La Nueva Casa De Harry - Capítulo 37

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La mañana siguiente, Snape se sorprendió de encontrar a Harry sin nada de vergüenza por su previo arrebato emocional. Él había pasado gran parte de la noche castigándose por ser un idiota tan sentimental. ¡De verdad! Incluso Sprout, Jefa de Hufflepuff, se habría sonrojado completamente al oír las dulces expresiones de cariño que habían salido de su boca.

Y aun así... aun así no podía lamentar la admisión que había hecho, aunque a la luz del día se viera vergonzosa. Y el mirar la brillante cara de Harry esta mañana lo convenció aún más de que había hecho lo correcto, sin importar el costo a su orgullo o reputación malvada.

—Recuerda—Le recordó seriamente al chico cuando se preparaban para dejar sus habitaciones—Tú estás en completa desgracia. Tu pasaste la mayoría de la noche llorando en tu almohada por el duro tratamiento que sufriste conmigo—.

Harry sonrió. Adoraba el sentido del humor de su guardián. Y aún más, su pecho se inflaba de orgullo al pensar en la confianza que su guardián tenía en él para jugar su papel. Muy seguido los adultos no confiaban en que los niños hicieran nada. Ellos solo te daban unas palmaditas en la cabeza y hablaban entre ellos. Pero no el Profesor Snape. Él estaba dispuesto en involucrar a Harry en algo importante.

Harry se juró que haría a su guardián orgulloso—Lo recordaré—Le prometió.

—¿Tienes practica de Quidditch hoy? —.

Harry parpadeó ante la aparente incongruencia—No—.

—Entonces inmediatamente después de tu ultima clase regresaras aquí—Le instruyo Snape.

Harry frunció el ceño. Él no había esperado eso—¿Estoy en restricción? —Pregunto consternado.

Snape rodó sus ojos—¿Tu que crees? —.

Harry suspiro—Creo que si—Dijo apenado, después de considerarlo un momento—¿Tengo que escribir un ensayo? —.

Y líneas—Dijo Snape en un tono que no permitía discusiones—Comenzaras con ellas durante tu periodo de estudio. Quinientas líneas de "No perseguiré snitches en mi escoba dentro del castillo"—.

Harry abrió su boca para reclamar el largo de la oración, pero pensó que era mejor no hacerlo. No había dejado de notar que su profesor utilizó una línea que especificaba su propio embellecimiento de la broma autorizada, y Harry sospechaba que mientras el ensayo y la restricción eran por show, las líneas eran un castigo genuino—Si señor—Murmuró—Lo siento, Pa—Agregó, queriendo que el hombre supiera que de verdad lamentaba haberlo molestado.

Snape luchó contra el pegajoso y dulce sentimiento que se estaba alojando en su pecho con las palabras del mocoso, sin mencionar sus apenados ojitos—Y estoy seguro de que estarás más arrepentido cuando termines tus trescientas líneas—Replicó con firmeza.

Los ojos de Harry se abrieron. ¿Trescientas? ¿Pero no había dicho recién quinientas? Captó un poquito de vergüenza en los ojos de su guardián y sonrió. Si, su profesor estaba haciendo su asunto de benefactor anónimo nuevamente—Si señor. Trescientas líneas, señor—Repitió rápidamente—Las comenzare esta tarde—Sus ojos se iluminaron al pensar en las expresiones de los demás estudiantes—Vamos a engañar a todos—Añadió emocionado.

—Esa es la idea general—Snape le dijo, agarrando al inquieto chico con firmeza por el hombro y empujándolo levemente por la puerta.

Su llegada al Gran Comedor causó un revuelo. Los estudiantes se quedaron mirándolos, algunos incluso se pararon de sus asientos para ver que Harry tenía aún todas sus extremidades. Harry le dio a Snape una enojada mirada antes de dirigirse donde sus amigos, mientras Snape se dirigía a la mesa de profesores. Ahí pretendió ignorar las miradas de alivio de Hagrid y Flitwick, al igual que la poca disimulada expresión de diversión de Minerva—Buenos días, Severus—La bruja mayor dijo con recato.

Harry's New Home - KbinnzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora