el corazón debería ser ahogada en la avena de la mañana. ¿Y qué razón tenía el pequeño monstruo para estar tan feliz? Él prácticamente había tenido que remecer al mocoso para despertarlo, y solamente había evitado usar Aguamenti porque no quería perder tiempo con los hechizos de secado después—Potter—gruñó con los dientes apretados al ver que Harry corría y saltaba para tocar el borde más alto de uno de los tapices—Si no te comportas con la apropiada dignidad, te voy a guiar tomándote de la oreja—.
Harry le dio una larga y considerada mirada, y por un horrible momento, Snape temió que el mocoso se diera cuenta que lo estaba amenazando en vano, pero al final el chico sonrío y encogió los hombros—Está bien, Profesor—dijo agradablemente—¿Puedo comer panqueques en el desayuno? —preguntó un minuto después.
Snape lo miro fijamente. La elección del tiempo para hacer la pregunta fue casi Slytherin—¿Por favoooooor? —Harry dijo, poniendo su mejor expresión de "ojos de cachorrito".
—Después que hayas comido algo de fruta y un plato pequeño de avena—Snape dijo firmemente—No quiero que te sobrecargues de azúcar para después andar rebotando por el Castillo lo que queda del día—.
Harry dio vuelta sus ojos—¡Yo no haría eso! —.
—Hm—Snape le dio una mirada escéptica, pero no dijo nada más sobre el tema.
—¿Profesor? —Harry preguntó un momento después.
—¿Sí? —pregunto amenazadoramente.
—¿Va a preparar pociones esta noche? —pregunto Harry casualmente.
Snape con firmeza suprimió la pequeña sonrisa que se quería formar en sus labios. Así que eso era lo que quería el mocoso—Quizás—dijo sin mostrar nada.
Harry iba arrastrando un dedo por la muralla a medida que caminaban—¿Así que usted podría necesitar ayuda para preparar ingredientes? —pregunto, en el mismo tono que no mostraba nada.
Snape giro sus ojos ante la transparencia del muchacho. Y peor aún, ¡el mocoso creía que preparar ingredientes era divertido! A él le gustaba pasar tiempo en las mazmorras, y se había conseguido el molesto hábito de traer a varios Gryffindor con él. ¿Qué se supone que Snape iba a usar como castigo si todos los primeros años querían venir a pasar tiempo aplastando bubotubérculos o extraer ojos de salamandra? Él había estado asombrado la primera vez que Harry había gritado en encantado horror y había dicho con su amplio vocabulario preadolescente—¡ASQUEROSO! —.
Ahora él y Weasley, y el antes petrificado Longbottom, habían tomado el "pasaba por aquí" en su laboratorio para poder destripar, despellejar, aplastar, o moler algo. Snape sabía con absoluto pesar que era una cuestión de tiempo antes que la sabelotodo apareciera también, y una vez que ella comenzara a insistir en venir, los Ravenclaw estarían cerca. Entonces sus serpientes comenzarían a quejarse de que estaba dejándolos de lado, y los Hufflepuff lucirían tristes y desanimados por su exclusión y entonces ¿Qué podría hacer para que sus detenciones fueran las más despreciadas y temidas en todo Hogwarts? Él perdería su reputación de Malvado Murciélago de las Mazmorras, y todo era culpa del mocoso.
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Harry's New Home - Kbinnz
FanfictionLa Nueva Casa De Harry / Autor original: Kbinnz / Traductor: Fadamaja ~Disclaimer: Los personajes son propiedad y autoría de JK Rowling y WB. Resumen: Un chico solitario, un hombre enojón y resentido. Cuando la seguridad de uno le es confiada al otr...