Capítulo 13

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Christian.

Lunes por la mañana.

Asistí a tres reuniones temprano y luego a una más después de almorzar. Mi madre me llamó dos veces para confirmar mi asistencia a la cena de esta noche. No me sorprende su entusiasmo, mi hermana Mía se supone regresaría de Europa dentro de tres semanas más, pero por alguna razón estará de regreso ésta noche y mi familia quiere recibirla como se debe: con una cena familiar.

No me quejo, Mía es importante para mí así como lo son todos ellos. Daría mi vida por ellos a pesar de que la mayoría del tiempo quieran meterse en mis asuntos y saber todo acerca de mi vida.

Cerca de las 5 de la tarde cerré mi portátil y me despedí de mi secretaria para ir al estacionamiento. Me encontré con Taylor quien me recibió en la puerta de mi auto. Lo saludé con un asentimiento y él lo devolvió, luego subí al asiento con él cerrando la puerta. Segundos después subió frente al volante y condujo hasta la casa de mis padres. Durante el camino me invadieron los pensamientos de unos ojos verdosos y su rostro fue lentamente apareciendo en mi mente. La forma en que se veía dormida era simplemente inexplicable.

Hay algo acerca de verla dormir que me causó mucha paz y armonía internamente. Como si nada pudiese arruinar el momento, nada pudiese ir mal. Sacudí ligeramente mi cabeza. No volvería a pasar de nuevo por lo mismo. Dicen que no podemos ir en contra del corazón. ¿De qué sirve enamorarse? El amor duele, traiciona, te aplasta y te roba todo lo que llevas dentro. Te usa, te manipula, te convierte en alguien que no eres. Por ese motivo no pienso volver a caer en manos del amor.

Llegamos a casa, bajé del auto luego de que Taylor estacionara y lo primero que noté fue que el convertible de Andrea estaba estacionado justo al lado. Tomé una breve respiración, no estaba listo para volver a verla. Aunque en lo más profundo deseaba hacerlo.


Andrea.

En casa de los Grey, estuve todo el día trabajando en el mural del salón principal. Poco a poco los bosquejos iban tomando forma por lo que ya pude comenzar con los primeros sombreados. Cerca de las 5 de la tarde me dispuse a recoger todo. La señora Grace planeaba una cena especial por la llegada de su hija menor Mía y yo no quería interrumpir la cena familiar. Fue muy amable de invitarme y a pesar de que rechacé dicha invitación dos veces ella seguía insistiendo.

Estaba muy nerviosa por volver a verlo y justo cuando pretendía rechazar por tercera vez, la puerta principal se abrió y él entro luciendo un traje de vestir color azul oscuro, una camisa de lino blanca bajo el saco y su cabello color cobre lucía tan sensual de esa manera. ¿Es enserio, destino? ¿Cómo se supone que deba resistirme?

-Oh Christian, querido –Grace se acercó a la entrada para recibirlo con dos besos en cada mejilla dejándome a mí de pie en la entrada solo observando.

-Madre –el sonrió apenas y luego me dirigió una mirada que se tornó algo seria. Por instinto miré atrás de mí a ver si se trataba de algo en la casa y luego me sentí muy estúpida cuando caí en cuenta que... Era conmigo. ¿Le hice algo acaso? –Señorita Cooper –asintió levemente hacia mí. Seño ¿que? ¿Ya olvidó mi nombre? Bien. De acuerdo. Pues dos pueden jugar éste juego.

-Señor Grey –respondí con toda la astucia que pude mirándolo fijamente.

-Que bueno que llegas –interrumpió Grace nuestra guerra de miradas– Elliot está retrasado y ya comenzaba a preguntarme si vendrías.

-Por supuesto que vendría, madre. No faltaría a la cena y menos por Mía –algo en sus ojos delató el gran amor que le tiene. Eso fue hermoso. Pero luego al callar me ignoró por completo mientras caminaba con su madre a través de la entrada.

Cincuenta Sombras RenovadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora