Christian Grey ha dejado su pasado atrás. Ha cambiado el rumbo de su vida desde que su relación con Anastasia Steele llegara a su fin. Devastado, Christian se ha dedicado a su trabajo, su familia y sus dos hijos de una relación fallida... Pero todo...
Tras un largo rato de conducir la canción finalizó y le dio inicio a otra y luego otra en mi playlist. Percibí mas silencio de lo normal. Anteriormente ella se encontraba tarareando algunas de las canciones que se reproducían pero ahora no. Me alarmó que algo estuviese mal, hasta que me incorporé a verla y noté que se había dormido en el asiento del copiloto de mi Audi.
Lucía tan serena y tranquila con su cuerpo en estado de reposo contra el asiento, su cabeza ligeramente inclinada hacia la ventana y sus ojos completamente cerrados. Las luces de los faroles en la autopista iluminaban de a intervalos su rostro y si pudiese contemplarla así toda mi vida lo haría. Debo confesar que no me había sentido atraído de ésta manera en mucho tiempo. Sobre todo pensé que jamás podría volver a sentirme así, no después de que la mujer que más he amado me dejara tras sueños y promesas sin cumplir. De allí, he aprendido que las promesas se rompen y las palabras no sirven de nada cuando te hieren y destruyen tu confianza. La decepción es uno de los peores sentimientos que puedas llegar a sentir y más cuando te decepciona quién mas amas. Por ésta razón han pasado meses desde que me he vuelto más frío de lo normal.
Hasta que llegó ella, y cambió todo dentro de mí.
Pensé por un momento en llevarla a su apartamento. Barney investigó por mí la dirección hace unos días y no me había atrevido a ir aún. Hasta ahora. Pero, lo único que en este instante me detiene es el hecho de que no sé donde tenga la llave y subir con ella inconsciente en plena madrugada hacia su apartamento podría dar una imagen no deseada a sus vecinos.
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Me debatí un momento acerca de si llevarla allá o no, y opté por conducir a mi casa. Sé que en la mañana tendré que explicarle lo sucedido o de lo contrario podrá sentirse incómoda, y lo menos que quiero es crear un conflicto entre nosotros, sobre todo desde que ahora está trabajando en la casa de mis padres.
Minutos después estacioné mi Audi en mi puesto privado del subterráneo en el edificio Escala. Apagué el motor y las luces bajando de mi asiento hacia la puerta de ella. La cargué en mis brazos cuidando de no golpear su cabeza y cerré la puerta rumbo al ascensor. Allí adentro, en la intimidad del ascensor fue donde pude apreciar de cerca la belleza de sus rasgos. Sus ojos cerrados daban paso a su nariz perfilada que complementaba sus mejillas rosas y labios definidos. Su respiración era serena contra mi pecho y allí entendí que no había otro lugar en donde quería que ella estuviera que no fuese en mis brazos.
El ascensor se detuvo en mi piso, el pent-house. Como pude saqué mis llaves abriendo la puerta del apartamento que se encontraba ligeramente a oscuras con la vista de todo Seattle bajo las estrellas y las luces de la ciudad a través de las ventanas panorámicas. Subí por las escaleras hacia segundo piso y caminé a través del pasillo hasta la habitación extra. Entré por la puerta colocándola cuidadosamente sobre la cama. Ella se removió un poco acomodando su cabeza en la almohada liberando un pequeño suspiro. Sus ojos nunca se abrieron y los míos nunca dejaron de verla.