6. La noche no acaba aquí.

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No creais que la noche acaba aquí. Seguian siendo las dos de la mañana y yo seguía en el pasillo buscando las llaves de mi habitación. Me senté en el suelo del pasillo y saqué todas las cosas de mi bolso, pero entre ninguna de esas se encontraban mis llaves. Osea que estaba jodida. Hice memoria de lo que había hecho anteriormente con los llaves. Y efectivamente, me las había dejado dentro de la habitación ya que al sali no las cogí.

Llamé a la puerta de Anto, pensando en que no se libraría tan rápido de mi. Me abrió y solamente llevaba unos pantalones de pijama bastante caídos.

- Anto, me he dejado las llaves dentro de mi habitación, ¿serias tan amable de acompañarme a recepción a por otras?

- Elena ya es muy tarde. Además, el tio estaba durmiendo. Quédate en mi habitación esta noche y por la mañana temprano vamos a por unas.- dijo apoyado en el marco de la puerta.

- No, no te quiero molestar, tienes que descansar para el entrenamiento de mañana. Bajo yo sola en un segundo.- dije dandome media vuelta, pero él me cogió del brazo.

- Quédate conmigo, así te aseguraras de no llegar tarde a la uni porque yo mismo te voy a llevar.. dijo con una sonrisa de lado.

- Intentas sobornarme con tu transporte, tentador...- dije mordiendome el labio.

- Además te invito a desayunar y si quieres te hago un masaje.

- No, no te emociones , con lo primero que has dicho ya me has convencido.- dije sonriendo.

- Cuando quiero puedo ser muy convincente, morena. Venga pasa.- dijo haciendose a un lado.

Su cuarto estaba igual que la última vez que entré, todo bastante ordenado.

- Si quieres puedo dejarte una camiseta para que estes más cómoda y tengo un cepillo de dientes de sobra.- dijo rebuscando en su armario.

Ahora mismo estaba en el baño lavandome los dientes, ya me habia puesto cómoda y me había quitado el maquillaje. Después me recogí el pelo en una coleta y volví a la habitación.

Algo tímida me metí en su cama y me giré dandole la espalda.

- ¿Estas cómoda? ¿Tienes frío? Si quieres puedo traer otra manta que tengo en...

- Estoy muy bien, tu cama es mil veces más cómoda que la mía, osea que no te preocupes. Por cierto, muchas gracias por la cena, me lo he pasado genial, pero a la próxima invito yo.- dije girandome para verle la cara.

- Yo también me lo he pasado genial, bueno está claro que contigo no me lo puedo pasar nunca mal.- dijo sonriendome y creo que me derretí por dentro de lo adorable que es.

- Gracias por todo Anto de verdad. Nunca antes nadie me había tratado tan bien como tu.- dije mientras notaba que mis mejillas se volvían color carmín.

- Y yo nunca antes había conocido a nadie como tú. ¿Dónde has estado metida todos estos años?- dijo mientras me acariciaba la mejilla- apuesto a que ahora mismo te has sonrojado- dijo en la oscuridad.

Me acerqué un poco a él y le dí un beso en la comisura de las labios.

- Buenas noches Anto.

- Buenas noches Elena.

No sé en que momento acabé apoyando mi cabeza en su pecho desnudo, también recuerdo que me acarició el pelo hasta que me quedé dormida, después juraría haber oído un bonne nuit,ma petite (buenas noches, mi pequeña) de su parte y por último noté como besó mi frente. En ese momento caí rendida en los brazos de Morfeo.

A la mañana siguiente la mi alarma sonó a las ocho ya que empezaba la universidad a las nueve y cuarto. Abrí los ojos y cuando vi que esa habitación no era la mía un flashback de la noche anterior me inundó recordando que estaba en el cuarto de Anto porque había perdido mis llaves.

Amor Por Despiste Donde viven las historias. Descúbrelo ahora